No hay quien dude de este Atlético de Madrid. Un equipo compacto, con garra y coraje, que aunque algunas veces se tambalee y pueda perder crédito, siempre resurge en el mejor momento. Y sí, todo guiado por un Antoine Griezmann, que ya dejó de lado eso de ser príncipe y es el auténtico rey de los rojiblancos, a un paso de ser el máximo goleador histórico de la entidad 'colchonera'. Victoria trabajada ante un Villarreal que fue de más a menos (3-1).
Los rojiblancos comenzaron muy metidos en el partido y tratando de generar peligro por las bandas con un inspirado Riquelme. No obstante, el 'submarino amarillo' no estuvo por la labor de dejarse ir y comandado por un gran Gerard Moreno trató de buscarle las cosquillas a su rival.
Algo que consiguió hacer al contragolpe. Siempre encontraba huecos en la zaga rojiblanca, que pese a estar muy concentrada, le costó sostener las marcas de Sorloth y el internacional español. Los 'groguets' comenzaron a pisar el área de Oblak con mayor frecuencia y Yéremy Pino tuvo en sus botas el 0-1. Lo hizo muy bien Gerard Moreno en la fronta abriendo para el '21', que se orientó el esférico y soltó un trallazo abajo. Pero el meta esloveno le dejó con las ganas.
No obstante, al filo del ecuador de la primera mitad, el Villarrreal se puso por delante. Contragolpe perfecto del 'submarino amarillo'. Le quedó la pelota en la frontal a Sorloth, que soltó un trallazo a portería, pero Oblak repelió el chut. Sin embargo, el rechace le quedó franco a Gerard Moreno en el área, que reventó el esférico y colocó el 0-1 en el marcador ante la pasividad defensiva de los rojiblancos.
Se lo creyó el Villarreal y se lanzó en busca del segundo. Algo que hizo despertar al Atleti, que comenzó a colgar balones al área, muchos de ellos sin sentido, en busca de una reacción en forma de gol. Esta llegó al filo del descanso y por mediación de Witsel, que tan solo tuvo que empujar al segundo palo un centro raso de Griezmann para colocar el 1-1 en el electrónico.
El arranque de la segunda mitad, con cambios en ambos conjuntos, no estuvo lejos de lo esperado. El Atleti tomó el mando del partido y se lanzó en busca de la portería defendida por Jorgensen. Por su parte, el Villarreal esperó atrás en busca de un jugoso contragolpe, pero esta vez, los rojiblancos no cayeron en la trampa.
Los minutos siguientes fueron una sucesión de ocasiones para los rojiblancos, muchas de ellas, en la cabeza de Morata. Sin embargo, el delantero español no estuvo afortunado de cara al gol esta noche, aunque su trabajo sobre el césped fue incuestionable.
Estaba mereciendo ponerse por delante en el marcador el Atlético, al que incluso le anularon un gol por fuera de juego. Por otro lado, el Villarreal no dio síntomas de querer acercarse a la portería de Oblak y pegó un bajón considerable con respecto a los primeros 45 minutos.
El partido entró en su recta final y el Atleti no dejó de achuchar y empujar en todo momento. Tanto, que su merecido premio acabó llegado. Koke puso un excelso balón a la espalda de la defensa. Marcos Llorente, que apareció cuál rayo por la derecha, la puso de primeras al segundo palo, donde apareció Griezmann para poner el 2-1 y poner una piedra más en su camino de ser el máximo goleador histórico del club.
El Villarreal estaba totalmente roto y el conjunto dirigido por el Cholo lo aprovechó. La velocidad endiablada de Lino volvió a hacer acto de presencia y Barrios, que no se dio por vencido en la jugada, le brindó un pase medido que lo dejó solo ante Jorgensen y puso transformar el definitivo 3-1.
Los 90 minutos llegaron a su fin y coronaron al Atleti con una nueva victoria. De esas que gustan a la afición, de las de empujar, trabajar y creérselo hasta el último suspiro. Un conjunto rojiblanco que va lanzando y que no quiere ponerse techo en esta temporada.