Da igual que esté desaparecido. No importa que sea su noche mala. Los buenos tienen la oportunidad de fallar, pero los mejores acaban apareciendo siempre. Y cuando menos te lo esperas. En el momento más oportuno. Este es el resumen con el que Antoine Griezmann borró 'Atlético' y escribió 'Principado' en el nombre de su equipo.
El conjunto de Diego Pablo Simeone se impuso por la mínima al Real Mallorca (1-0) en el baile final del turno sabatino en la 14ª jornada de Primera División. Mario Hermoso efectuó el centro más dulce de su carrera y el heredero al trono cabeceó a la red para que los rojiblancos sigan contando sus partidos en casa con triunfos -ya van 16 seguidos sin importar la competición- y dar caza al Barcelona en la clasificación con 1 partido menos. Suena bien.
Fútbol de nevera
El frío se presentó en el Cívitas Metropolitano a todos los niveles posibles. No solo en la sensación térmica. El fútbol de nevera llegó al encuentro con 2 planteamientos que tuvieron más hielos que ocasiones. O, al menos, hasta el paso por el túnel de vestuarios. Y eso que Ángel Correa pudo marcar las diferencias con el remate de izquierda que mandó a la grada.
Álvaro Morata desarrolló y mejoró su olfato de cara a portería conforme los minutos. Pese a ello, daba la impresión de un Atlético de Madrid muy lejano a la versión que contaba sus partidos locales ligueros con victorias. Además, hay que sumar algún acercamiento tímido del Real Mallorca, pero que cumplió su función: crear dudas en la idea del Cholo.
El creador de ilusiones
Sin embargo, Samu Lino se presentó a escena. El creador de ilusiones que pasó su tiempo fabricando travesuras con la pelota. Antes del descanso no tuvo tanta trascendencia, pero fue tomarse un respiro y saltar al siguiente nivel. En su acción más destacada, se le ocurrió la gentileza de dejar solo a Álvaro Morata, aunque el español no consiguió encajar el esférico entre los 3 palos de Predrag Rajkovic.
Eso mismo sucedió en el caso de Ángel Correa. El argentino buscó la escuadra instantes antes de ser sustituido con el mal de ojo que se marchó fuera. Acto seguido, la música empezó a sonar y arrancó el carrusel de los cambios. Enfoque especial en Koke, quien hizo más historia todavía convirtiéndose en el primer 'colchonero' que alcanza los 600 partidos oficiales. El concepto 'leyenda' se queda corto.
Lo de siempre
A partir de aquí, lo de siempre. Antoine Griezmann. Ni más ni menos. El francés surcó los cielos capitalinos a merced del regalo de Mario Hermoso. Un envío tan sumamente delicioso no pudo contar otro desenlace. Tuvo que ser el que se encuentra en el fondo de las mallas. Testarazo sobresaliente del '7' que hizo imposible cualquier heroicidad de Predrag Rajkovic. 1-0 y melodía celestial en el Cívitas Metropolitano.
No obstante, lo que era un golpe de moral para los anfitriones aterrizó en el bando de los huéspedes. Es decir, el efecto del banquillo de Javier Aguirre llegó a coquetear con el empate. La entrada de Cyle Larin dio mayor presencia en zona enemiga hasta que saltó al verde un jugador con pasado en la cantera de Majadahonda: Amath Ndiaye.
Imperdonable
Imperdonable. Quizás es la definición idónea para catalogar el mano a mano que estropeó el futbolista con raíces rojiblancas. Con Jan Oblak prácticamente vendido, el '23' de los baleares cruzó su golpeo en demasía y acabó impactando en las vallas publicitarias. El mismo destino fue el de Memphis Depay. Ni el hombre de las rastas consiguió doblegar las distancias y matar el resultado.
En definitiva, Antoine Griezmann es el líder del Principado de Madrid. Un proyecto rendido a su gran figura que ya presume de 16 victorias consecutivas en el Cívitas Metropolitano. Certero en LaLiga e implacable en Champions League. Empatado a puntos con el Barcelona pese al partido de menos en su registro. La lucha de los buenos siempre contará con los mejores.