El Atleti responde ante las adversidades

Siempre es el tercero en discordia. Quiere sentarse en la silla de los grandes, pero la altura no le da. Frente a esta leyenda memorizada en la sociedad, el Atlético de Madrid responde ante las adversidades. Esta vez, contra la reacción de un Real Valladolid que le plantó cara con el 4-2 definitivo en la jornada 31 de Primera División. El VAR le echó más de un cable a Díaz de Mera en una noche marcada por los penaltis. El colista se puso por delante, pero 2 minutos locos de los 'rojiblancos' destaparon la victoria impulsada por la sentencia final bajo la firma del oportunista Alexander Sorloth.
Hasta 3 penas máximas se presenciaron en el Riyadh Air Metropolitano. Mamadou Sylla con el 0-1 y Julián Álvarez por doble partida en los momentos cruciales que ataron el 18º triunfo de la temporada. Van 63 puntos en su casilla. Con 7 de desventaja respecto al Barcelona y a 3 del Real Madrid en igualdad de condiciones. Además, la presión también venía desde atrás con el Athletic Club al acecho. Y vuelve a ser de 6 unidades el margen sobre los 'leones'. Salvo giro radical, se encuentra fuera de toda pomada por los títulos. Pero tiene que aprender a domar el arte de saber estar.
El encuentro alcanzó tal pesadez en su inicio que incluso los presentes en el Riyadh Air Metropolitano temieron lo peor en el Lunes Santo. El colmo llegó con la lluvia, que apretó en la capital conforme pasaron los minutos. Gracias al VAR, el asunto entró en ebullición. Debido a la falta de acierto de Díaz de Mera. El mismo que se marchó a la pantalla para rectificar y señalar penalti por el contacto de Clément Lenglet con el codo. Mamadou Sylla le negó la portería imbatida a Jan Oblak, quien seguirá esperando para igualar a Víctor Valdés. Le engañó a la perfección y elevó el 0-1 al marcador.
El problema del Pucela fue que la fiesta le duró menos que lo que tarda una gota en precipitar desde el cielo y tocar el césped. Giuliano Simeone fue el más astuto en el área y Javi Sánchez le pisó por llegar tarde a la disputa. De nuevo, misma fórmula que la anterior. El colegiado no ve nada en el directo y tiene que esperar a que los de fuera le salven la papeleta. Una tónica que se agradece y te preocupa a la vez. Están para los aciertos, aunque muestran los constantes errores de los principales. La cuestión es que Julián Álvarez no perdonó el regalo y cuajó el 1-1 en un abrir y cerrar de ojos.
Por si fuera poco, todavía quedaba lo mejor. En 2 minutos, el Atlético de Madrid le dio la vuelta a la tortilla para adelantarse en el electrónico. Pablo Barrios mandó en largo hacia el hijo del entrenador. El que lleva toda la temporada aprovechando oportunidades y cerrando picos. Ese que se deshizo de la marca débil de Henrique Silva y venció por alto a André Ferreira. 2-1. El frío se apoderó de un banquillo que lleva congelado toda la temporada. Porque su equipo no gana, sus propios integrantes casi llegan a las manos y el infierno de Segunda División empieza a encajar la llave en su puerta.
Darwin Machís, en los prolegómenos del descanso, protagonizó la única 'chance' del Real Valladolid con el cuero en movimiento de la que disfrutó hasta entonces. Se atrevió con un latigazo lejano desde la otra punta del estadio y Jan Oblak atrapó el esférico sin apuros. Tras el tiempo de tregua, Antoine Griezmann no acertó con un cabezazo que no supo encajar en el marco. Y una falta de Clément Lenglet en la frontal de su jaula volvió a meter al colista en la faena de la forma más cruel posible para los rojiblancos. Javi Sánchez golpeó y la mala suerte señaló a Conor Gallagher.
El don del oportunismo retrató al inglés, que desvió la trayectoria y manifestó el 2-2 en su contra. No obstante, esa bendita maldición le devolvió en su favor el penalti de novatos que cometió Henrique Silva sobre Marcos Llorente. El atacante estuvo más activo en la acción que el defensor y le comió la tostada. Fue tan sumamente claro que ni el propio Díaz de Mera recibió ayuda externa. Lo señaló él solito. Hasta los 11 metros se dirigió Julián Álvarez en el 'flash' del 1-1. Nada de jugueteos hacia el centro. Disparo a su izquierda y nuevo engaño a André Ferreira. 3-2 y quedaba más.
En un intento de saciar su sed de venganza, el arquero visitante le sacó una mano prodigiosa al argentino y le frustró el 'hat trick'. Para su tristeza, Alexander Sorloth tiene un doctorado en posicionamiento en segundas acciones y solo tuvo que empujar el esférico para materializar el 4-2 definitivo. El cúlmen de un Atlético de Madrid que responde ante las adversidades. La Champions League pasó a mejor vida y la Copa del Rey queda en el recuerdo. Solo le queda la Liga por cuestión matemática y, hasta que la calculadora le brinde esperanzas, tiene que saber estar por lo que pueda pasar.