Lo que parecía hace mucho tiempo atrás una quimera, ya no lo es. Joao Félix, ese futbolista que para el Atlético no servía, está reencontrándose consigo mismo en el Barcelona. El 'Menino de Oro', que ya dio pasos significativos hacia adelante en el duelo contra el Betis, terminó confirmando lo que viene a ser su resurrección.
Xavi mantuvo su confianza en el portugués y su respuesta no pudo ser mejor: dos goles, una asistencia y detallitos en la goleada al Antwerp (5-0). Muchos aficionados 'culés' -que los hay- se echaron las manos a la cabeza con la incorporación del luso y ahora están viendo que el jugador está rindiendo por encima de lo que esperaban. Qué decir de los del Atleti, que a buen seguro no entienden la transformación de un jugador que estaba condenado en el ostracismo.
Está visto y comprobado que lo único que necesitaba Joao Félix era cariño, ser feliz, y eso no lo ha tenido en el cuadro rojiblanco. Simeone tampoco estuvo por la labor de recuperar a un futbolista que ha conseguido darle la vuelta a la tortilla, lo mismo que Ferran Torres y su mentalidad de tiburón.
Joao Fénix
Ya en su primera aparición, el 'Menino de Oro' se quitó de encima a un defensor con un toque, pero llegó otro adversario que le rebañó la pelota. Estaba activo y con ganas de liarla, y finalmente lo hizo en el 11'. Con el Antwerp disputándole la posesión al cuadro azulgrana en los primeros compases, el '14' marcó el camino hacia la victoria en su segunda puesta en escena.
Gran combinación entre Gündogan y Lewandowski que continuó con un pase del germano a un Joao Félix que batió con la derecha a Butez. El portugués volvió a mirar al tendido como ante el Betis y se le escapó una sonrisa, un gesto que lo dice todo. No hubo ni tiempo para parpadear cuando el luso dejó de nuevo su impronta en el partido: balón colgado al segundo palo y Lewandowski, con la caña preparada, metió la pierna derecha para hacer el 2-0.
El Barça demostró que quería más y otra vez tardó muy poco en hacer el tercero. Esta vez llegó en forma de autogol de Bataille, en una acción de un Raphinha que buscó el centro al corazón del área y que pilló a contrapié al guardameta. En cuestión de 11 minutos, los 'culés' ya mandaban 3-0 en el marcador y todavía quedaba un mundo para ampliar la cuenta anotadora.
La culminación
Los pupilos de Xavi seguían rondando el área rival y los belgas ya sí que dieron un paso para atrás para intentar evitar una goleada que estaba cerca de hacerse realidad. La superioridad ya era aplastante, pero hubo que esperar hasta el segundo tiempo para ver los dos goles restantes.
Antes de llegar a esos dos momentos, Joao Félix deleitó a los espectadores con varios trucos: uno en un pase a Lewandowski entre una maraña de rivales que intercepó un defensor y otro con un sombrerito marca de la casa a un oponente. El 'Menino de Oro' se estaba gustando y dio avisos de que todavía le quedaba otro disparo en la recámara para la reanudación.
A la vuelta de vestuarios, el guion de partido no cambió con un Barça que tenía el dominio al completo del juego. Gündogan probó fortuna tras un pasazo de Raphinha, pero fue finalmente Gavi el que anotó el cuarto. El canterano se aprovechó de dos remates fallidos del propio İlkay y Lewandowski para fusilar a Butez.
Van Bommel y Xavi Hernández, con todo ya más que sentenciado, movieron los banquillos para meter frescura en el terreno de juego. No obstante, la fiesta ya estaba montada y Joao Félix se encargó de poner la culminación al partido y a su actuación con su doblete particular. El portugués, tras un gran balón desde la esquina del área de Raphinha, ejecutó un testarazo en el segundo palo para despedirse de la mejor forma posible.
Ya con el 5-0 hubo ciertos minutos en los que los azulgranas se relajaron y facilitaron alguna que otra llegada belga, siendo la más peligrosa la que tuvo lugar en el 74'. Ter Stegen, como viene siendo habitual en los encuentros, dejó su impronta con una doble parada a Ilenikhena y Yusuf pese a que el árbitro invalidó la acción por un fuera de juego previo.
Ya los últimos 15 minutos fueron un acoso y derribo local, con Lamine Yamal, el debutante más joven de la historia del Barça en Champions, rondando el gol en dos ocasiones que no concretó. Ferran Torres también buscó su tanto al igual que un Lewandowski que quería su segunda diana del día.
5-0 para el Barça, que inicia con el pie derecho su andadura en una Champions en la que buscará alejar los fantasmas de las dos eliminaciones seguidas en la fase de grupos. Este es el camino que debe seguir para lograrlo.