'No lo pueden entender', era lo que escuchaba tiempo atrás Joao Félix durante su estancia en el Atlético de Madrid. El lema del aficionado rojiblanco, con el que trata de demostrar el sentimiento que se tiene por el equipo, algo que no se puede explicar ni con siquiera palabras. Y, precisamente, lo que ha pasado en el Estadio Olímpico Lluís Companys no se puede explicar, o quizá sí gracias a la mentalidad de tiburón.
El 'Menino de Oro', condenado en el ostracismo en el conjunto 'colchonero', terminó saliendo por la puerta de atrás en busca de una oportunidad en el Barcelona. Ya tuvo sus primeros minutos en El Sadar, pero ha sido ante su nueva afición donde ha demostrado que está más que dispuesto a resucitar como futbolista.
Mucho le queda para poder encontrar su mejor versión, esa que deslumbraba en el Benfica. Son los primeros pasos y es bastante curioso que su buen partido ha tenido lugar el mismo día en el que el Atleti ha firmado en Mestalla un choque pésimo. Casualidad o no, Joao Félix acabó feliz, como si hubiese tomado al salir al campo una especie de Félix Felicis, lo que en el mundo de Harry Potter se conoce como suerte líquida.
Es una especie de poción mágica que permite a su bebedor, por tiempo limitado, tener suerte en todo lo que afronte. En este caso, su debut como titular. El portugués solo necesitó 25 minutos para anotar su primer tanto, en una acción en la que Rui Silva no estuvo afortunado.
El otro Joao, Cancelo, se tiró al suelo para interceptar un pase a Ayoze en el inicio de la jugada. Ferran Torres buscó rápido a un Oriol Romeu que puso la pelota en el área, viendo la llegada de Joao Félix. El '14', que remató de volea en semifallo, aprovechó que el balón quedó suelto y que Rui Silva salió muy lento para superarlo y mandar el esférico al fondo de la red.
El portugués lo celebró por todo lo alto y miró al tentido con felicidad, como si estuviese viviendo el inicio de una bonita etapa. El Barça consiguió quitarse de encima el buen arranque que había tenido su oponente, que le apretó en todo momento cuando trataba de salir con la pelota jugada. De hecho, los verdiblancos protagonizaron antes del 1-0 dos acciones peligrosas, una muy clara de un Luiz Henrique que cruzó demasiado y otra de Ayoze tras una acción a balón parado.
Mentalidad de tiburón
Pero esto es el fútbol y la pelota hay que meterla dentro de la portería. El Betis no se esperaba ese tanto y más con lo bien que lo estaba haciendo, y la herida se agravó 8 minutos después. En el 32', Christensen buscó a un Joao Félix que firmó una 'no asistencia' a Lewadowski. El polaco se quedó solo ante Rui Silva y puso el balón en el palo derecho.
El Barça había resuelto prácticamente el encuentro con dos chispazos y preparó el terreno para la fiesta del segundo tiempo. Los pupilos de Manuel Pellegrini sufrieron una desconexión muy severa que les llevó a encajar una goleada que culminaron Ferran Torres, Raphinha y Cancelo. Pero antes de llegar al segundo acto, Ter Stegen, con la habitual parada de siempre, fue decisivo para evitar el 2-1 de un Willian José que remató en sus narices a pase de Isco.
Tras la reanudación, el conjunto azulgrana mostró una gran ambición y fue a por más tantos. Ningún jugador se tomó un respiro a diferencia de los andaluces. A los 58 minutos, Joao Félix vio cómo le anularon un gol por fuera de juego previo de Gavi, lo que fue la antesala de lo que que iba a venir a continuación.
Ferran Torres, en un último servicio, acabó con la maldición con las faltas tras el adiós de Leo Messi. La música del 'Tiburón' resonó de nuevo en su cabeza en el libre directo y con un toque sutil colocó la pelota en el palo izquierdo de Vieites, que salió al inicio de los segundos 45 minutos por Rui Silva, que acabó con un problema muscular.
El valenciano, también ayudado por lo mal que estaba situada la barrera, volvió a llevarse la mano a la cabeza en clara señal del cambio de mentalidad, esa mentalidad de tiburón. La cultura del esfuerzo, de la superación, y una energía que ya se han instalado en el vestuario 'culé'.
Joao Félix ha llegado con ganas y puede convertirse en 'Joao Fénix' y Ferran está dándole vuelta a la tortilla después de todo lo que se han reído de él. En esa línea van también Raphinha, siempre criticado, y un Cancelo incombustible que es la pieza que le faltaba a Xavi Hernández.
En primer lugar, el brasileño, en su primera aparición, realizó un gran giro en la frontal para colocar la pelota en el palo izquierdo. El 4-0 ya era una losa y Pellegrini quitó a sus mejores hombres pensando en el debut europeo. Por su parte, el Barça no bajó el nivel y metió el quinto en el 81'.
Fue Cancelo, que se desenvolvió en una especie de 'falso centrocampista' cuando atacaba su equipo. Guardiola ya le utilizó de esa forma en más de una ocasión y el peligro que genera es total. Su partido lo completó con un golazo marca de la casa: recorte a Juan Miranda y disparo cruzado.
Todavía podía caer alguno más, pero ni Gündogan, que tuvo unos minutos, ni Lewandowski, que llegó a inventarse un remate de tacón, estuvieron acertados. Con esa mentalidad, el Barça, líder a expensas de lo que haga el Madrid, puede competir contra cualquiera a diferencia del Betis, que pagó caro esa desconexión pese a que su imagen fue muy buena en la primera parte.