Elustondo pone la alfombra roja y el Barça desfila hacia el liderato

El Barcelona vuelve a ser líder. Los de Hansi Flick, con la crisis de finales del pasado año ya olvidada, siguen imparables en 2025 y alargaron un duelo más su magnífica racha sin perder tras derrotar por 4-0 a la Real Sociedad. Tras el pinchazo del Madrid y el triunfo del Atleti, los catalanes necesitaban ganar para encabezar la tabla en solitario. El rival, por contexto histórico, era el idóneo y el Barça, que ya vislumbra su duelo europeo ante el Benfica, no falló, permitiéndose incluso el lujo de ahorrar fuerzas en un encuentro que quedó visto para sentencia antes de llegar al descanso.
De hecho, el partido en sí duró 17 minutos. Poco más de un cuarto de hora en el que la Real Sociedad dejó una gran imagen, con una presión alta que incomodaba al Barcelona en la salida de balón y sin miedo a elaborar la jugada desde atrás pese a que los jugadores 'culés' mordían como es habitual en su deseo de recuperar el esférico lo más cerca posible del área rival.
La carta de presentación en la ventosa tarde de Montjuïc era inmejorable, pero toda esperanza de lograr una victoria en su territorio más hostil (solo cuatro triunfos ligueros de los donostiarras a lo largo de la historia en feudo 'culé') se esfumaron de golpe y porrazo cuando Elustondo, siendo el último hombre, derribó a Dani Olmo. El central de la Real reclamó que Javi López andaba cerca de la acción para evitar el castigo, pero el colegiado no dudó: a la calle... y fin del juego.
Si con 11 ya apuntaba a ser una gesta el hecho de ganar o puntuar ante el Barcelona, el quedarse con un jugador menos convirtió la misma en una auténtica quimera. Desde el mismo momento de la expulsión, el Barça, que se jugaba el liderato, no levantó el pie de acelerador y percutió con insistencia la defensa de los de San Sebastián.
La única esperanza de los vascos era que la fortuna les echara una mano, pero ni por esas. En un abrir y cerrar de ojos, con Lamine Yamal como actor principal, el Barça hiló una gran jugada por la banda derecha que acabó con un balón interior para Olmo. El '20', el el corazón del área, buscó un pase sutil por alto cuando todos esperaban un disparo y Gerard Martín, gran novedad en el once de Flick, agradeció la espontaneidad de su compañero para poner el 1-0 de volea con su primer gol como profesional.
Sin tiempo de asimilar el golpe, la Real se encontró cuando quiso darse cuenta con el 2-0 en el marcador. La fortuna le fue esquiva al cuadro de Imanol, que vio cómo un remate desde la frontal de Dani Olmo se convirtió de manera involuntaria en el primer tanto con la camiseta azulgrana de Marc Casadó. Dos goles de ventaja, un jugador más y todo visto para sentencia... en media hora.
El segundo tanto dejó totalmente fuera al equipo de Imanol Alguacil y el Barcelona, casi por inercia, merodeó el 3-0 antes del descanso. Lewandowski y Olmo fueron los más insistentes, pero entre Remiro y una zaga que achicaba agua evitaron males mayores antes de que el encuentro se marchara al descanso.
En busca de algo diferente y también para dar descanso a dos jugadores importantes ante lo complicado que estaba el choque, Imanol quitó al descanso a Zubimendi y Barrenetxea, dando entrada a Mariezkurrena y Turrientes. Los cambios no variaron un ápice el guion, con un Barcelona dominante que, sin dejarse la vida en ello, buscaba ampliar su renta.
Pedri, con un disparo estratosférico, se topó con la cruceta. El de Tegueste lamentó su suerte, aunque tuvo el consuelo de una grada entregada a él ante su nivel superlativo de las últimas semanas. Mayor suerte tuvo Araujo, que cazó un rechace en el área de Remiro tras un remate de cabeza de Lewandowski para, en el 56', poner el 3-0 y sentenciar del todo el choque.
Con todo el pescado vendido, Flick, con vistas a la Champions, movió su banquillo para dar descanso al propio Pedri, a Cubarsí y al eléctrico Raphinha, que dejaron su sitio en el campo a De Jong, Eric García y Ferran Torres. No influyeron demasiado estos movimientos en el devenir de un choque en el que Lewandowski se invirtió los papeles con Araujo para poner el 4-0 minutos después. El uruguayo fue el que lo probó desde fuera del área y el polaco, en la trayectoria del balón, desvió lo justo para sumarse a la fiesta.
La media hora final se fue yendo entre un Barcelona que se gustaba y buscaba la 'manita' por diversión y una Real que celebraba el paso de los minutos y que el fin de su tortura estuviera cada vez más cerca. La lógica aplastante del tiempo cumplió el deseo donostiarra, que añadió una nueva derrota a su historial en la Ciudad Condal ante un Barça que entra al mes de marzo en la 'pole position' para pelear todos los títulos.