Raphinha. Rashford. Los dioses Ra de esta noche en el Camp Nou regalaron una divina creación que terminó en un pacífico 2-2 entre Barcelona y Manchester United, pero que pudo haber tenido casi cualquier resultado posible. El sol amagó con salir a cada rato en la primera parte y picó todo lo que pudo en la segunda gracias a los destellos de dos futbolistas con grandes similitudes.
El primero, el azulgrana, llevó todo el peso ofensivo de su equipo. Su enfado, monumental, al irse antes de tiempo (o eso pensamos todos) fue compartido por una afición que quería más 'show' del '22'. Suya fue la asistencia del primer gol, un tanto que Marcos Alonso elevó al cielo, y suyo fue el 2-2 en otro intento de asistencia que, con ayuda divina, se convirtió en el tanto del empate tras el no toque de Lewandowski.
El segundo, el 'red devil', fue una continua amenaza para la defensa local. El '10', que está de 10 en este 2023, se vale de esa confianza para sacar lo mejor de unas botas que, hace bien poco, estaban muy lejos de lo que prometían hace algunos años. Obligó a Ter Stegen a hacer el paradón de la noche, se aprovechó de la negilgente colocación del alemán para marcar el 1-1 y originó la jugada del 1-2.
Desde el principio, el cartel y los momentos invitaban a sentarse a ver el partido. Españoles e ingleses llegaban en un buen momento, si bien eran los de Xavi los favoritos. Su liderato en la Liga y su fiabilidad, además de la localía, le empujaban a llevar ese cartel. Y así lo aceptaron y lo lucieron en el primer tiempo.
El United avisó con picar con un par de llegadas peligrosas en los primeros minutos, pero fue el Barça el que dominó. De hecho, llegó a atosigar por momentos a un equipo que se dedicaba a dar pasos atrás y balonazos adelante. De Gea tuvo que emplearse a fondo para despejar el zurdazo de Lewandowski y Raphinha probó suerte con un remate con el exterior desde lejos.
Conforme pasaban los minutos, la presencia 'culé' en campo contraria crecía hasta casi el absoluto. Marcos Alonso, con una falta desviada, y Pedri, con una volea dentro del área tras una picada de Gavi, convirtieron el asedio en ocasiones justo antes de que los 'red devils' comenzasen a cambiar el guion.
Sustos del United y de Pedri
Poco antes de la media hora, el Manchester United pareció hartarse de sufrir y dio un acelerón. El Barça se escondió ante su rebelde rival, que puso en apuros a Ter Stegen con varios sustos. Wan-Bissaka regaló un pase a Sancho que remató mal y Weghorst se estrelló contra Ter Stegen en un mano a mano poco después. Y casi sin tiempo para respirar, Casemiro peinó una falta que tuvo que atrapar, en dos tiempos, el meta azulgrana.
El mayor susto parecía ser elñ que dio Rashford en el 37', cuando su remate, raro en las formas pero perfecto en la dirección, fue repelido por Ter Stegen con un paradón a mano cambiada que tuvo valor de gol y de incluso algo más. Pero no. El mayor susto fue el de Pedri.
El canario tuvo que abandonar el partido antes del descanso por lesión. El jugador sufrió una lesión muscular en el recto anterior del muslo derecho que le obligó a dejar su sitio a Sergi Roberto, una, con suerte, duda para la vuelta que se une a la baja confirmada de Gavi, la amarilla al estar apercibido.
Antes de la salida de Pedri, Jordi Alba perdonó el empate en una jugada en la que pidió penalti. Wan Bissaka recibió un pase en zona defensiva, justo en la frontal, y se echó demasiado para atrás para acomodarse. Cuando quiso darse cuenta, estaba muy lejos del balón y Alba se hizo con él. Pisó área y chutó, pero el propio Wan Bissaka y De Gea rechazaron el disparo a córner. Pidió la pena máxima el lateral, pero el defensa salvó limpiamente.
Y el champán se descorchó
No sería esa la única polémica arbitral de un día en el que, precisamente, ya iban sobrados en el Barcelona de polémicas y de árbitros. En la segunda mitad, Koundé pudo ver la roja por una falta que no pitó el colegiado a Rashford como último hombre. Y el United pudo ser castigado con un penalti por manos de Fred que en LaLiga no sería ni dudoso, sino claro. Nada de eso pasó, quedaron también en 'X' en este apartado y el fútbol se abrió paso antes y después en un segundo tiempo eléctrico.
Después de muchos arreones, el champán se descorchó. Y con mucha fuerza salió el tapón que aguantaba a los goles en la botella. Raphinha rozó el 1-0 con un zurdazo lejano que casi rozó el palo y Sancho perdonó el error de Araujo, con un mal control en el área, al fallar un disparo franco en el segundo palo. Fue entonces cuando el Barça logró adelantarse en el marcador.
Marcos Alonso, de cabeza en el segundo palo, remató al fondo de la red el córner sacado por Raphinha para adelantar al Barcelona en el 50'. El defensa, emocionado, dedicó el tanto al cielo tras el fallecimiento reciente de su padre. Pero la alegría le duró solo dos minutos a los locales. Rashford, en el 52', se coló en el área por la derecha y, con poco ángulo, remató con fuerza a la base del primer palo para batir a un ter Stegen que, quizás, pudo cubrir mejor su palo.
El ritmo pasó a ser exagerado. Exageradamente bueno para los amantes de esto. De Gea voló para blocar (sí, algún portero sigue blocando hoy en día) un tiro de Raphinha y salir en la foto lo más espectacular posible. Y justo antes de que se cumpliera la hora de juego, llegó el 1-2 para los 'red devils'.
Rashford se fue de Raphinha cerca de la línea de fondo y sacó un centro-chut que, tras algún intento de despeje, dio en Koundé y se metió en la portería de Ter Stegen. De nuevo el '10' sacó su varita para originar la vida de un equipo que llegó a parecer muerto en algún momento del primer tiempo.
El choque entró en una ida y vuelta fácilmente predecible y entendible. El Barça se volcaba en busca del empate y el United amenazaba a la contra. Xavi metió tres cambios e hizo entrar a un Ansu Fati que estuvo muy activo, aunque sin suerte, en las inmediaciones del área.
Lewandowski mandó cerca de la escuadra una falta y Wan-Bissaka, al minuto, mandó fuera un zurdazo en el área. Fue lo último peligroso que se vio hasta que, en el minuto 76, llegó el gol del empate. Varane perdió un balón que acabó en las botas de Raphinha. Centró desde la izquierda para buscar a un Lewandowski que hizo el ademán de rematar, pero no rozó la pelota. Esta entró directamente en la portería de De Gea tras pasar por debajo de las piernas de un defensor.
Rashford y Raphinha, haciendo honor a su partidazo, tuvieron una más cada uno y con un minuto de diferencia. El '10' le pegó demasiado fuerte en el lateral del área y el '22' se encontró a un gran De Gea con un cabezazo tras un error de Shaw. Si bien los Ra fueron los dioses, De Gea y Ter Stegen fueron ángeles (o demonios, según a quién le preguntemos) durante todo el partido. Porteros de nivel para un partido de nivel.
El arreón final fue todo azulgrana. El Barça mereció algo más en una cascada de llegadas en la que, ya sin Raphinha, tuvo mucho que ver Ansu Fati. Tiró desde la frontal con intención de buscar el segundo palo, aunque desviado, en el 84' y forzó el paradón de De Gea con un trallazo en el área en el 88', Un minuto antes, Casemiro, al intentar despejar, mandó el balón al palo de su propia portería.
Murió el partido en el área del United. Otro tiro de Ansu Fati y un remate de Araujo en el segundo palo fueron las últimas bazas de un equipo que deberá buscar, sin Gavi y sin Pedri, la clasificación a Mánchester tras un partido que, como poco, merece la sacada de sombrero de todos.