El Bayer Leverkusen salió a mandar desde el pitido inicial del derbi del Rin de este domingo ante el Köln, apropiándose de la pelota y del campo, ganando las segundas jugadas, generando llegadas y permitiendo muy poco -casi nada- a su rival.
En el minuto 12, Victor Boniface tuvo dos ocasiones casi seguidas. En el 17', Jonathan Tah remató de cabeza por encima del larguero un lanzamiento de falta de Jonas Hoffmann y en el 20', el meta visitante, Marvin Schwäbe, tuvo que desviar a saque de esquina un remate de media distancia de Florian Wirtz.
Dos minutos después, llegó el primer gol. Boniface metió el balón al área, donde Alejandro Grimaldo lanzó un centro a Wirtz, que desvió el esférico atrás de tacón y Hofmann marcó con la zurda. El segundo, 10 minutos después, lo firmó Jeremy Frimpong, otra vez a centro de Grimaldo desde la izquierda.
Hasta ese momento, el Köln no había rematado a puerta y muy pocas veces había logrado pasar de la línea central. El Bayer rozó el tanto en el minuto 35 con un gran remate de Grimaldo al que Schwäbe reaccionó con una excelente parada.
Solo en el tiempo añadido de la primera parte, el cuadro visitante logró fabricar algunas llegadas. Primero con un remate a las nubes de David Selke desde buena posición y luego con un doble remate de Martel en un saque de esquina.
Aunque el Köln trataba de rebelarse contra su destino y Schwäbe firmó varias buenas intervenciones, la superioridad del Bayer Leverkusen era apabullante y el tercer gol se anunciaba por todas partes. Y llegó en el minuto 67.
El equipo local mostró entonces que no solo puede marcar sometiendo permanentemente al contrario, sino que también puede jugar al contragolpe. Con el rival muy adelantado, Frimpong recibió un pase largo y prolongó el balón a Hofmann, que, tras llegar al área, centró al segundo palo y Boniface marcó a placer.
El Bayer tuvo varias oportunidades para ampliar su renta. Un remate desviado de Boniface tras llegar solo al área y una jugada en la que Frimpong remató contra el cuerpo de Schwäbe cuando pudo tocar al costado para que Hofmann definiera a puerta vacía. Pero esos fallos estuvieron muy lejos de pasar factura a un equipo que fue amo y señor de todo el campo.