No hay mejor plan para un jueves festivo en Sevilla que un partido de fútbol. A las 21.30, con la fresca, algo más, al menos. Y si a esto le sumas que tu equipo, en este caso el Betis, arranca la temporada 2024-25 con victoria, ese día te vas a la cama con una sonrisa. O mejor dicho, una doble sonrisa si encima el autor del gol es un tío como Marc Bartra, que no jugaba desde el pasado 1 de octubre y se perdió el resto de campaña por una lesión en el Tendón de Aquiles. No obstante, el Girona se creció y le arruinó el debut con triunfo a los locales con el empate en el 72' fruto de la flojera y el desgaste de los hispalenses, que se quedaron con la alegría a medias.
El Benito Villamarín tenía ganas de fútbol y eso lo demostró desde antes del pitido inicial, donde el himno resonó por toda la Avenida de La Palmera. El comienzo fue intenso, con velocidad y ritmo, pero con un conjunto verdiblanco mucho más entero y agresivo arriba con respecto a su rival.
Fruto de esa pasión con la que se caracteriza el Betis, llegó el 1-0. Saque de esquina de Fekir y remate imperial de Bartra, que le ganó la posición a su defensor y conectó un potente testarazo que se marchó al fondo de la red.
Le sentó de maravilla ese tanto al conjunto de Manuel Pellegrini, que estaba dejando un buen sabor de boca en el arranque del partido. Todo lo contrario que el Girona, que se mostró desordenado, sin ideas y con esa falta de chispa tan característica el pasado curso. Pero claro, Míchel era consciente de que las cosas habían cambiado, que Oriol Romeu no es Aleix García; que Bryan Gil no es Savinho y que Abel Ruiz no es Dovbyk, aunque su enfado fue mayúsculo.
Pudo llegar el 2-0 del Betis en un error flagrante de Aranu Martínez, que dejó la pelota demasiado corta y Ruibal recogió el balón para quedarse completamente solo ante Gazzaniga, que se hizo enorme en el mano a mano y salvó el segundo.
Pese a que el partido fue perdiendo fuerza a medida que avanzaron los minutos, eran los verdiblancos lo que estaban más cerca de aumentar su renta. Sin embargo, pecaron de falta de acierto y el Girona pudo respirar aliviado de camino al vestuario, pues el partido seguía abierto de cara a la segunda parte.
El Girona ofreció otra cara en la segunda mitad. Míchel tiró de las orejas a los suyos y la actitud fue otra. Apostaron por llevar la batuta del partido y llegar con más asiduidad a la zona de peligro. Sin embargo, las ocasiones seguían siendo ineficaces.
Además, el Betis no estaba muerto, aunque sí es cierto que el conjunto de Manuel Pellegrini dio un paso atrás una vez comenzó el segundo acto y disminuyó esa alegría e intensidad del principio.
Entretanto, el Girona siguió con su particular batalla en busca del empate. Abel Ruiz avisó con un balón que estrelló en el palo tras ganarle la posición a Bartra y rematar solo. También lo hizo Rodri, que pudo matar el partido tras un contragolpe, pero Gazzaniga le sacó una mano brillante arriba y evitó el 2-0 de forma crucial.
Míchel movió el banquillo y ese resultó ser un punto clave. La entrada del canterano Iker Almena en primer lugar y después de Gabriel Misehouy dotó al equipo de savia nueva y de piernas frescas. Así pues, cuando el neerlandés apenas llevaba un minuto en el campo, el empate subió al marcador.
Se quedó protestando el Betis una posible mano de Iván Martín, el juego continuó y Misehouy abrió para Almena, que rompió a su par y se la devolvió al neerlandés de 19 años, que solo tuvo que empujarla para colocar el 1-1 en el marcador. Jugada maestra de Míchel.
Aquí fue donde el partido se rompió. Los dos equipos querían la victoria y el encuentro fue un correcalles. El Chimy Ávila tuvo el 2-1, pero su remate se estrelló en la madera. Por otro lado, Almena y Misehouy siguieron siendo los agitadores del choque y el atacante neerlandés rozó el doblete, aunque se acabó quedando con las ganas.
Ortiz Arias decretó el final del tiempo reglamentario y Betis y Girona firmaron un empate que acabó siendo justo. Muy pronto para sacar conclusiones en estos momentos de la temporada, aunque a ambos conjuntos se le evidenciaron cosas que mejorar.