No es necesario ser de Brasil para aplaudir, vibrar, levantarse y divertirse con esta 'Canarinha'. La versión de los primeros 45 minutos fue prácticamente perfecta. Solo los seguidores surcoreanos estarían en contra de un equipo que siempre buscó el gol, nunca se conformó y, sin querer, mandó un mensaje a esas otras selecciones que abrazan el conformismo y la ley del mínimo esfuerzo cada vez que pueden.
Los de Tite bailaron en sus celebraciones hasta que le dolieron los pies. E incluso el propio seleccionador se unió, pero la coreografía de la que hablamos no es solo esa. El técnico se empeñó en jugar con cinco delanteros (en Brasil, meten a Paquetá en esa demarcación) en este Mundial y en estos octavos de final, marcaron cuatro (Vinicius, Neymar, Richarlison y Paquetá) y Raphinha se quedó muy cerca en más de una ocasión.
Ese es el baile que arranca aplausos. El que es imposible no corear. Ataques, jugadas hilvanadas, intentos de obras de arte que, aunque no siempre salgan, se agradecen desde casa. La 'Verdeamarela' nunca buscó una silla por mucho que le palpitaran los talones. Siguió danzando a lo largo y ancho de una primera parte que le permitió, tras el rotundo 4-0, probar algunas cosas pendientes en la segunda.
Una delantera de 5 y de 10
Vinicius marcó en el 7', asistido por Raphinha; Neymar lo hizo en el 13' gracias a un penalti provocado por Richarlison, quien puso el 3-0 antes de la media hora; y Paquetá, para terminar con el 'show', puso el 4-0 en el 36' a pase de Vini. Ahí están los cinco. Un cinco de diez.
El madridista abrió la lata tras presumir de algo de lo que carecía hace no demasiado. Definió con tranquilidad, cabeza y acierto un pase de Raphinha desde línea de fondo. Neymar y Richarlison estuvieron a punto de rematarlo, pero el destino quiso que fuese el 'merengue' el que hiciese el 1-0.
El baile empezó a arrancar los aplausos del respetable con los dos tantos que llegaron antes del 30'. Woo-Yung Jung pecó de inocente al despejar en el área un balón al que, por detrás, llegó antes Richarlison. El del PSG, totalmente recuperado de su lesión, asumió la responsabilidad y batió al portero surcoreano después de casi un ritual con 'paradinhas', esperas, saltitos y demás. Puro Ney.
El delantero 'spur' pasó poco después de provocador a ejecutador. Fue el paso estrella. Suele ser el último, pero este se llevó los dieces pese a no serlo. Todo comenzó con la 'Foquita' Richarlison, que dio tres toques seguidos de cabeza antes de llevarse la bola y cedérsela a Marquinhos. Este encontró en la frontal a Thiago Silva, quien, de primeras, filtró un pase perfecto para el '9'. No se puso nervioso el delantero, que batió al meta con una definición perfecta con el interior de su bota izquierda.
Entre tanto gol, Alisson también quiso su cuota de protagonismo. El portero no había recibido disparos aún (ante Camerún, jugó Ederson) y se lució en los primeros. Dejó un vuelo sin motor a la escuadra para, a mano cambiada, dejar sin reacción a Corea del Sur y mandar a córner un zapatazo lejano. Aun en el primer tiempo, también le negó el tanto a Gue-Sung Cho en el primer palo. Como ven, fue una gala con tiempo y micro para todos los artistas invitados.
La guinda al primer periodo llegó en el 36'. Vinicius metió un 'globito' en el área en un contragolpe y Paquetá, que apareció desde atrás, remató de primeras con el interior de su bota derecha para poner el 4-0 en el marcador. Y se vieron más bailes, claro, del que muchos dicen que es el mejor bailarín de la 'Canarinha'.
El honor de Corea, intacto
Brasil quiso seguir la fiesta, pero le encendieron la luz y se acabó el hielo. Paquetá y Richarlison, todavía antes del descanso, se toparon con el buen hacer de Seung-Gyu. Tanto su honor como el de su selección quedó intacto pese a la goleada. La reacción, la ausencia de rendición y las buenas acciones tanto del meta surcoreano como de Alisson arrancaron aplausos para los asiáticos.
El portero brasileño sacó un hombro milagroso para dejar a Son sin el 4-1 nada más empezar la segunda parte. Y Seung-Gyu hizo lo propio con Raphinha, que buscó sin éxito su guinda particular, en el 54'. Sacó una gran mano abajo y el rechace serviría para demostrar la ambición brasileña: Richarlison corrió, se forzó y esforzó para que el balón no saliese a córner y darle continuidad a un rechace que acabó en un tiro desviado de Vinicius. Con 4-0. Con casi una hora ya en las piernas. Y en un Mundial a mitad de año. Tomen nota, rácanos y adoradores del 'cerocomacincoacerismo'.
Hasta tres ocasiones seguidas tuvo el '11', pero no estaba la noche para el tanto del azulgrana. Tras ese arreón, Corea levantó la mano y reclamó sus focos. Y los tuvo. Alisson se lució de nuevo al sacar una mano a un tiro a quemarropa en el área antes de que llegase el tanto del honor para los asiáticos. Desde algunos pasos más atrás de la frontal, soltó un latigazo que, tras rozar en Thiago Silva levemente, se coló cerca del palo. Golazo.
Brasil apuró los minutos con algunas probaturas y repartos de minutos. Neymar se fue tarde, lo que indica su buen estado de salud, y Alisson dejó que debutase Weverton en la portería. Corea también premió a algún futbolista y murió en la orilla con ocasiones hasta casi el pitido final, como el tiro desviado y apurado de Hee-Chan ya en el 90'. Ahora, Croacia deberá intentar apagar un disco que, de repetirse esta pista, le moverá los pies a cualquiera.