Desde la victoria del Barcelona en septiembre (0-4), nadie logró los tres puntos en el Nuevo Mirandilla. El Sevilla lo hizo con un 0-2 y con un José Luis Mendilibar que se estrenó en el banquillo hispalense.
El triunfo sevillista supuso una buena bombona de oxígeno con el descenso, pues los rojiblancos se auparon hasta la decimotercera posición gracias a los goles de Lucas Ocampos y En-Nesyri.
Primera mitad muy pareja
Con la permanencia en juego, ambos conjuntos salieron a por todas en un partido que, al principio, comenzó a dominar el cuadro gaditano. Los de casa impusieron su condición de local para tratar de hacer daño a los de Mendilibar.
No fue hasta el minuto ocho de la primera mitad cuando el cuadro hispalense llegó al área de David Gil. La conexión de Bryan Gil con En-Nesyri funcionó durante todo el choque. El de Barbate centró desde el costado zurdo y el delantero saltó para cabecear, pero sin poner en aprietos al portero.
La participación de Jesús Navas en ataque forzó un saque de equina para los sevillistas, lo que significó una oportunidad más para intentar el gol. De nuevo, el marroquí remató de cabeza tras entrar de segunda línea, pero la pelota volvió a salir desviada.
Las largas posesiones del conjunto cadista otorgaron a los locales de buenas ocasiones, pero, por suerte, no llegaron a buen puerto. El mismo problema de siempre del Sevilla se personó en el duelo: los despistes en la parcela defensiva. Badé y Gueye estuvieron a punto de regalar un gol, después de no atinar en el despeje.
El renacer del 'dicen que nunca se rinde'
A los pocos minutos de la reanudación del duelo, el conjunto de Nervión abrió la lata y puso el primero de los dos tantos en el marcador. En un saque de esquina, el centro de Acuña fue despejado y el rechace cayó sobre los pies de Lucas Ocampos, que aprovechó ese balón muerto en el interior del área para disparar y colar el esférico en la portería.
Tras el gol, el ambiente en el estadio se caldeó. Tanto en el césped como en la grada del Nuevo Mirandilla. El colegiado del encuentro sacó de su bolsillo hasta tres amarillas en menos de cinco minutos, pero pudieron ser más.
Cuando el duelo entró en el último cuarto de hora, el cuadro rojiblanco volvió a golpear y a sentenciar. Un toque maestro de Bryan Gil, que vio cómo En-Nesyri se desmarcó, sirvió para que el atacante se quedase mano a mano contra el cancerbero. El futbolista no falló y puso tierra de por medio.
Con este resultado, el Sevilla cogió aire para auparse hasta la decimotercera plaza de la clasificación, cinco puntos por encima del descenso. En cambio, el Cádiz se quedó en la decimosexta y podría terminar dentro la jornada.