No hay nada como llegar a casa y ponerse cómodos. Fuera esos zapatos tan recios de la calle para ese bendito momento de colocarse las zapatillas. En el caso del Celta, fueron zuecos, ese calzado más bien feillo pero que siempre está cuando se le necesita, casi siempre, al final del día. Swedberg es un sueco con mucho que ver con el zueco: él también aparece poco, pero ya es la 2ª vez que lo hace al final del partido para marcar un gol que acomoda a los de Rafa Benítez fuera del descenso.
El Betis, en cambio, se nota que no está nada cómodo lejos de su hogar. Los de Manuel Pellegrini se libraron de una crítica peor por un arranque exitoso por el 0-1 y por una segunda parte en la que, por momentos, no pareció un equipo chico. Y es que es la imagen que dio el resto del tiempo, sobre todo antes del descanso, fue la de un conjunto superado en ganas y en medios por su rival.
Y no. Hablamos de dos grandes planteles, de grandes jugadores en ambos bandos, pero este Betis se sigue resistiendo a dar ese paso al frente al que le invita la Real Sociedad desde hace algunas semanas con sus pinchazos. Con Isco, William Carvalho, Ayoze, Assane o Borja en el once, no puede dar la imagen de no poder hacer más por mucho que algunos de ellos no estén en su mejor versión.
Posiblemente, a ello ayudó el tempranero 0-1 que relajó a unos y espoleó a otros. Aitor Rubial comenzó la jugada con un amago y una buena asociación con Isco cerca de la frontal. De primeras, el malagueño se la devolvió al espacio y, ante la salida de Guaita, acertó con la red con un remate cruzado que acabó en el lateral de las mallas, muy cerca del palo.
El Celta no tardó en crecer, en empequeñecer al Betis y en empatar. Borja Iglesias, en el minuto 16, pisó a Larsen en el área cuando este se le anticipó en el remate y Ortiz Arias pitó penalti. Acertó Rui Silva las intenciones de Iago Aspas, pero no llegó a tiempo para evitar que el esférico se colase en la portería verdiblanca.
Siguió el equipo local mejorando tras el 1-1. Carles Pérez lo intentó con un tiro desviado desde la frontal antes de una doble ocasión que Cervi y Mingueza desperdiciaron. Especialmente clara fue la primera, con un remate al aire del argentino a la altura del punto de penalti. Por parte andaluza, apenas algún acercamiento, un tiro nefasto de Ayoze y algún que otro eslalon de muchos quilates de Ruibal.
Llegó el descanso y, tras él, el partido se animó. En los primeros 5 minutos, Tapia, Manu Sánchez y Mingueza, por parte local, y Borja Iglesias, por los de fuera, pisaron el área con peligro. Más tarde, fue Larsen el que probó las manos de un Rui Silva al que le costó demasiado blocar un balón, con varias intervenciones en dos tiempos.
Con el paso de los minutos y con el reloj próximo a la recta final, el Betis se deshizo de la desgana. Dio un paso adelante. Tuvo buenos minutos con la entrada de Altimira, Luiz Henrique y Willian José, y disfrutó de ocasiones en una volea de Isco taponada, un tiro muy desviado de Luiz Henrique y un remate de Pezzella que mandó la defensa a córner. Pero la más clara, sin duda, fue la de Altimira en el 76', con un remate de primeras en el área ante el que Unai Núñez puso su cuerpo para evitar el 1-2.
Sin embargo, fue el Celta el que golpeó el último. Los de Pellegrini empezaron a conformarse con el empate (una vez más este año) y el cuadro de Benítez lo aprovechó para irse arriba. Avisó en el 82' con un gol anulado a Larsen cuya invalidez confirmó el VAR 6 minutos después por una falta de Aspas. Y en el 96', llegó el que sí tendría su hueco homologado en el marcador.
Como hiciera en Almería, Swedberg le dio el triunfo al Celta 'in extremis'. El sueco recibió un gran pase al espacio de Hugo Álvarez, arrancó desde el centro del campo, dribló a Rui Silva y, a puerta vacía, acertó para sacar a su equipo del descenso y alejar al Betis de Europa.