Borja Iglesias le adelantó por la derecha. Claudio Giráldez le dio la oportunidad en la Copa del Rey y respondió por doble partida ante el San Pedro. Y en el regreso a la Liga con la presión encima, Tasos Douvikas avanza en mitad de la tragedia. La que asola a un país que jamás debió ver fútbol del 1 al 4 de noviembre de 2024. Aparcando el debate ético y moral por las graves inundaciones provocadas por la DANA, el Celta se hizo fuerte contra el Getafe para firmar el 1-0 y regresar al camino de la victoria. La que le coloca en la 10ª plaza de la clasificación. En el ecuador de todo.
España sigue llorando las más de 200 muertes que ha dejado la peor desgracia natural que se recuerda. En el intento de dar la mayor visibilidad posible para aumentar las ayudas hacia los más afectados, Abanca Balaídos vio a su equipo dedicarle el triunfo a la Comunidad Valenciana. Una sonrisa que tardó en llegar dada la exigencia de los visitantes. Juan Berrocal provocó su expulsión por doble amarilla en 10 minutos y el plan de José Bordalás se vio gravemente perjudicado. Pese a ello, tuvo sus opciones de empatar hasta la última acción del choque. Prácticamente sobre la bocina.
7 minutos para dar las gracias
En la continuación del silencio en homenaje a las víctimas de la DANA, los locales entraron en faena con el sonido del despertador. En un guion muy previsible dada las identidades que se citaron en el terreno de juego. 7 minutos para dar las gracias, ni más ni menos. Tasos Douvikas se tomó las circunstancias al pie de la letra. O mejor dicho, a la cabeza. Iago Aspas improvisó una falsa combinación con Nabil Aberdin. La suficiente como para centrar con la diestra desde línea de fondo hacia el segundo palo. El resto del capítulo con la testa del heleno pasó a la historia del castillo gallego.
Ya con el 1-0 nada más empezar, los vestidos de rojo saltaron al frente. Especialmente, Carles Pérez. Fue el único visitante con probabilidades de crear incertidumbre en la portería de Vicente Guaita. El '17' cazó el esférico en zona rival. Factible de llevar en conducción, sorteó rivales con su zurda al compás del tiempo. Se perfiló hacia su pierna hábil, pero el disparo no creó peligro sobre el marco del oponente. Mismo patrón con Luis Milla, quien cambió las vallas publicitarias por el anfiteatro del templo celeste. El que mostró todo el cariño del mundo para la Comunidad Valenciana.
Lo poco visto
La mala fortuna fue el mayor activo del Getafe, que vivió lo poco visto. Lo que se presencia en contadas ocasiones. Por decisión técnica, José Bordalás quitó a Nabil Aberdin -castigado con tarjeta amarilla- para ubicar a Álvaro Rodríguez en ataque junto a Christantus Uche. Además, Dakonam Djené se marchó lesionado después de forzar en una disputa con Jonathan Bamba. Juan Berrocal ingresó en materia en el doble cambio con la media hora de encuentro recién superada. O en el descanso espabilaba su idea o la victoria llegó para quedarse en el recinto de los acontecimientos.
Lugar que volvió a comprobar la confianza ciega de Claudio Giráldez en la misma sustitución de siempre. Javi Manquillo, para fuera. Javi Rodríguez, para dentro. El Celta no duda en exprimir lo que le funciona. Y pese a que las cosas no salieron en Butarque ante el Leganés, el regreso a casa le sentó a las maravillas a los gallegos. Controlando los balones divididos, manejando los compases desde la reanudación y combinando sin cesar en busca del gol de la tranquilidad. El que tienes que marcar para respirar cuando te enfrentas al 'fútbol papá' que te incomoda hasta el final.
La tarea pendiente
Juan Berrocal protagonizó el punto de inflexión de la contienda. En un intervalo de 10 minutos, se llevó por delante a Jonathan Bamba tras comprobar que el control orientado del rival fue una tarea imposible de frenar por las buenas. Eso para empezar. El colmo llegó de la mano de Tasos Douvikas. No solo vio portería, sino que tiró de picardía para dejar al Getafe con 10 hombres. Con las energías en el suelo, el heleno hizo el último esfuerzo de ganarle la posición al '4' y esperar pacientemente al toque por detrás para ir al césped. Falta clara, doble amarilla transparente.
Pese a ello, cristalina es la tarea pendiente que tiene el Celta: cerrar los partidos. Antes de la expulsión, Iago Aspas se topó con el palo en la acción que pudo ser el 2-0. Rompió al espacio y engañó a David Soria. La mala fortuna llegó con el impacto en la madera. Hablando de suerte reducida, Borja Iglesias elevó el 2-0 al Abanca Balaídos en un contragolpe de manual. No obstante, Gil Manzano presenció el tanto del 'Panda' mientras se preparó para escuchar al VAR por si las moscas, levantar el brazo y anular el tanto por fuera de juego en el comienzo de la situación.
Ante la adversidad
El baile de cambios alargó los compases de la coreografía. La que estuvo a centímetros de presenciar el 1-1 sobre la bocina. Porque Peter Federico se quedó a nada de rematar el caramelo desde la derecha de Carles Pérez. Con la rosca perfecta para adentrarse en el punto ciego entre la zaga de espaldas y el cancerbero de cara. Para la fortuna local, se paseó entre el silencio antes de superar línea de fondo. Con esto y ante la adversidad a todos los niveles -no solo deportivos-, los anfitriones se las apañaron para certificar la quinta victoria de la temporada con 16 puntos al contador.
La principal conclusión que extrae el Celta es que Tasos Douvikas avanza en mitad de la tragedia. Borja Iglesias parecía ser el indiscutible delantero centro de Claudio Giráldez, pero el heleno alza la voz y se coloca en el ojo de todos para reclamar las oportunidades que se merece. Un partido de fútbol que nunca debió disputarse el 4 de noviembre de 2024. Porque las circunstancias actuales trascienden más allá de cualquier voluntad de Javier Tebas de traducirlo todo en visibilidad y beneficios. Hay que saber y querer -o buscar la manera de- parar cuando de verdad se necesita.