Las Palmas encuentra oro en tierra minera

Momento decisivo de la temporada y con muchas cosas en juego para los distintos equipos. Balaídos cerró la jornada 29 en Primera División con un emocionante Celta-Las Palmas, donde cada equipo jugó por sus intereses, pero donde ninguno pudo evitar el empate final, aunque los locales fueron superiores.

Ya desde los primeros compases del choque se pudo ver a un Celta muy valiente y con la decisión de salir hacia adelante. Por su parte, Las palmas esperó la oportunidad de salir al contragolpe agazapado en su campo y con la intención de no dejar espacios atrás.

Fueron llegando las primeras ocasiones para los locales y todas ellas estuvieron en las botas de Alfon. El extremo fue el futbolista más determinante de su equipo y volvió loca a la zaga rival él solito. Casi todas las jugadas fueron muy similares: control, recorte hacia dentro y disparo al palo largo, pero ninguna de ellas llegó a buen puerto.

Buscó la reacción Las Palmas, sobre todo, con balones largos a la espalda de la defensa. De una de esas jugadas, Fábio Silva sacó petróleo e hizo bueno un balonazo. Le ganó el cuerpeo a Marcos Alonso, se la disputó y se la llevó ante Damián y se sacó el zurdazo ajustado para que Guaita tocase lo justo y mandase la pelota a córner.

Sin embargo, el Celta siguió ejerciendo el dominio. Una de las más claras de la primera mitad estuvo en las botas de Borja Iglesias. El delantero recibió dentro del área y se sacó el disparo a bocajarro, pero Cillessen pudo evitar el tanto. Apenas una par de jugadas después, ambos protagonistas chocaron de forma certera y el meta neerlandés se llevó la peor parte, teniendo que ser sustituido antes de la media hora de encuentro.

El cuadro celeste siguió dominando y llegando al área rival, pero ninguna de sus ocasiones llegó a buen puerto. Le estaba faltando puntería a los de Giráldez, pero, en una de sus muchas llegadas, Alfon González encontró el merecido premio.

A la tercera, el extremo consiguió recortar hacia adentro y sacarse un chut colocado al palo largo, haciendo inútil la estirada de Horkas y colocando el 1-0 en el marcador al filo del descanso.

La segunda parte comenzó con cambios en los dos conjuntos y con un cierto despiste en el Celta. Tanto que lo acabó pagando en forma del gol del empate. La peleó Mcburnie, se sacó el centro y Fábio Silva, muy inteligente, la dejó pasar y engañó a toda la defensa para que Moleiro, desde atrás, la mandase al fondo de la red, haciendo imposible la estirada de Guaita.

Lejos de venirse abajo, el conjunto local dio un paso arriba y buscó marcar el segundo. Por su parte, los de Diego Martínez, que ya habían encontrado agua en el desierto tras su poco peligro en la primera parte, decidieron ser cautos y conservar el resultado a través de una buena defensa.

El Celta siempre jugaba en campo contrario, pero nunca terminaba de tomar la decisión correcta. Alfon continuó generando peligro e Ilaix tuvo una clara en el minuto 65. Balón preciso de Fer López al espacio. Se quedó solo el centrocampista, que dejó el bote y metió la punterita lo justo, pero consiguió llegar Viti antes de que la pelota se colase al fondo de la red. Fue clarísima.

Sin embargo, pese a todo el dominio local, fue Las Palmas quien volvió a golpear y dar el susto. Lo hizo Fábio Silva, tras recoger una pelota muerta en el área y definir a bocajarro. Sin embargo, Martínez Munuera, tras revisarlo en el VAR, anuló el tanto porque la posición de Mcburnie, adelantado, influyó en el mal despeje del defensor.

Se volcó con todo el Celta en la recta final del partido, pero sus ocasiones fueron, la mayoría de las veces, con disparos desde larga distancia y Horkas estuvo muy seguro desde los palos desde que entró al campo. Tuvo una más Las Palmas en la antesala del añadido, pero el cabezazo de Essugo se perdió fuera por milímetros.

No hubo tiempo para más y el partido terminó en tablas. Mal sabor de boca para un Celta que quería la victoria para seguir luchando por Europa, pero a quien no se le escapa el sueño. Por su parte, Las Palmas respiró aliviada tras aplazar el 'match ball' de Diego Martínez, al menos, una semana más. Eso sí, elevó las jornadas consecutivas sin ganar hasta las 11, una mala racha que deberá de cortar si quiere seguir contando con opciones de permanencia.