De Frutos lo cambia todo

Vigo llevaba esperando esta tarde los últimos 8 años. El Celta suspiraba por festejar su regreso a la Europa League en la despedida de Abanca Balaídos por esta temporada, pero Jorge de Frutos lo cambia todo. El Rayo Vallecano conquistó Galicia con una remontada de aúpa (1-2) en la jornada 37 de Primera División. Las caras presentes esbozaban sonrisas con la 'Panenka' de Marcos Alonso. Hasta que Isi Palazón cabeceó el empate y el delantero de moda en el barrio de la franja hundió la reputación de Yoel Lago, superó a Vicente Guaita y provocó un terremoto en la pelea continental.
Porque con esta victoria, ni los de Claudio Giráldez ni los de Íñigo Pérez tienen garantizadas su presencias en el Viejo Continente el curso que viene. Los celestes se quedan con 52 puntos en la 7ª plaza. Si tumban al Getafe en el último baile del Coliseum, fin de las cuentas. Como le den por empatar o perder, las patatas calientes irán a parar a Vallecas y a Mendizorroza. Los 'piratas' presumen de las mismas 51 unidades que los rojillos de El Sadar. Mires por donde lo mires, la línea de meta se antoja espectacular. A la altura de lo que fue esta contienda llevándola al estímulo más generalizado.
Las expectativas acertaron. Mirabas la hoja de ruta de la jornada unificada y algo te decía que la partida de Vigo no iba a ser otra más. El respeto por el sueño del arranque no tardó en desaparecer. Para fortuna de uno y desgracia de otro, Florian Lejeune tocó con la mano una volea con la bota izquierda de Williot Swedberg. Pulido Santana no se lo pensó a la hora de señalar los 11 metros. Y Marcos Alonso rompió con los moldes gracias a una 'Panenka' que dibujó el 1-0. El balón entró llorando, pero eran lágrimas de felicidad. De acariciar la plaza matemática para la Europa League.
Hasta que Isi Palazón quiso. Porque el '7' de la franja sacó la cabeza que rebajó la euforia. Pacha Espino sirvió un caramelo perfecto con su diestra hacia la posición de su compañero. El mismo que se comió la marca de su par para aprovechar sus muelles, hundir los estigmas de su estatura y vencer a Vicente Guaita con un testarazo inapelable. Con el 1-1, el silencio invadió las gradas. Pese a ello, los de Claudio Giráldez quisieron reanimar el asunto. Entre lo más reseñable, Ilaix Moriba mandó un disparo directo a la obra del estadio. El balón se quedó al filo de la excavadora.
Entre los tecnicismos del fútbol, eso de 'falso 9' siempre ha estado a la moda en la última década. Pero claro, Jorge de Frutos rompió con lo establecido, quiso demostrar que es un delantero de verdad. Y de qué manera. Florian Lejeune le encontró habilitado en área rival. Con la oposición delante de sus narices. Pues bien. El '19' dibujó un recorte espectacular hacia su zurda, le recomendó a Yoel Lago tumbarse en el césped y alcanzó la red. 1-2, golpe psicológico por Europa y el Rayo Vallecano, en su mejor momento del partido. Con la flecha en el arco y todos los argumentos a su favor.
No obstante, la reanudación convirtió al Celta en un desenfreno constante que solo quiso el 2-2... como mínimo. Y situaciones favorecedoras no le faltaron. Sin tiempo para asimilar el paso por los vestuarios, Williot Swedberg protestó un posible penalti por mano de Pathé Ciss. En ese rechace, Pablo Durán se topó con el muro argentino y la prolongación cayó en la posición de Fer López. Parecía ser el elegido para colgar el empate... hasta que Iván Balliu apareció debajo del larguero. Encima de la cal. Preparado para amargar a Claudio Giráldez y revolucionar las pulsaciones de su entrenador.
Un Íñigo Pérez que oxigenó su idea con Álvaro García, Gerard Gumbau y Pep Chavarría en la misma tirada. Eso de cambiar las fichas no le convenció tanto al de la otra zona técnica, aunque no le quedó otro remedio. Y más con un tal Iago Aspas esperando su oportunidad. Hugo Álvarez, Alfon González, Carlos Domínguez y Borja Iglesias se apuntaron a la misión encubierta, pero sin éxito. Óscar Mingueza pudo abrir el melón con un latigazo lejano que acabó manso en las manos de Augusto Batalla. El gran protagonista del añadido junto a Pathé Ciss. Tan surrealista como increíble.
Una falta lejana acabó con Fran Beltrán en situación favorable de lanzar una volea a la red. El '13' voló para desviar el peligro y esa caída la cazó con la cabeza Javi Rodríguez. Cuando Abanca Balaídos estaba preparada para el 2-2, Pathé Ciss -de espaldas, de forma involuntaria y sin querer- desplazó la trayectoria con la suficiente eficacia como para beneficiar la llegada del cuero a las manoplas de su guardián. Un final de película para un partido de matrícula. El Celta se veía en la Europa League, pero Jorge de Frutos lo cambia todo. El Rayo Vallecano no renuncia al gran sueño.