Después de 4 partidos consecutivos sin ganar, la Real Sociedad se tomó un respiro gracias a una victoria por la mínima en Balaídos. El conjunto de Imanol Alguacil, afectado por una serie de bajas, consiguió amarrar 3 puntos más que vitales para reengancharse a la pelea por los puestos Champions.
El cuadro 'txuri-urdin' se quitó un peso de encima gracias a un solitario gol de Brais Méndez, que brilló ante el equipo que le formó y ante la afición que le vio crecer. Una acción del de Mos fue determinante para provocar otra derrota de los de Rafa Benítez, que siguen en el alambre.
Tenía que ser Brais
El Celta empezó con mucho ímpetu el encuentro contra la Real Sociedad, ya que era consciente de que necesitaba poner el partido de su lado cuanto antes. El cuadro gallego se dejó ver en varias acciones por el área donostiarra sin rematar entre los tres palos. Por contra, el equipo de Imanol Alguacil, en su primer disparo a portería, mandó el balón para dentro.
A los 11 minutos, Brais Méndez, criado en la factoría de A Madroa, recibió de Turrientes en una posición alejada, recortó y armó la pierna izquierda para clavar un golazo. La pelota se coló por el palo derecho de la portería de Guaita, que no pudo hacer nada para evitar el 0-1. El de Mos, consciente de que había hecho daño a su ex club y a la que fuera su afición tiempo atrás, pidió perdón a todo Balaídos.
Ese tanto cayó como un jarro de agua fría al equipo de Rafa Benítez, que desapareció del mapa. Los únicos que intentaron poner en dificultades a la defensa 'txuri-urdin' fueron Iago Aspas y Larsen, siendo este último el que contase con una ocasión clara ante Remiro que rechazó el portero. No obstante, esa acción fue invalidada por fuera de juego.
No había ninguna preocupación en la Real, que incluso estuvo a punto de volver a marcar. Sadiq, que lo mismo te hace un regate asombroso que te define rematadamente mal, aprovechó un balón de Brais para realizar un control orientado con el pecho entre dos centrales. El nigeriano se quedó solo ante Guaita e incomprensiblemente disparó al muñeco con toda la portería para él.
Y de ese posible 0-2 se pasó al dolor por la pérdida de Aihen Muñoz, al que se le quedó enganchada la rodilla izquierda en un lance con Mingueza. Se teme que se haya vuelto a romper el cruzado, como ya hiciera con la Real C en 2016. Ojalá que no sea nada por el bien del fútbol.
Una 2ª parte que sobró
El 2º tiempo sobró al completo, ya que lo único reseñable fue un remate a la madera de Brais Méndez. El de Mos estuvo cerca de firmar su particular doblete en un libre directo. El canterano del Celta buscó con toda la intención del mundo la rosquita y la pelota impactó en el palo derecho.
Rafa Benítez, viendo que su equipo no generaba peligro, realizó un triple cambió y poco después metió a otros dos jugadores más. Carles Pérez tuvo varios chispazos con sendas acciones individuales, pero le faltó claridad a la hora de dar el último pase o chutar entre los tres palos.
Los de Imanol Alguacil, ya en la recta final, dieron un pasito hacia atrás y trataron de jugar le a la contra a un equipo que no encontraba la forma de hacer daño a su oponente. No hay más que añadir para un partido que se llevó la Real y que dejó tocado al Celta, que sigue viviendo de los pinchazos de los de abajo.