Un final cruel y una presión sin premio

Por delante en el marcador a mitad del primer tiempo, con un testarazo de Stefan de Vrij, el Inter ejerció este viernes presión desde el inicio de la última jornada sobre el Nápoles y se sintió campeón durante 22 minutos en Como, hasta el borde del descanso, momento en el que llegó la respuesta a 825 kilómetros de distancia por parte de Scott McTominay, que provocó la desolación y la segunda plaza del conjunto 'neroazzurro'.
Ya no hubo opción para el equipo de Simone Inzaghi. Hizo sus deberes contra Cesc Fàbregas y compañía. Su victoria fue irrebatible, agrandada después en el 50' con el 0-2 del argentino Joaquín Correa. Pero su rival directo, el líder, el equipo que dependía de sí mismo, no permitió más, también vencedor contra el Cagliari, más aún cuando Lukaku lo sentenció todo. El Inter solo venció tres de los últimos seis choques. Falló demasiado.
El plan inicial era la presión. El primer gol marcaba el paso. En Como o en Nápoles. En el banquillo se sentía la tensión. El cuadro 'nerazzurro' se esperanzaba con una oportunidad de los 'Rssoblu', pero temblaba con una de los 'partenopei'. Todo lo que ocurría tan lejos, en el estadio Diego Armando Maradona, era fundamental, ligado de forma invariable al desenlace del torneo.
Y, entre el 0-0 del Nápoles, el Inter agitó la Serie A: en el minuto 20, Stefan de Vrij se elevó entre todos, en un saque de esquina de Çalhanoglu, para rematar de cabeza el 0-1 para el equipo lombardo. En ese instante, era el campeón de la Serie A.
Cuarto de hora después, seguía siéndolo. Sin movimientos en el Diego Armando Maradona, el cuadro 'nerazzurro' se protegió en Como. El 0-1 le bastaba. La especulación también es un riesgo, más aún cuando enfrente se mueve atrevido, ambicioso, el grupo entrenado por Fàbregas, que avisó con una acción a balón parado. El título, en un estrecho filo, en un detalle.
El Inter apuntó al 0-2. Reina lo evitó. El pase de Zalewski, al contragolpe, fue una invitación al gol a Medhi Taremi hasta que se cruzó certero el guardameta español. La última ocasión del primer tiempo. En el minuto 42, el Nápoles respondió desde la distancia, con el 1-0. Lo celebró la grada de Como. Ya no era campeón el conjunto de Simone Inzaghi, sancionado. De nuevo estaba a la espera. No dependía de sí mismo.
La tijera de Scott McTominay lo relegó otra vez a la segunda posición, mucho más crucial ya todo lo que sucedía en Nápoles de lo que ocurría en Como, incluso con la expulsión de Pepe Reina. En su despedida del fútbol profesional, 967 encuentros después, pasó de su última parada a su último minuto y su última roja, por derribar a Taremi cuando lo encaraba hacia el gol. No lo detectó el árbitro. Le advirtió el VAR.
Frustrado, cabizbajo, tras una conversación con el árbitro Davide Massa, inició su último paso hacia el vestuario. Emocionado, frustrado, triste, aún quizá no consciente del todo que eral final, Reina abandonó el campo entre la ovación de su afición, los abrazos del propio Taremi, Yann Sommer o Cesc Fàbregas, su entrenador y amigo, campeones juntos de todo con la Selección Española, con la que ambos marcaron una época imborrable.
Campeón durante 22 minutos, el Inter ya pasó de forma irremediable a la segunda plaza. Nada más marcar el 0-2 Correa, con una preciosa maniobra dentro del área, donde tiró por los suelos a Smolcic y batió cruzado a Butez, lo hizo también Lukaku para el Nápoles contra el Cagliari. La sentencia. Le queda la Liga de Campeones. El título más grande de todos.
La final de la Champions influyó en la elección del once de Simone Inzaghi, quien rebuscó energía, pero también apuntó a la precaución, a una semana vista del decisivo duelo frente al PSG en Múnich. Por ahí surgieron Joaquín Correa, Carlos Augusto, Asllani, Zalewski o Taremi entre los titulares para el choque por la liga en Como.
Realmente, apenas el portero Yann Sommer, el carrilero Federico Dimarco y el centrocampista Hakan Çalhanoglu, entre los habituales en el once tipo, partieron este viernes de inicio en la alineación del técnico. Más el central Yann Bisscek son los únicos cuatro titulares este viernes, por ejemplo, que jugaron de inicio con el Barcelona. Dimarco, Bisseck y Çalhanoglu fueron reservados este viernes a la hora de encuentro.
El banquillo era expresivo: Lautaro Martínez, Marcus Thuram, Nicolo Barella, Henrik Mkhitaryan, Denzel Dumfries, Francesco Acerbi, Alessandro Bastoni... Todos jugarán la final de la máxima competición continental, todos empezaron en el banquillo a orillas del lago Como, donde el Inter presionó sin premio. La victoria del Nápoles imposibilitó su éxito.