Una Selección Española montada en un tren de moral por haber goleado a Costa Rica y una Alemana con urgencias tras perder contra Japón se vieron las caras en la segunda jornada del Mundial de Catar. El resultado, de reparto de puntos, sonríe a 'la Roja', pero no a la 'Mannschaft', que no depende de sí misma -salvo que firme una goleada sin precedentes- para acceder a los octavos de final. Álvaro Morata, tras una gran decisión táctica de Luis Enrique, y Niclas Füllkrug, anotaron los goles.
Con una propuesta valiente por parte de los dos equipos, el encuentro fue interesante, intenso, igualado y divertido. La presión alta obligó constantemente a los defensas a sacar la pelota desde atrás con dificultades, lo que generaba robos en zonas peligrosas, tensión y que los 'cracks' demostraran por qué se los considera como tales. En este contexto, brillaron talentos como Pedri, que conduce la pelota como si se divirtiera con ella en una cancha de su barrio. Se supo fundamental para conectar la zaga con la línea de delante.
En el bando de Hansi Flick, técnico que más carne tenía que poner en el asador porque sus pupilos se jugaban mucho más, se notó, como en el duelo frente a Japón, la ausencia de un delantero referencia como lo fueron leyendas ya retiradas. Con este espacio de protagonismo libre, Musiala se erigió en el mejor del equipo. Omnipresente, siempre conllevó problemas para la defensa de Luis Enrique, que anuló bien la presencia de Thomas Müller.
'Lucho', para su segunda alineación del torneo, confió de nuevo en Rodri como central y mantuvo a Álvaro Morata en el banquillo para sacarlo en el momento justo. El centrocampista del Manchester City, en una demarcación de la que parecía que iba a salir en favor de Eric García para este enfrentamiento, estuvo tan atinado como frente a Costa Rica o incluso más. Interceptó, construyó e hizo de muro para que Busquets y el resto de la sala de máquinas se encargaran de lo que mejor saben hacer.
En esta zona del campo, la garra de Gavi se erigió en otro aspecto fundamental. No le negó una disputa a nadie y tan solo fue a menos cuando lo hizo, en conjunto, la Selección Española en la segunda mitad. La primera estuvo marcada por la igualdad y la intensidad. El dominio se repartía por tramos y aquel que era capaz de sortear mejor la presión alta del rival era el que llevaba la batuta, que no se puede decir que estuviera en manos de ninguno de los dos planteles al completo.
De hecho, los dos bandos gozaron de una oportunidad clara para adelantarse. 'La Roja', en los primeros compases, dispuso de un disparo de Dani Olmo desde fuera del área que se estampó en la madera de Neuer. Más tarde, a escasos minutos del descanso, Antonio Rüdiger anotó, de cabeza, libre de marca aprovechando una falta lateral, pero estaba ligeramente adelantado, conque la jugada se invalidó por fuera de juego.
Con ocasiones para ambos y sin un gobernador claro del juego, el duelo empezó a volcarse desde los banquillos. Luis Enrique, al poco de arrancar la segunda parte, introdujo a Álvaro Morata y acertó de pleno. En un momento en el que los suyos estaban empezando a sufrir ante una Alemania superior, el punta fue la referencia arriba que el grupo necesitaba y no tardó en abrir la lata a pase de Jordi Alba con un remate de 'killer' puro.
El lateral del Barcelona, en una de sus muchas internadas por la banda, envió la pelota rasa a la espalda de un zaguero, justo donde apareció su compatriota, que, con la puntera de la bota y un giro de tobillo magistral, redirigió el cuero picado al fondo de las mallas de Neuer. No había apenas margen para que el cancerbero reaccionara y, con aún bastante tiempo por delante, la 'Mannschaft' se abocaba a un potencial fracaso.
Hansi Flick lo evitó como su homólogo, con una decisión importante. Dio entrada a Füllkrug, el '9' en el que parecía que todavía no confiaba, para dotar de piernas frescas a los suyos y Musiala hizo el resto. El '14' parecía que solo necesitaba a compañeros que le generaran espacios y, al poco de entrar al campo el delantero, recibió la bola entre líneas -aprovechando un despiste de Balde- y se la sirvió de cara para que, con un zapatazo, superara a Unai Simón e hiciera el 1-1 definitivo.
Los octavos, a punto
Con este resultado, la Selección Española dejó su clasificación a octavos a punto. Literalmente. Empatar contra Japón supondría hacer que Alemania no pudiera siquiera llegar a sumar las mismas unidades y los nipones quedarían irremediablemente por detrás, así que la presencia de los de 'Lucho' está casi garantizada. Para que se diera un desastre, los 'samurais azules' tendrían que ganar y o bien los de Hansi Flick deberían vencer con una goleada impensable o Costa Rica tendría que sorprenderlos.
El trabajo de los de 'Lucho' en estos dos primeros enfrentamientos ha sido valedor de esta posición. A la goleada contra Costa Rica la siguió una actuación coral frente a la 'Mannschaft', que, si bien hizo sufrir, también sufrió. En definitiva, el duelo fue un tú a tú entre dos grandes potencias del fútbol. Los españoles, al haber hecho los deberes previamente, encaran el único choque que queda con un panorama mucho mejor.
Los de Hansi Flick, en cambio, no dependen de sí mismos salvo goleada histórica. En un caso de marcadores 'normales', necesitan cumplir frente a los costarricenses y que 'la Roja' tumbe a Japón, un escenario que no parece el menos probable precisamente, para acceder a las eliminatorias. Aun así, las dudas ante los nipones y haber sufrido tanto frente a 'la Roja' advierten a sus jugadores de que no han de relajarse lo más mínimo si no quieren quedarse fuera del campeonato.