Se puede estar en 3 lugares a la vez. Y si no, que le pregunten a España. Desde el primero ubicó el sello en su billete hacia el segundo, pero antes tiene que pasar por el tercero. Con el gol de Aitana Bonmatí y la guinda al pastel de Tere Abelleira, se sirvió la victoria por 2-0 ante Bélgica en la clausura de la fase de clasificación para la Eurocopa 2025. El combinado de Montse Tomé puso el cuerpo en la cita continental que se disputará en Suiza, pero la cabeza pensó única y exclusivamente en Nantes. En lo que sucederá el 25 de julio a las 17:00.
Quizás el estreno en los Juegos Olímpicos ante Japón significó demasiado peso en la balanza. Es decir, el encuentro del equipo nacional no fue el más vistoso que se recuerda. No obstante, borró los malos recuerdos que dejó la inesperada derrota por 2-1 contra la República Checa. Las rotaciones entraron en escena y el contador de situaciones favorables se rompió. En grandes términos, ofreció una actuación bajo mínimos ofensivos en términos de definición y el marcador. Es lo que tiene el pecado capital de siempre exigir más a las campeonas del mundo.
Insistir no es suficiente, necesitas a la mejor
'La Roja' aprendió la lección. El tropiezo inesperado sirvió para ver una imagen más autoritaria sobre el terreno de juego. Un plan con el que Athenea del Castillo se llevó la responsabilidad del ataque a la banda diestra con Lucía García en la referencia. Precisamente, protagonizó la primera situación de peligro palpable con el zurdazo raso que despejó Lisa Lichtfus. La guardameta visitante demostró que insistir no es suficiente. En el fútbol necesitas algo más -o a la mejor- que golpear la puerta para abrirla. Como por ejemplo, girar el pomo con seguridad y delicadeza.
Ese movimiento llegó en el momento más indicado. Al filo del descanso y con la inercia del 1-0. Olga Carmona levantó la mirada y sacó la zurda a pasear. Centro acaramelado directo al corazón del área rival. Ese espacio muerto entre la línea zaguera y la arquera en el que la comunicación marca las diferencias. En este caso, fue Aitana Bonmatí quien asaltó desde segunda línea para ajustar el remate a la escuadra. Solo la mejor futbolista del planeta fue capaz de agitar la coctelera antes del paso por el túnel de vestuarios. Algo acorde a su fútbol, ninguna sorpresa.
Y eso que Bélgica pudo celebrar el 1-1. Ambert Tysiak cabeceó un saque de esquina botado desde la derecha que formó una comba aérea venenosa en dirección hacia la red. Sin embargo, Cata Coll apareció con una palomita para la imagen con la que sacó la manopla derecha y despejó la intentona de las 'red devils'. Es más: en la euforia y la frenética del momento, Athenea del Castillo se topó con el larguero. Fabricó el disparo con su bota izquierda desde la lejanía, aunque la arquera colocó el guante por el que el cuero se estrelló con la madera.
La frustración por doquier
En la segunda mitad -y antes del 2-0 definitivo-, España vivió la frustración por doquier. No cesó en su intento de fabricar ocasiones favorables para ampliar las distancias en el luminoso. Pero entre la mala fortuna y el buen hacer de la defensa rival todo seguía igual. Con la victoria en el casillero, acompañada de la peligrosa sensación de dejar escapar el tesoro a la mínima de cambio. Además, la buena suerte no terminó de posicionarse a favor. Tal es así que Bélgica pudo marcarse en propia meta lo que se quedó a centímetros de la pena irremediable.
En un balón en largo, Ambert Tysiak tuvo la virtud de cortar la progresión del envío. Sin embargo, lo que la '4' no contó fue la dirección que tomó su rechace. Cada vez se acercaba más a los 3 palos defendidos por Lisa Lichtfus. Para las gracias ajenas, el cuero se marchó por línea de fondo a saque de esquina. Este fue el punto de inflexión por el que aumentó el número de escenarios factibles de diana. Por ejemplo, la combinación entre Lucía García y Alexia Putellas que concluyó con el derechazo de la '17' en el palo horizontal. Temblaron el marco y las aspiraciones.
Hogar, dulce hogar
A partir de aquí, la contienda dio rienda suelta al baile de los banquillos. Oihane Hernández, Alba Redondo y Mariona Caldentey revolucionaron el árbol... junto a Tere Abelleira. La gran protagonista que, en el tiempo de añadido, acarició sus orígenes y rindió homenaje a su tierra. La que le vio crecer, le convirtió en futbolista y apreció la persona en la que se ha convertido. Seguro que pensó eso de "hogar, dulce hogar" cuando recibió una atronadora ovación en su ingreso al terreno de juego. El homenaje que pocos merecen... y que tanto devolvió con la imagen del día.
Circuló con el esférico en zona central, no encontró ninguna línea de pase en el último tercio y siguió con el balón en las botas. Hasta que situó la mirada en la portería. En la posición adelantada de Lisa Lichtfus. Y en la vida, así como en el fútbol, mejor no sobrepensar y pasar a la acción. Derechazo inexpugnable desde la otra punta de Galicia que dibujó una comba perfecta sobre el aire. Sin botar ni brindar margen de maniobra para la cancerbera de las 'red devils'. A la cazuela y al corazón de los presentes en el Abanca-Riazor. Difícil que ese recuerdo se le escape alguna vez.
El 2-0 pudo llegar acompañado del 3-0 con el remate de Jenni Hermoso que se encontró con el larguero. Con ello y poco más, Iuliana Demetrescu indicó el final del partido. El desenlace de una actuación suficiente, no sobresaliente, para acabar de la mejor manera posible la aventura clasificatoria para la Eurocopa 2025. España tuvo el cuerpo en Suiza, pero la cabeza pensó en Nantes. Escenario en el que arrancará su andadura en los Juegos Olímpicos. Japón espera, Nigeria y Brasil aguardan su oportunidad y la campeona del mundo sueña con la gloria que le falta por saborear.