Stuani pide calma
En el Girona no están saliendo las cosas como se esperaba. La temporada apuntaba a más claros que oscuros con la Champions League en liza, pero quizás la carga continental le ha pasado factura en la competición que verdaderamente importa. Pese a ello, Cristhian Stuani pide calma y así lo reflejó el 1-1 ante el Espanyol en el derbi catalán de la jornada 27 en Primera División. El pistolero entró en la segunda mitad al rescate de su equipo. A los 19 minutos de saltar, aprovechó un penalti inocente de Urko González sobre Viktor Tsygankov para vencer en el duelo a Joan García.
Un remate manso al centro le bastó para transformar la pena máxima y devolver algo de tranquilidad en Montilivi. Los nervios están a la orden del día en el conjunto de Míchel Sánchez, que se mantiene con margen suficiente -7 puntos- sobre el descenso. Sin embargo, el tanto inicial de Jofre Carreras le paró los pies y ralentó su velocidad en el rebufo por Europa. Suma 33 unidades y la 8ª plaza del Rayo Vallecano está en 36. No gana partidos y pasa por el peor bache. Esa inercia la supo aprovechar el cuadro de Manolo González, que tuvo el triunfo más cerca de lo que parece.
El encuentro cumplió con las expectativas a todos los niveles. Especialmente, en relación a la inercia del encuentro. Porque los visitantes se dedicaron a llevar la iniciativa del asunto hasta la media hora. Bryan Gil y Yangel Herrera se encontraron con los guantes de Joan García. Además, Bojan Miovski acertó en el empeño de ejercer presión sobre los centrales 'pericos'. Incluso Miguel Gutiérrez se encontró con la barrera en una falta clamorosa sobre la frontal del área. Sin embargo, de nada sirvió la voluntad del corazón foráneo. En el primer acto, la más clara la perdonó Javi Puado.
El capitán de los locales aprovechó una acción individual de Jofre Carreras sobre Arthur Melo para plantarse en el área y armar el golpeo. Paulo Gazzaniga se inventó la parada antológica con una mano de reflejos felinos para desviar el peligro por encima del larguero. El guardameta argentino le pilló la matrícula al '7' de los anfitriones. De hecho, atrapó sin problemas un chut desde la lejanía en los instantes previos. La igualdad en todos los aspectos se vio comprometida con un tiempo de añadido en los prolegómenos del descanso que no defraudó a nadie. Incluso de escena de película.
Puro desenfreno catalán. Para empezar. El Girona, literalmente, le regaló la pelota al Espanyol para que Cordero Vega aprobara el reingreso en la contienda de Viktor Tsygankov, quien sufrió un aparatoso choque de cabezas con Iván Martín. El cabreo morrocotudo de Míchel Sánchez precedió al gol de Roberto Fernández que no subió al luminoso. El '2' tocó un despeje del arquero enemigo y se coló en el fondo de las mallas. Sin embargo, ese contacto se produjo cuando el colegiado detuvo la marcha por una dura entrada de Javi Puado sobre Daley Blind. Por ella, vio la tarjeta amarilla.
Tras la tregua de los vestuarios, Manolo González y Míchel Sánchez apostaron sus cartas a mantenerlas tal y como estaban. Sin modificaciones. Y la partida estuvo bastante definida. Porque los blanquiazules encontraron la comodidad en el repliegue y la capacidad de salir al contragolpe. Y el plan 'blanc-i-vermell', siempre guardando respeto por tomar la sartén por el mango y llevar la voz cantante de la melodía. Dicha sinfonía se decantó por el lado conocido del RCDE Stadium. Ese recinto que se aferró a la locura con Jofre como el más destacado en las carreras de su equipo.
Por el guiño de su entrenador a John Travolta en la previa del encuentro, el '17' reflejó que el flequillo está por delante del tupé en la tendencia actual. El artífice del proyecto carece de abundancia capilar, pero el hombre de moda en Cornellà se soltó el pelo arrancando desde el centro del campo en conducción. Sorteó rivales y se topó con Daley Blind a la altura de la media luna. Lejos de ser víctima de la duda, sacó la diestra a pasear con un chut raso que superó al neerlandés y venció a la estirada de Paulo Gazzaniga. 1-0 en el ambiente y la sensación de justicia ante los acontecimientos.

A partir de aquí, el plan enemigo se ahorró los complejos y se lanzó al empate. Cristhian Stuani, Portu, Arnaut Danjuma, Juanpe Ramírez y Donny van de Beek fueron las elecciones desde la zona técnica para encontrar algo diferente. Y el que tuvo el 1-1 catedralicio fue Yangel Herrera con una volea acrobática. La que le permitió a Joan García presentar sus argumentos para ser convocado por Luis de la Fuente en la próxima lista de la Selección Española. El guante que sacó, de las intervenciones de la temporada. Es el portero de moda en Primera División. De largo y sin dudas.
Lo que no pudo frenar es lo de siempre. El enésimo capítulo en el que Cristhian Stuani sale a escena y arma el lío. Puestos a ser sinceros, el que falló estrepitosamente fue Urko González. Pese a su gran desempeño en la medular, el futbolista cometió un penalti catedralicio sobre Viktor Tsygankov. Se comió el amago del ucraniano, dejó la pierna y Cordero Vega ni dudó en señalar el fatídico. El uruguayo sacó la pistola y disparó una sutil bala hacia el centro del arco para colocar las tablas. Perdón al respetable por su pasado 'perico' y las espadas por todo lo alto para el final.
Un tiempo de más en el que no hubo espacio para la épica y la balanza se quedó justo como empezó, aunque con más peso. El responsable de la igualdad le recriminó una posible agresión de Fernando Calero en la última jugada en área enemiga, pero no se consideró nada punible como para decidir la vida de nadie desde los 11 metros. Cristhian Stuani pide calma en una situación menos agradable de lo que se esperaba en el Girona. No gana, se acerca a Europa y se aleja del descenso, pero queda lejos del que peleó por el título de Liga. El Espanyol, pese al 1-0, conforme con la cruz.
