Abde reserva mesa en la historia

El fútbol no entiende de gloria sin sufrimiento. Isco Alarcón dejó la poca energía que le quedaba en la prórroga. Antony se rompió a llorar pegándole puñetazos al césped. Su Real Betis se vio contra las cuerdas a balón parado en Florencia, pero Abde Ezzalzouli reserva mesa en la historia. En la primera final europea de las 13 barras. El equipo de Manuel Pellegrini eliminó a la Fiorentina con el 3-4 en el global de las semifinales de la Conference League gracias al zarpazo del '10' en el tiempo extraordinario. Porque Heliópolis no entendía otra manera. Con sudor, lágrimas... y mucha calidad.
La de un brasileño que no nació en Sevilla, pero cuyo corazón permanecerá en lo más profundo de la capital hispalense para siempre. La de un malagueño que ha encontrado su sitio en la Avenida de la Palmera. Y la de un jugador descafeinado en el cómputo global de la temporada, pero que enmarcó una prórroga para recordar. Solo tuvo que rematar a placer el pase de la muerte del '7' predilecto para citarse con el Chelsea el próximo 28 de mayo en el todo o nada por el bronce continental. Robin Gosens reflejó la mayor debilidad del plan del ingeniero, pero el proyecto salió a la luz.
La partida empezó de tal manera que los cuadrados del césped parecían las casillas de un tablero de ajedrez. Porque los de morado eran conscientes de que necesitaban llevar las riendas y los verdiblancos solo pensaban en congelar el asunto a su manera. Desde la creación y sumando superioridades en zona de influencia para comprometer la seguridad de David de Gea. De hecho, se le acumuló el trabajo con sendas intervenciones sobre Pablo Fornals y 'Antonio de Triana'. Ese tipo que demostró que, cuando el presente brilla, el pasado no pesa. Y con una final en mente.
Después de que Marc Bartra salvara un remate de Pietro Comuzzo sobre la línea, Antony se relamió con una falta peligrosa desde la lejanía. Tan iluminado está que encontró la luz con un golpeo perfecto que impactó en el palo más cercano del meta rival antes de besar el fondo de las mallas. 0-1, guiño a cámara y la lengua a pasear. El saber estar del '7' hizo estallar a los desplazados al Stadio Artemio Franchi, aunque por poco tiempo. Porque los de Manuel Pellegrini evidenciaron la preocupación que lleva arrastrando toda la temporada: la falta de contundencia con el balón parado.
El Real Betis cayó en una condena constante que le llevó a sufrir al descanso con el 2-1 en su contra. En cuestión de 8 minutos fatales, Robin Gosens le dio la vuelta a la faena con un doblete de cabeza gracias a sus testarazos contundentes a los sendos servicios desde el rincón de Rolando Mandragora y Yacine Adli. La protección en zona no le funcionó al equipo sevillano y Raffaele Palladino encontró una debilidad del enemigo que le podía catapultar a la remontada. En el tiempo de la tregua, una palabra invadió el aire de Florencia y el runrún de los presentes: 'prórroga'.
El cuerpo del foráneo comenzó a temblar. No solo por las flaquezas atrás. Marc Bartra no pudo continuar y dejó la alfombra verde con la mirada perdida. Nobel Mendy entró en su lugar, al igual que un tal Abde Ezzalzouli en detrimento de Gio Lo Celso. Antes de armar el lío más adelante, el '10' retrató a Marin Pongracic con un recorte que no supo condimentar superando el desafío de David de Gea. El constante epicentro de la frustración sevillana. Paró lo inimaginable. Incluso una doble atajada con la que borró del mapa las intentonas de Antony y el gran protagonista sobre la bocina.
Con el tiempo cumplido, Glenn Nyberg mandó el partido a lo extraordinario. A la prórroga de los sueños. Ese paréntesis en el que el iluminado flotó, Isco Alarcón guió el camino, Pablo García aprovechó su oportunidad... y Aitor Ruibal abrió las aguas de delantero centro. Porque en su inteligencia táctica nació el gol que retumbará en el Benito Villamarín para siempre. El '24' bajó de espaldas un envío en largo. Se dio la vuelta y habilitó al Cristo Redentor de Heliópolis. Ese zurdo descarado de los tatuajes que solo tuvo que brindarle un pase de la muerte medido al héroe verde de Florencia.
Sutil, pero tenso. Sencillo, pero certero. Abde Ezzalzouli, en el minuto 97, envió a la red la tramitación con la que validó el billete del Real Betis para viajar a Polonia y pelear por la Conference League el próximo 28 de mayo ante el Chelsea. Fran Vieites demostró contundencia en los acercamientos ciegos de la Fiorentina buscando la tanda de penaltis y el triple pitido del colegiado provocó el estallido en el Stadio Artemio Franchi. Hay reserva de mesa en la historia de las 13 barras. Esas que combatirán por el primer trofeo europeo de su existencia. El broche a un año para la eternidad.