El oro se come a cucharadas
El fútbol suele ser de tenedor y cuchillo, pero el oro se come a cucharadas. Porque los Juegos Olímpicos de París 2024 escaparon de cualquier lógica y Sergio Camello buceó en el mar de los recuerdos para conquistar la segunda gloria olímpica de España 32 años después. El delantero del pueblo quiso ser Fernando Torres. Las vaselinas de su vida derribaron a Francia en su casa con el 3-5 definitivo en la prórroga. El broche a un verano inolvidable para 'la Roja': campeona de Europa en Alemania y reina de los 5 anillos en París. Una final de infarto que superó las expectativas.
Tuvo de todo. Aciertos y errores. Golitos y golazos. Momentos de remar contra la corriente y dinámicas de navegar al compás de las olas. Fermín López, héroe del certamen, marcó un doblete y Álex Baena se gustó con una falta directa para levantar, en 10 minutos, el 1-0 inicial de los galos, obra de Enzo Millot con mención especial en los créditos a Arnau Tenas. Por señal del destino, el protagonista que iluminó el camino hacia el marcador definitivo. Sin embargo, Maghnes Akliouche apareció y Jean Mateta envió el encuentro a la prórroga desde el punto de penalti, señalado gracias al VAR.
El plan de Santi Denia pasó del infierno a Disneyland en un abrir y cerrar de ojos. De pensar en que la plata iba a volver al cuello después de lo ocurrido en Tokio. A disfrutar con la adrenalina de la montaña rusa en familia. Porque la unidad fue el mínimo común múltiplo que resolvió el problema. Pero hay que empezar desde el principio. Álex Baena pecó en un mal despeje con la zurda y el cuero precipitó sobre la posición de Enzo Millot. Más pena dio el amago del disparo con peligro, pero peor fue la cantada de Arnau Tenas. Guantes de mantequilla y el 1-0 a las primeras de cambio.
Esta fue la antesala a la diversión. Porque a Fermín López le faltó el algodón de azúcar para estar en un parque de atracciones. No se conformó con los 4 goles y 2 asistencias en su casillero personal. Tuvo la capacidad de igualar fuerzas con el 1-1. Gracias al pase filtrado del '10', se quedó libre de marca y remató de primeras por bajo el empate en el luminoso. De nada sirvió la estirada de Guillaume Restes. Al igual que en el 1-2 420 segundos después. El '16' de naranja acertó deteniendo el cabezazo de Abel Ruiz, pero el '11' está de dulce y saboreó el caramelo que obró la remontada.

En la fiesta de París, Álex Baena se ganó el billete directo al Louvre. Porque la falta directa que anotó para poner el 1-3 en el Parque de los Príncipes tuvo tela. En la frontal del área y hacia su perfil soñado. Perfecta para brillar con la comba ideal e improvisar un golpeo inmaculado hacia el fondo de las mallas. De tal belleza que ni la estatua del guardameta rival se tuvo en cuenta. Ya con los 2 tantos de desventaja, Francia se volcó en la víspera del descanso y Michael Olise tuvo el 2-3 en sus botas con un zurdazo que acabó marchándose por línea de fondo. Pero la anfitriona no terminó aquí.
La segunda mitad arrancó con la redención de Arnau Tenas en el recuerdo. La mano que le sacó a Jean Mateta al filo del intermedio mantuvo la sobresaliente renta de España en la batalla por la gloria o la plata. Aunque Thierry Henry sumó efectivos a la causa con el doble ingreso de Arnaud Kalimuendo... y Maghnes Akliouche. El autor del gol que liberó la esperanza de 'les bleus' en el tramo final del tiempo reglamentario. Tuvo la capacidad de modificar la trayectoria de la falta directa de Michael Olise. Lo suficiente para despistar a todo Dios y recortar las distancias en París.
Santi Denia agitó el banquillo con la única intención de, por todos los medios posibles, no acabar en la prórroga. Porque daba la sensación de que el rival crecía conforme los minutos y el ambiente de clara preferencia hacia un bando apretaba. Juanlu Sánchez y Adrián Bernabé entraron en materia... y se sumó Beñat Turrientes. El centrocampista tuvo sus más y sus menos con Arnaud Kalimuendo a la salida de un saque de esquina. En primera instancia, sigan. En la segunda, el VAR convocó a Ramon Abatti en la pantallita. Falta en el área y pena máxima punible. Drama nacional.
Jean Mateta, con la sangre fría del delantero y la presión de todo un país detrás, engañó a Arnau Tenas para el 3-3. La guerra hasta el minuto 120 iba a ser la realidad que decidía todo. Pero España no contó con el milagro de las grandes citas. Esa parte del fútbol que, sencillamente, no tiene explicación. Un poco acorde a su camino en estos Juegos Olímpicos de París 2024. A ratos y en el momento más inesperado. Pues esa épica la firmó Sergio Camello. El reserva que fue capitán en el torneo acabó marcando el doblete que significa la segunda gloria olímpica de su Selección.

La misma historia puede repetirse 2 veces. Porque todo el mundo recuerda la vaselina de Fernando Torres a Jens Lehmann en 2008. Pues el proyecto que arrancó en ese justo momento y saboreó la gloria eterna en 2010 volvió a sentir lo mismo en 2024. 14 años después y con Sergio Camello. Sergio Gómez encontró a Adrián Bernabé. Y los zurdos ven los detalles que no están al alcance de los diestros. Dibujó un pase filtrado de película hacia la posición del '21'. Quien solo tuvo que levantar la pelota con una vaselina que nunca olvidará. El 3-4 apagó la euforia de la anfitriona.
Sin embargo, sus opciones tuvo para culminar todo en la tanda de penaltis. Las entradas al partido de Soungoutou Magassa y Rayan Cherki les activaron en ataque durante los compases finales. Lo suficiente como para poner en dudas a Arnau Tenas. A quien el destino le debió la redención del 1-0. Los guantes de mantequilla pasaron a ser de aceite. Esa fluidez con la que no quiso perder tiempo tirándose al césped, sino habilitar al ídolo de su país en un mano a mano de ensueño para poner el 3-5 con el añadido prácticamente cumplido. Y, cómo no, tuvo que ser de vaselina.
El tiempo se paró y solo quedaron Sergio Camello y el balón. Solo tuvo que perfilar el esférico hacia su pierna menos hábil. Con la que volvió a vencer de sombrero a Guillaume Restes. Su camiseta voló, al igual que todo el vestuario de un país que no para de pensar: "¿A qué quieres que te gane?". Porque ser la actual campeona del Mundial Femenino, la Eurocopa Masculina, las Ligas de las Naciones, el Mundial Sub 20 Femenino, las Eurocopas Sub 19, el Mundial Sub 17 Femenino y la Eurocopa Sub 17 Femenina no era suficiente. Faltaba el oro en los 5 anillos.
España escribe con tinta celestial su nombre en la medalla más brillante de los Juegos Olímpicos de París 2024. En un torneo que parecía que se iba a degustar con cuchillo y tenedor. Con los cubiertos de una Francia que llegó al último duelo con la condición de favorita. Sin conocer la derrota y con 1 solo gol en contra. Y en el menú estaba el equipo de Santi Denia. Que no ha lucido. Que se ha rendido a Fermín López. Que ha sembrado dudas. Pero los mejores aparecen cuando más se les necesita: en una final con todas las de perder. Pues el oro se come a cucharadas. O vaselinas.
