Para Bordalás, el estilo defensivo, guerrero, tosco y contemplativo no tiene nada de malo. "Esto es fútbol, papá", espetó, como todos sabemos, hace no mucho al ser cuestionado por este asunto. Pero su Getafe, que lo suele llevar a cabo por mucho que les moleste oírlo, también sabe hacer otro tipo de partidos. El fútbol total, el ofensivo, el de ir y querer se vio no solo por los locales, sino por ambas partes, en una primera parte para aplaudir. Quizás la presencia de Luis Milla en la sala de máquians en vez de la de Djené, por citar un matiz, pudo ser desequilibrante.
El Almería, que llegaba (y se fue) como único equipo sin victorias de las 5 grandes ligas europeas, contribuyó a que esta película no tuviera un guion plano, previsible y lento al adelantarse en el minuto 7 por medio de Ramazani. Chumi prolongó con una peinada un córner en el primer palo y, en el segundo, apareció el '7' para anticiparse a Carmona, que acabó estampándose con el palo, para poner el 0-1.
Pero antes, ya había habido ruido en el Coliseum. Leo Baptistao, en el 1', se topó con el palo en una jugada posteriormente anulada por fuera de juego, mientras que Carmona, en el 2', cabeceó un centro de Borja Mayoral que atrapó Maximiano. Tras el gol, se incrementó esa sensación. Mayoral respondió justo después del 1-0 con un zurdazo que blocó el meta rival, aunque el que estuvo más cerca de marcar fue, poco después. el conjunto indálico.
En el minuto 22, David Soria despejó rematadamente mal un tiro lejano y Leo Baptistao, en el área chica y con el portero en el suelo, mandó la pelota por encima del larguero con la zurda cuando solo había que empujarla. Soplarla, casi. Y seguramente, el delantero sueñe esta y alguna noche más con esa jugada tras el desenlace del choque.
El fallo no solo privó al Almería del 0-2, sino que espoleó a los de casa. En el 23', Greenwood soltó un zapatazo desde lejos que casi sorprende a Maximiano, que echó la pelota a córner. Y en el saque de esquina, los azulones tuvieron un remate de cabeza que se fue por encima del larguero.
El Getafe quiso reaccionar tras el gol con un solo plan: balones a Latasa. Pero con el paso de los minutos, se dieron cuenta los de Bordalás que las llegadas con imaginación, descaro e inventiva también tienen cabida en el Coliseum. Greenwood fue el más activo en ese plano y, pasada la media hora, suyo sería el tanto del empate. En el 33', hizo el 1-1 con un zapatazo desde la frontal que sorprendió a Maximiano y al 99% de los que lo alcanzaron a ver.
Lejos de conformarse, el equipo local siguió inclinado hacia la meta rival. Latasa y Alderete rozaron el 2-1 con sendos cabezazos desviados que no encontraron lo que sí encontró Borja Mayoral en el 45'. De primeras, revolviéndose y con la zurda, batió a Maximiano con un fuerte remate al palo más alejado. Tanto este gol como el primero tuvieron el ya clásico suspense del VAR, pero ambos, por poco, fueron válidos.
Del bonito todo al nada de casi siempre
Justo antes del descanso, Edgar, con un tiro desviado con la zurda, perdonó un 2-2 que no solo no llegaría en esa acción, sino que no lo haría en ninguna. Y es que, en la segunda mitad, fue el momento del otro fútbol. El 'fútbol papá'. Bordalás metio a Djené, sello de este estilo, por un Alderete que también se lo sabe, pero que estaba amonestado y ya se había jugado la roja.
Al Getafe le valía con que pasase lo mínimo posible en la segunda parte. Y lo consiguió. Lo poco que logró hacer el Almería cerca del área rival lo desbarató la defensa, con cortes clave de Damián, Djené y alguna salida dubitativa pero, a fin de cuentas, suficiente de David Soria.
Como si de una isla se tratara, el minuto del 57 al 58 fue todo el arsenal ofensivo destacable del Getafe, con un sutil golpeo de Óscar al larguero y un mano a mano de Mayoral tras una lujosa dejada de Latasa que no atinó a convertir en gol el delantero local.
El Almería lo intentó más que lo consiguió. Se aprovechó de los pasos atrás de un Geta que, por momentos, parecía dormirse, aunque, realmente, tenía un ojo entreabierto. Al final, incluso Latasa perdonó la sentencia en el añadido en un partido que tuvo de los dos fútbol, pero que solo tuvo un ganador.