Resistir para sobrevivir

No están siendo muchas las alegrías del Getafe en esta primera parte de la temporada. La escasez de la plantilla y la dificultad para conseguir la ansiada regularidad son dos de las muchas taras del cuadro azulón, que saca su gen más competitivo y rebelde en el Coliseum, donde solo ha perdido una vez en Liga y donde este lunes cerró la jornada 16 de Primera con un triunfo balsámico ante todo un rival directo como es el Espanyol.
Ya en los primeros compases del encuentro se pudo apreciar la intensidad y ganas de los de Bordalás. De hecho, las dos primeras ocasiones cayeron de su lado. La primera, con una volea de Arambarri que despejó a un costado Joan García, y la segunda, con un balón suelto que aprovechó Coba para definir desde fuera del área, aunque el esférico no cogió portería.
El Getafe avisó y acabó encontrando su premio. En el minuto 8 y tras un error en la salida de la pelota de su rival, Luis Milla metió un centro medido al primer palo, donde apareció desde atrás Álvaro Rodríguez para cabecear a gol el esférico y colocar el 1-0 en el marcador.
Trató de reponerse del mazazo el Espanyol, aunque la realidad es que estuvo bastante lejos de buscar la igualada. Todos sus acercamientos apenas generaron inquietud en la zaga rival y, hasta el momento, un inédito David Soria.
Todo pareció cambiar al comienzo de los segundos 45 minutos. Manolo González dio entrada a Cheddira y el Espanyol pareció mejorar. Al menos, pisó más el área contraria, aunque no consiguió concretar ninguna de sus llegadas de peligro. Dos disparos de Kral y un casi remate del marroquí fueron lo más destacado, aunque ninguna de las dos acabó entre los tres palos.
El cuadro 'perico' ofreció otra imagen y actitud. Mucho más propositiva y con ganas de ir a por el empate. Así pues, las llegadas al arco de David Soria se fueron sucediendo, pero ninguna de ellas dejó un peligro real. Solo Puado, superada la hora del encuentro, consiguió meter algo de miedo en el cuerpo azulón, aunque su remate picado se perdió fuera.
Sin embargo, el Getafe no bajó los brazos y no se olvidó de atacar. En el minuto 67', Alderete, con un cabezazo, pudo casi sentenciar el encuentro, aunque la pelota pegó en el larguero y se marchó fuera para lamento de los azulones.
El partido entró en su recta final y el Espanyol se decidió a ir a por él. Eso sí, la falta de puntería seguía haciéndose de notar y el tiempo jugó en contra de los pupilos de Manolo González, por debajo en el marcador durante prácticamente todo el partido.
Cumplidos los 4 minutos de añadido decretados, Busquets Ferrer se llevó el silbato a la boca y decretó el final de un encuentro que sirvió para mucho en el conjunto local, alejándose de los puestos de descenso, mientras que para los visitantes no hizo más que seguir echando más leña a un fuego que ya comienza a quemar a su propia afición.