Nunca es tarde para reaccionar

12 de abril. Algo más de 4 meses es lo que ha tardado Las Palmas en disfrutar de su primera victoria en 2025. Fábio Silva y Oliver McBurnie dibujaron la remontada del equipo de Diego Martínez sobre el Getafe (1-3) en la jornada 31 de Primera División. Omar Alderete abrió una lata cargada de faltas desde el inicio, pero Diego Rico perjudicó a los de José Bordalás con su expulsión -obra del VAR- en el minuto 33. Y los responsables del gol insular cumplieron con su deber para dejar a los de amarillo con 29 puntos. La prueba definitiva que confirma que nunca es tarde para reaccionar.
El cambio de tarjeta aprobado por Alberola Rojas fue el punto de inflexión que dio paso a la calidad de los visitantes. Cuando ellos acumularon galones en sus botas con Alberto Moleiro y Manu Fuster en zona de peligro, lo demás llegó solo. Con un recurso técnico sobresaliente y una vaselina impoluta del portugués como principales maravillas que levantaron a los desplazados al Coliseum de sus asientos. El margen de reacción de los azulones se vio comprometido por cuestión de números. En el tramo decisivo, apenas Coba da Costa fue el único que se atrevió a remar contra la corriente.
El arranque de la contienda fue difícil de digerir. Con hasta 7 faltas en los 10 minutos iniciales. Ese tramo de tiempo en el que, literalmente, David Soria y Dinko Horkas fueron espectadores de lujo en primera línea de combate. Hasta que salió el gol. Don Omar hizo popular eso de 'salió el sol' y su tocayo de apellido Alderete abrió la lata conforme la luz se impuso a las nubes y la lluvia. Eso sí, con algo de intriga. Tras conversar con el VAR, Alberola Rojas validó el testarazo ajustado del paraguayo al envío a balón parado de Luis Milla. Por cuestión de milímetros, el 1-0 subió al electrónico.
A partir de aquí, el asunto dio un giro de guion con la expulsión de Diego Rico. El lateral azulón se excedió a la hora de ir a ras de césped contra Viti Rozada. Otra vez con la ayuda exterior, el colegiado acudió a la pantalla y decidió romper la tarjeta amarilla -metafóricamente- para enseñarle la cartulina roja y el camino hacia el túnel de vestuarios. Con 57 minutos por delante, los de José Bordalás iban a contar en inferioridad numérica. Al filo del descanso, David Soria respiró al ver que Oliver McBurnie perdonó un cabezazo clamoroso que pudo significar el 1-1 y un hilo de esperanza.
Diego Martínez no se hizo de rogar en la tregua. Alberto Moleiro y Marvin Park, para dentro. De hecho, el lateral que reemplazó al que se llevó madera a diestro y siniestro tuvo el centro del empate que desvió Omar Alderete hacia saque de esquina. En ese preciso instante, la balanza del partido se decantó hacia el lado visitante. En apenas 8 minutos, el 1-0 se transformó en un 1-2 que vuelve a prender la llama insular que suspira por la permanencia en Primera División. Cuando los de Siete Palmas acumulan la calidad, es cuestión de tiempo recoger los frutos del trabajo en forma de goles.
Javi Muñoz puso el centro al área. De espaldas a portería, Silva controló aprovechando el bote, se giró sobre su eje y sacó un zurdazo inapelable que se convirtió en el 1-1. Domingos Duarte cayó en la trampa mortal del hombre que revolucionó la materia tras el paso por los vestuarios. Las tablas llegaron en el minuto 53. Pues bien. En el 61', Alberto Moleiro encontró al desmarque a McBurnie y el escocés no perdonó con un remate con el interior de su bota izquierda. Engañó a David Soria y desató la locura en el sector visitante de las gradas del Coliseum. Fábio inventa, Oliver remonta.
El Getafe quiso avanzar líneas y asumir riesgos, pero las imprecisiones las pagó a un precio muy alto. Y el hombre del partido cazó el globo que necesitaba para sujetar la ilusión. Manu Fuster, con el exterior de la diestra, esculpió una entrega a la espalda de los centrales que aprovechó el ariete luso. ¿Cómo? Plantándose en el mano a mano e impulsando una vaselina aterciopelada para colocar el 1-3 definitivo en el luminoso. Con todo el cuerpo técnico abrazando a Diego Martínez, el '37' lanzó la flecha que tanto necesitaba su afición. Esa que no había disfrutado en lo que iba de 2025.
Hasta el 12 de abril esperó Las Palmas para celebrar su triunfo inaugural del año natural. La que le coloca con 1 punto de diferencia sobre la permanencia a falta de lo que haga el Deportivo Alavés frente al Real Madrid. Los insulares reflejaron que nunca es tarde para reaccionar y el "sí, se puede" ya está en el punto más alto de Gran Canaria como mensaje cautivador. Con Fábio Silva en la punta de todo, el bloque 'pío pío' debe dejar la clasificación apartada y centrarse en derrotar a su rival más temido: él mismo. Argumentos no le faltan para creer y quedan muchas escenas en esta película.