Montilivi, ese lugar donde los sueños se cumplen para el Girona y que ha dado las mejores noches al equipo, sobre todo este curso, dejó con la miel en los labios al club ante el Villarreal (0-1). El 'submarino amarillo' asaltó el fortín gerundense gracias a su eficacia y se convirtió en el segundo equipo (tras el Real Madrid) en vencer en el feudo del cuadro dirigido por Míchel.
El partido comenzó con un ida y vuelta en ambas áreas. Un verdadero disfrute para el espectador, que disfrutó de varias ocasiones cuando apenas habían transcurrido los primeros compases del choque.
Eso sí, poco a poco, fue el Girona el que generó más peligro sobre la portería de Jorgensen. La elevada presión arriba de los de Míchel surtió efecto y esto trajo consigo las ocasiones. La más clara la tuvo Tsygankov, en el 27', con un disparo cruzado al palo largo que se perdió por milímetros.
El asedio local fue total y el Villarreal se defendió como pudo. La estrategia de sacar el balón cruzado desde atrás no le estaba surtiendo efecto. En el 33', el 'Pichichi' de Primera, Artem Dovbyk, tuvo en sus botas una ocasión manifiesta, pero la precisión no estuvo de su lado esta noche. Se quedó solo el ucraniano ante Jorgensen, pero este achicó muy bien y evitó el gol.
Los segundos 45 minutos arrancaron con un Girona que quiso ser dominador. De hecho, la primera ocasión llegó a su favor, pero, una vez más, la falta de puntería se hizo notar. Por su parte, el Villarreal no renunció al ataque en ningún momento, algo que, a la postre, le haría obtener su objetivo.
Contragolpe del conjunto 'groguet'. La pelota le llegó a Guedes, que se la llevó en el interior del área tras una serie de rechaces y se la dejó en bandeja al Traoré. Este se sacó un disparo colocado al palo largo, imposible para Gazzaniga. Jarro de agua fría en Montilivi nada más comenzar la segunda mitad.
No obstante, el Girona no ha llegado dónde está por rendirse y los pupilos de Míchel se volcaron a por el empate. Superada la hora de partido, otra vez Tsygankov tuvo en sus botas el gol. Sin embargo, en esta ocasión, fue el travesaño el que evitó que la pelota se marchase al fondo de la red.
Y apenas tres minutos más tarde, Savinho, tras un barullo en el área y una gran cantidad de rechaces, falló una de esas ocasiones que no nos tiene acostumbrados a perdonar. La pelota quedó muerta y el brasileño remató a bocajarro, aunque el balón se perdió por encima del larguero.
El encuentro fue entrando en su recta final y el Girona no se iba a rendir. Por su parte, los de Marcelino se preocuparon de realizar una buena ventaja para avisar mantener su ventaja. Y así fue, con un ejercicio defensivo excelso, sin dejar hueco y llevando la frustración al rival.
Las ocasiones por parte del cuadro gerundense siguieron llegando, pero el gol no estuvo de su lado. Ya en el tiempo añadido, Kiko Femenía vio la segunda amarilla tras empujar a Eric García en el área. No obstante, el esférico no estaba en juego y por ello Sánchez Martínez no cobró la pena máxima.
El partido llegó a su final y los tres puntos se fueron para el Villarreal, que supo gestionar el ritmo del partido y, sobre todo, ser eficaz y resistente ante el martillo pilón del Girona. Un Girona que se quedó con un sabor amargo tras dejar escapar una nueva oportunidad para certificar la segunda plaza de la Liga. Se queda a un punto del Barcelona, que podría ser a 4 si los azulgranas vencen en esta jornada. Pero pase lo que pase, esta temporada será histórica en Montilivi.