No es un regalo de la divina gracia del fútbol ni un obsequio que brindan en función del escudo. La permanencia no cae del cielo. El Almería pegó el golpe y dominó la 1ª mitad... hasta que el Granada impuso su ley en el derbi andaluz por la vida y la muerte de la 25ª jornada en Primera División. Lo que empezó en la esperanza de Marc Pubill terminó en la garra de Myrto Uzuni (1-1). Es el típico punto de la temporada que añades al casillero, pero que no suma en lo moral. Sin confianza no vas a ninguna parte.
Y eso que la historia pudo contar un desenlace opuesto. A Gil Manzano se le acumuló el trabajo. El colegiado anuló los goles de Adri Embarba y Sergio Arribas. Y no conforme con ello, acudió a la pantalla del VAR para cancelar el penalti que indicó a favor del conjunto de Cacique Medina por la acción del '18' del desierto sobre Faitout Maouassa. El pupilo de los anfitriones que entró en una sustitución poco natural... y salió antes del pitido final por Antonio Puertas. De todo... menos la victoria.
El zarpazo de la fe
La tensión podía cortarse con un cuchillo sin afilar. De los que untan mantequilla. Porque el ambiente se derretía cuando era consciente de lo que había en juego. Y a los visitantes le bastaron con el robo de Sergio Arribas en campo contrario para dar el golpe. El zarpazo de la fe. Marc Pubill realizó hasta 3 toques orientados para perfilarse hacia puerta. Sobre la frontal del área, el '18' fabricó un misil inexpugnable que se estrelló en el larguero y alcanzó el fondo de las mallas. 0-1.
El silencio sepulcral del reino nazarí fue la calma previa a la tormenta. El coqueteo de Luís Maximiano con la pérdida de tiempo, la falta de creación ofensiva de sus jugadores... Un sinfín de razones cuyo colmo llegó con lo inesperado. Lo que pocas veces se vive. Por decisión técnica, Cacique Medina introdujo a Faitout Maouassa en lugar de Gonzalo Villar en el minuto 33. Su temprana tarjeta amarilla y la urgencia de proponer algo diferente rompieron los estigmas del fútbol.
A base de goles... anulados
Y sin olvidar que el Almería sintió la impotencia a base de goles... anulados. Adri Embarba vio cómo el asistente levantó el banderín por el fuera de juego de Édgar González. Y la posición antirreglamentaria de Choco Lozano fastidió el tanto de Sergio Arribas. 2 decisiones arbitrales bien ejecutadas que, por caprichos de la redonda, dejó al Granada con vida en el paso por el túnel de vestuarios. No obstante, la 2ª mitad debía tomar una inercia distinta. La superioridad visitante era palpable.
Lucas Boyé ocupó el lugar de Óscar Melendo y los anfitriones fueron de menos a más con 2 referencias. Especialmente, montados en las botas de Facundo Pellistri. El atacante uruguayo quiere crearse un nombre a los pies de Sierra Nevada, pero fue Martin Hongla quien tuvo la más clara de la reanudación para igualar la contienda. Cabeceó prácticamente a placer en el 2º palo a la salida de un saque de esquina, aunque no vio portería. Solo la valla publicitaria de su estadio.
El agitador y la definición
Y cuando apareció Gerard Gumbau, la escena sufrió el giro de guion. El creador de espacios que orquestó una banda sonora de pases filtrados que hizo bailar a su equipo. Solo le bastó con levantar la mirada para habilitar a Myrto Uzuni. El agitador y la definición. El albanés, antes de ver su panorámica comprometida por la presencia de Luís Maximiano, mandó el esférico al lugar mágico. 1-1 y fiesta provincial en el Nuevo Los Cármenes... que pudo ir a más minutos después.
Por partes. Faitout Maouassa cayó en el área tras el contacto de Marc Pubill. En 1ª instancia, a Gil Manzano le invadieron las certezas. Brazo señalado al punto blanco. Penalti. Pero claro, el VAR tenía que dar su versión. Llamada a la pantalla para revisar la acción. El videoarbitraje cumplió con su deber y el 'trencilla' hizo justicia negando el lanzamiento desde los 11 metros. Cuando Lucas Boyé ya se estaba relamiendo en lo que hubiese sido la oportunidad de oro. Se quedó en el intento.
Tropezando en la misma piedra
Álex Pozo tuvo en su poder el 1-2, aunque Augusto Batalla se disfrazó de central en el añadido y salió del área para amargar la 1ª victoria 'indálica' de la temporada. Con la triple melodía final, reinó la sensación de que ambos bandos acabaron tropezando en la misma piedra. Sobre todo, el de Gaizka Garitano. Después de 25 páginas tachadas en el calendario, continúan sin administrar las ventajas del marcador y el planteamiento tras la pausa no estuvo a la altura de la gloria.
Por si restaba alguna duda, la permanencia no cae del cielo. Es el fruto al trabajo, el sacrificio y la meritocracia. El título que acredita la presencia en la máxima categoría del fútbol español. El 1-1 final es insuficiente a ojos del Granada y del Almería. Lógicamente, la situación goza de mayor optimismo en el Nuevo Los Cármenes, donde se irán a la cama a 6 dulces sueños de la salvación. En el Power Horse Stadium sobreviven a base de las pesadillas constantes y las matemáticas. No están en el camino, 12 kilómetros a pie son demasiados.