7 días tiene la semana y el 1º carga la fama popular de ser el peor. Sin embargo, este no fue otro cualquiera. El 'submarino' encontró la dirección en un lunes de oro. Ni el 8º galardón triunfal de Leo Messi estuvo por encima de la película que regaló la friolera de 5 goles en el escándalo de 16 minutos. Como lees. El vendaval de fútbol ofensivo se llevó por delante cualquier síntoma de protección defensiva cual pelea a vida o muerte. Y muestra de ello, sus lugares en la clasificación.
El Villarreal tumbó al Granada (2-3) en el partidazo que le dio sentido al cierre de telón de la 11ª jornada en Primera División. El doblete de Gerard Moreno y la sentencia de Alexander Sorloth iluminaron el camino del equipo de José Rojo 'Pacheta'... hasta que espabilaron los hombres de Paco López a raíz de los tantos de Ricard Sánchez y Myrto Uzuni. Pese al resultado negativo, el cuadro andaluz se aferra a la sensación de que no está en coma, sino que permanecerá consciente hasta el final.
5 goles en 16 minutos
Lo impredecible, lo que no te ves venir, acaba convirtiéndose en lo mejor. Porque ni el más optimista apostaba por ver 5 goles en 16 minutos. El partido de fútbol se disfrazó de un combate de boxeo en el que los puños se repartían sin defensa alguna. La virtud ofensiva sonrojó el ridículo defensivo de ambos planteamientos. Como si fuesen 2 pozos sin fondo. Y el que más agua recibió fue el local con el 'submarino' desplegando la mejor versión de la temporada. El listón era bajo, pero las dianas subieron a lo más alto.
Gerard Moreno formó la asociación perfecta con Alexander Sorloth. El noruego fabricó el pase de la muerte y el '7' solo tuvo que rematar el 0-1 a placer. El tanque provocó un penalti ante la estirada de André Ferreira, el mago de Santa Perpètua de Mogoda venció en la batalla psicológica de los 11 metros. El portero, a su izquierda; la diana, a la derecha. 0-2. Y por si fuera poco todo esto, el dueño de los fiordos escandinavos se inventó un misil térmico endiablado que hizo inútil cualquier intento del arquero rival. 0-3 y ambiente sepulcral en Los Cármenes.
La reacción que nadie esperaba
Puestos a ser sinceros, en el tiempo previo al descanso llegó la reacción que nadie esperaba. Ni Paco López. Ni el nuevo director deportivo rojiblanco, Matteo Tognozzi. Ni el reino nazarí. Pero Ricard Sánchez tuvo un 99% de fe y el restante de posibilidades. Pues con ese último empleó un desmarque de ruptura al espacio para plantarse en zona franca y dejar sin margen a Filip Jörgensen. 1-3 y la esperanza floreció en el escenario cual semilla bien cuidada. Las raíces se asentaron sobre la tierra y el fruto llegó a modo de la recompensa deseada.
Myrto Uzuni recogió lo que se cosechó en apenas instantes. El giro y recorte del albanés fue sensacional, aunque la definición con la izquierda se puso a la altura de La Alhambra. 2-3 en el luminoso y la sensación unánime de haber presenciado una firme candidata a ser la mejor 1ª mitad de la temporada en Primera División. A base de goles, de emoción y de suspense. Y todo ello con 45 minutos por delante. Esto fue un homenaje en toda regla a los lunes. El Balón de Oro fue un 0 a la izquierda en comparación al baile de Granada.
Rompiendo el termómetro
A esta contienda solo le quedaba subir la temperatura. Y tanto que lo hizo. Ambos ejércitos acabaron rompiendo el termómetro entre tantos encontronazos. Gerard Moreno tuvo sus más y sus menos con Raúl Torrente, pero el premio se lo llevó Álex Baena. El '16' originó una fuga de tensión a los pies de Sierra Nevada con Ignasi Miquel. Tal fue el coqueteo con la expulsión que José Rojo 'Pacheta' no escatimó en riesgos. José Luis Morales ingresó al verde ante la sorpresa permanencia de Alexander Sorloth en los vestuarios al intermedio.
Con más electricidad que nunca, Bryan Zaragoza se llevó el equipo a sus espaldas. Paco López estuvo fino colocando al malagueño por el perfil diestro. Y Carlos Romero tuvo pesadillas constantes bajo la inercia regateadora y juguetona del '26'. El hombre de amarillo sigue buscando el caño que le pintó cual dibujo en la escuela primaria. Sin embargo, la obra de arte no representó a la épica que se buscó contra todas las corrientes. Lo que parecía una utopía estuvo al filo de hacerse realidad y no la aprobación del triunfo visitante.
Más cerca de la épica que de la confirmación
El desenlace se quedó más cerca de la épica del 3-3 que de la confirmación del 2-4. Muestra de ello, el balance de los huéspedes desde la reanudación. André Ferreira fue un mero espectador hasta el punto de que le faltó la videoconsola portátil para sentarse en el palo. El terreno de juego se decantó al favor de los anfitriones con José Callejón de lateral derecho y Famara Diédhiou en 'modo agitador'. En sus botas estuvo el reparto de puntos, pero Filip se autonombró Jörgensen I de Castellón prácticamente sobre la bocina.
Pese a todo el esfuerzo reflejado, Iglesias Villanueva hizo sonar el triple pitido final y el mundo se vino encima en Los Cármenes. El Granada sigue de capa caída con 1 victoria en toda la temporada. Queda la nota positiva de la eterna lucha que da el sello de identidad nazarí. Sin embargo, el motín de los 3 puntos viajó hacia la Comunidad Valenciana en lo que podría ser el golpe de inflexión del 'submarino amarillo' con el tercer triunfo del curso. Un lunes de oro en todos los sentidos a la espera de la Copa del Rey.