El Getafe consiguió este domingo su primera victoria a domicilio del curso. Ha tenido que esperar a 2025 para conseguirlo, pero ha conseguido un triunfo tan importante que le aleja irremediablemente de los puestos de descenso y engancha de nuevo a Las Palmas, que pierde un encuentro tras 4 encuentros en Liga sin hacerlo.
Fue, durante buena parte del partido, un encuentro 'made in Bordalás'. Minimizó al máximo las virtudes del conjunto insular y enganchó una de las que tuvo. Y es que el técnico es capaz de sacar agua de debajo de las piedras. De Uche a Coba, gran héroe de la tarde para los azulones, hoy de rojo.
Con solo 8 partidos en la élite, ya ha sido capaz de ofrecer un partido de gol y asistencia, algo poco habitual en este Getafe que rentabiliza al máximo los goles. Eso sí, hubo que esperar hasta el tramo final del partido para descorchar la botella, pues hasta entonces, la fiesta quedaba en 'stand by'.
La primera parte no pasó a la historia y eso habla bien de Bordalás. Ensombreció a Las Palmas, que en poco se pareció al que había maravillado antes de Navidad. Y entendió perfectamente que el partido no se gana antes del descanso, sino que dura 90 minutos y más. Y es que, en los primeros 45, solo hubo dos ocasiones claras, una perdonada por Aleñá y un disparo lejano de Kirian que solventó bien David Soria.
De la esperanza a la desilusión
En un abrir y cerrar de ojos, el cielo se le abrió a Las Palmas. Sandro, que no había aparecido en todo el partido, se encontró con un penalti. Ahí emergió la figura de David Soria, quien adivinó las intenciones de un Fábio Silva negado este domingo y que falló desde los 11 metros.
Fue el impulso necesario para un Getafe que se agarra a un clavo ardiendo. Y Coba, que ya había dejado algunos detalles de calidad, apareció por partida doble. La primera vez, donde nadie le vio, en un segundo palo tras una prolongación y dejando descolocada a toda la defensa insular.
La segunda de ellas fue la que a priori iba a ser la sentencia, aunque no lo quiso así Las Palmas. Robó el Getafe y se vistió de Modric con un centro raso con el exterior para que el ya recuperado Borja Mayoral demostrase que el olfato de gol no se pierde pese a las lesiones.
Januzaj, que apenas llevaba unos segundos dentro del terreno de juego, se encargó de dar emoción al tiempo añadido. Ahí le entraron las prisas a Las Palmas, que probó y probó pero no pudo superar una segunda vez a David Soria.