Vida extra

El Leganés cree. Borja Jiménez ya lo dijo en la rueda de prensa y la victoria ante Las Palmas (0-1) deja al conjunto del sur de Madrid con una última vida de cara a la próxima semana, cuando recibirá al Valladolid. El gol de Dani Raba ha dado algo más que esperanza a una grada que sueña con conseguir, en el epílogo, la salvación.
Sufrió, como era menester, para conseguir la victoria pese a que enfrente estaba un equipo descendido. Desde el primer minuto, la afición local pasó factura al club, al presidente y a los jugadores. Solo Moleiro, en el que pudo ser el último partido en su casa, salió aplaudido ante un estadio prácticamente vacío.
La fe pudo más que un equipo en depresión. El Leganés, que soñaba con un milagro, consiguió la primera parte del mismo. Necesitaba ganar y lo hizo con el gol de un Dani Raba que, pese a solo jugar 45 minutos, demostró por qué es el jugador más importante del equipo de Borja Jiménez.
El Leganés fue más creyente porque era el único al que la victoria le servía de algo. De hecho, el resultado fue incluso corto teniendo en cuenta las que perdonó el conjunto de Borja, que volvió a adolecer de falta de puntería en un año en el que el gol se paga caro. Eso sí, si hay alguien que haya estado al nivel en los últimso meses fue precisamente el héroe de la tarde, Dani Raba.
Tuvo que celebrar el goleador dos veces el tanto, cuando lo metió y cuando el VAR validó la acción. Y es que, pese a rematar fácil para poner el 0-1, el resultado tuvo que esperar. El centro con música de Juan Cruz se convirtió en el gol de la esperanza en los primeros minutos, para quitarse todos los nervios de encima.
Las Palmas quiso pero no pudo, algo que le ha pasado durante toda la temporada. Cada balón que tocaba Alberto Moleiro lo convertía en algo mejor. También el joven Diego Martín, precisamente el jugador que le sustituyó en el partido y que le puede sustituir la próxima temporada. Cuando se fue, la cara de Moleiro no era otra que la del hijo que sabe que tiene que irse de casa para madurar, para dar un paso adelante en su vida -futbolística en este caso-.
Poco trabajo tuvo un Dmitrovic que, eso sí, estuvo muy seguro en cada acción que tuvo en su área. Apenas hicieron daño los McBurnie o Jaime Mata, tampoco Essugo desde segunda línea. Ahí, en el alambre de un gol que te puede enviar a Segunda, sobrevivió un Leganés que sigue creyendo en el milagro.