Cuidado con la nueva era
Es una temporada de cambios. Muchos. Demasiados. La Champions League estrenará su formato liguero y el Real Madrid, después de conocer a sus 8 rivales continentales, volvió a repetir los errores del debut. Tal fue así que calcó el mismo resultado (1-1) en su visita a Las Palmas con motivo de la jornada 3 en Primera División. Vinicius rescató el reparto de puntos desde la pena máxima gracias al penalti por mano de Álex Suárez. Alberto Moleiro evidenció los contratiempos del campeón, más guiado por nombres que por sensaciones. Cuidado con la nueva era, que no es tan fácil.
Y pudo ser peor. Carlo Ancelotti se echó las manos a la cabeza cuando Viti Rozada materializó el 2-1 en el minuto 88. Jaime Mata cabeceó una falta lateral y el balón quedó muerto en las botas del recién ingresado, quien mandó el golpeo a la escuadra de Thibaut Courtois. Para la fortuna de los capitalinos, Busquets Ferrer anuló la épica en Siete Palmas por el fuera de juego del delantero local en el momento del contacto con la testa. El arbitraje hizo justicia en el ambiente, lo que no borra los desajustes del proyecto galáctico cuando compite lejos del Santiago Bernabéu.
A las primeras de cambio, los 'pío pío' cantaron al unísono. Oliver McBurnie recibió en el sector izquierdo y se las apañó para devolverle el favor a Alberto Moleiro. El '10' de Gran Canaria se las apañó para dejar en el sitio a Aurélien Tchouaméni y desencajó a Éder Militao. Rotura de cadera al brasileño para superar a Thibaut Courtois con un zurdazo raso e inapelable directo al palo largo. Los de amarillo ejemplificaron las carencias de los 'merengues', que no han empezado la temporada liguera con la inercia propia del club que ocupa el trono. Demasiados automatismos que asimilar.
Con el 1-0, los visitantes reaccionaron a medias. Es decir, tuvieron sus situaciones favorables, pero sin el éxito suficiente como para celebrar la igualdad. Fede Valverde quiso recordar la aportación anotadora ante el Real Valladolid y probó fortuna a balón parado en la frontal del área. Luka Modric pisó el esférico y el uruguayo disparó hacia la meta de Jasper Cillessen. El culpable de la ventaja mínima para los anfitriones al descanso. El meta neerlandés sacó a pasear su guante zurdo para repeler el chut ajustado del '8' blanco. Y la cosa no quedó ahí en los prolegómenos del intermedio.
Dados los problemas en las asociaciones entre Kylian Mbappé y Vinicius, Antonio Rüdiger gozó del espacio suficiente como para armar la diestra desde la lejanía. El tipico disparo con bote que le complica la vida a cualquier portero se encontró con la manopla diestra del imperial. El que está consiguiendo eclipsar el legado de Álvaro Valles en Gran Canaria. Y las carencias del Real Madrid en ataque coincidieron con la tarjeta amarilla a Ferland Mendy. Expulsado en Palma, castigado en el Santiago Bernabéu y amonestado otra vez. Quizás el reflejo de su equipo. Desorientado.

Unas circunstancias por las que Carlo Ancelotti reaccionó. Fran García saltó al carril izquierdo y Rodrygo Goes ocupó la posición desapercibida de Brahim Díaz. Como si no se tratara del futbolista que cambió un partido en 21 minutos hace 4 días. Luka Modric y Vinicius se llevaron a sus compañeros a las espaldas, pero fue Sandro Ramírez quien perdonó el 2-0. Kirian Rodríguez dibujó el pase filtrado perfecto. Suficiente para superar a Antonio Rüdiger y dejar a Thibaut Courtois en tierra de nadie. El '19' recortó al belga, pero llegó demasiado forzado para ampliar la ventaja.
Con la incertidumbre por bandera, el Real Madrid fue de menos a más a raíz de los cambios. Especialmente, con la entrada de Arda Güler. El turco ocupó el lugar de un Luka Modric que se quitó la cinta del pelo entre los aplausos del respetable insular. Pues bien, prácticamente segundos después, el '15' llegó a tocar con la punta de la bota un mal remate de Vinicius con la zurda. Todo era decepción hasta que Álex Suárez tocó el cuero con la mano sin querer. Pena máxima clamorosa, Busquets Ferrer no se lo pensó demasiado para señalar la infracción. Salvados por los 11 metros.
Ni Kylian Mbappé ni Rodrygo Goes. El '7' de las rastas. Balón mimado, mirada fija en los 3 palos y el 1-1 al casillero. El brasileño, con el Balón de Oro en mente, ajustó el lanzamiento hacia la derecha a media altura. La justa como para fastidiar la estirada de Jasper Cillessen, quien se quedó a tallas de guante de evitar el empate. A partir de aquí, las ternas se cambiaron y el rey de la competición presentó sus credenciales. Especialmente, el fichaje más esperado de la última década. La calidad no marcó diferencias, pero demostró que maneja potencial para decantarlas en el futuro.
Sin ir más lejos, el '9' se las gastó con un gesto técnico excelso para dejar en el camino a Kieran McKenna. Sin embargo, no llegó cómodamente para fusilar con la zurda y sigue sin celebrar su primer tanto en LaLiga. Para tanto, el que no subió al electrónico por el fuera de juego de Jaime Mata. Por partes. Éder Militao se abrió de piernas y cometió falta sobre Manu Fuster. En la falta lateral, la referencia amarilla bajó el envío con la testa y cayó hacia la posición de Viti Rozada. El 2-1 ingresó por la escuadra... hasta que Busquets Ferrer levantó el brazo al cielo por posición antirreglamentaria.
Endrick puso el 1-1 entre interrogantes en el añadido, pero Las Palmas guardó el reparto de puntos. Quizás, escaso para la meritocracia de los 'pío pío' en el cómputo global. El Real Madrid repitió los errores del estreno y ya cuenta 4 unidades menos de las esperadas en el arranque. Kylian Mbappé no carbura, el calendario aprieta y el proyecto de Carlo Ancelotti tiene algunos matices que precisar para volver a dominar los partidos. Por no decir demasiados. La ilusión está justificada en Chamartín con la Champions League al horizonte, pero cuidado con la nueva era. No es tan sencilla.
