Januzaj frota la lámpara y se concede su deseo

Vaya semana de reacciones con inferioridad numérica. Si el martes el Atlético de Madrid tiraba de coraje y corazón para tumbar al Bayer Leverkusen con 10, este viernes, Las Palmas se aferró al último suspiro de esperanza que le quedó para sacar un punto frente a Osasuna en una agónica recta final (1-1).
El partido, que comenzó sin un dominador claro en los primeros compases, muy pronto vio como los locales iban a dar un paso hacia adelante. Los de Diego Martínez subieron la presión y buscaron recuperar la pelota cuanto antes. No obstante, los de Vicente Moreno no pasaron apuros pese a no dominar, pues estaban muy cómodos sobre el campo.
Poco a poco, Osasuna fue tomando presencia en el encuentro y comenzó a probar a Cillessen. Eso sí, ninguna de las ocasiones supuso un verdero peligro para los locales. Fue en Alberto Moleiro donde los grancanarios encontraron su principal vía de peligro, pues el '10' se estaba gustando y todas las jugadas ofensivas nacieron de sus botas.
Pese a ello, la primera mitad y fue con los visitantes como dominadores. La tuvo Budimir a bocajarro, pero el meta neerlandés le achicó muy bien y evitó el 0-1. Y en el 42', Aimar Oroz condujo el contragolpe y se la cedió a Kike Barja, que se ganó el sitió y soltó un derechazo al palo largo desde el borde del área. La pelota pegó en la madera y se marchó fuera.
No pudo empezar mejor la segunda mitad para los rojillos. En el 53' y tras varios avisos, Aimar Oroz abrió la renta para su equipo. Jugada de Areso por la derecha, prolongación de Kike Barja dentro del área para el control de espaldas de Budimir, que consiguió dejársela al '10', que amagó y soltó un derechazo a bocajarro para mandar la pelota al fondo de la red.
Eso no significó que el conjunto de Diego Martínez se fuese a dar por vencido. Buscó la rápida reacción, sobre todo, con jugadas de peligro por ambas bandas. Sin embargo, Osasuna estuvo muy bien plantado atrás, defendiendo en bloque bajo y sin dejar espacios.
Superada la hora de partido, Sandro perdonó el empate. El extremo recibió dentro del área y se sacó un derechazo cruzado. Buscó la colocación y Sergio Herrera le sacó una buena mano arriba para evitar el gol. Pocos minutos después y tras una buena acción de Fábio Silva por la derecha, Moleiro reclamó penalti. Este cayó en el área en su pugna con Areso y consideró que el defensor rojillo se desentendió de la pelota.
Gil Manzano tuvo que acudir al VAR para revisar dicha acción y, aunque las imágenes decretaron que sí que pudo haber penalti, el extremo luso cometió falta previa al sacar el codo a pasear y golpear a Iker Muñoz. Todo quedó en nada y, además, se llevó la amarilla.
El partido entró en su recta final, no sin antes dejar una de las imágenes de la noche. No se quedó tranquilo Essugo con la resolución del colegiado a una falta suya, le siguió protestando y se ganó la amarilla, que era la segunda. Además, le aplaudió en su cara y se volvió loco, hasta el punto que tuvo que venir a sujetarlo a Jaime Mata y a pedirle que se marchase del campo a empujones y manotazos. Un show.
Si se pensó que esto pudo desestabilizar a Las Palmas, nada más lejos de la realidad. Los amarillos se aprovecharon del gran paso atrás de Osasuna, que trató de mantener el resultado, pero que lo que verdaderamente hizo fue generarse problemas tontamente. Un tiro en el pie. Apretó el conjunto local, en lo que Gil Manzano siguió sacando amarillas (hasta 15 se vieron en todo el partido y una roja) y el tiempo siguió corriendo.
El largo añadido de hasta 13 minutos hizo fantasear al espectador con que se podía venir un final de infarto. La verdad es que fue así, pues Las Palmas no dejó de intentarlo. Sin embargo, le faltó un punto de agresividad a los de Diego Martínez para terminar de mandar el esférico al fondo de la red.
No obstante, cosas del destino, en una falta que se tuvo que lanzar hasta por dos ocasiones por una mano al tirar la primera, Januzaj devolvió la esperanza. El belga lanzó colocado, la barrera se abrió y, además, tocó el esférico para despistar a Sergio Herrera y que el 1-1 subiese al electrónico. Absolutamente poético.
Los dos equipos trataron de poner aún más loco el partido, pero el tiempo llegó a su fin y Gil Manzano decretó el final. Un punto para cada equipo y a otra cosa, pues ambos seguirán peleando por sus distintos objetivos.