Set y aviso a navegantes

El Inter humilló este lunes a la Lazio (0-6) en el Olímpico de Roma y con la escandalosa goleada mandó un mensaje a navegantes en Italia, donde se postula el vigente campeón como favorito en un campeonato en el que está a 3 puntos del liderato de la Atalanta y con un partido menos.
El cuadro 'nerazzurro', pese a que este año su superioridad no sea tan notable, al menos en lo que a resultados y puntos se refiere, sigue siendo el mejor equipo del 'Calcio'. Solo el Atalanta le iguala en el nivel de juego esta campaña, pero el fondo de armario de los lombardos es inmenso, la temporada larga y el nivel del equipo cuando encaja un buen partido simplemente imparable. Que se lo pregunten a los 'biancocelesti', que vieron goles de todos los colores sin poder hacer nada para frenar al equipo de Inzaghi, vestido de amarillo en esta ocasión.
Ante una Lazio que era una de las revelaciones de la campaña, en lo que fue el siempre especial regreso de Simone a la que un día fue su casa, el Inter arrasó con todo. Nadie esperaba un partido sumamente desigualado. Pero la realidad es que fue una humillación que amenazó en la distancia a Atalanta y Nápoles.
Porque cuando más se habló de la fuerza de la 'Dea' y los 'partenopeos', el cuadro 'nerazzurro' cerró puertas y, sin avisar a nadie, desplegó su potencial. Fue un partido perfecto. O casi perfecto. Solo faltó el gol del líder indiscutible, de Lautaro Martínez. Hizo de todo: ocigenó en salida, jugó de cara
En su propia casa, la Lazio se sintió indefensa. Su resistencia, eso sí, duró 40 minutos. Y cayó por una mano de Gigot que provocó un penalti que transformó el infalible Çalhanoglu. En ese momento, el equipo romano se quedó sin opciones.
No porque no tuviera potencial. Porque con Pedro a este nivel, o Nuno Tavares y Noslin como generadores constantes de ocasiones, la Lazio tenía argumentos para contestar. Simplemente el Inter puso un ritmo que no pudo igualar. Nadie en Italia puede ponerse a ese nivel tan rápido.
Olió sangre el combinado milanista y Dimarco, antes del descanso, había hecho el segundo rematando solo un centro lateral. Llegó el descanso y el cuadro local pudo desconectar, recargar pilas. Pero de nada le sirvió. En el minuto 51, nada más reanudar, Barella hizo un golazo para encarrilar la victoria, un zapatazo desde fuera para silenciar el Olímpico. Ahí sí que los 'biancocelesti' bajaron los brazos. Pero el Inter, al que le salió todo, no se dio por saciado.
Dumfries puso el cuarto con un remate de cabeza brutal, una exhibición de fuerza en el salto, de convicción al atacar el centro de Bastoni, en otro gol marca de la casa de central a carrilero.
Ya con el partido decidido, otro carrilero que jugó de central, Carlos Augusto, marcó el quinto, moviéndose como un delantero centro dentro del área. Un toque para controlar y girarse. Otro para superar a Provedel. En el añadido, Thuram hizo el único de los delanteros para completar la goleada. El Inter, imparable, mandó un mensaje a toda Italia. El campeón sigue siendo el favorito.