La cabeza del matagigantes

El Leganés no ganaba en Liga desde que le armó el lío al Barcelona en Montjuïc. En aquella noche, un testarazo lo cambió todo. Hasta este sábado, cuando la cabeza del matagigantes decidió cortar de raíz la racha histórica de 15 victorias consecutivas del Atlético de Madrid. Matija Nastasic marcó la diferencia en el choque con el que ambos conjuntos inauguraron sus segundas vueltas en Primera División. El líder lo intentó por todos los medios posibles, pero la madera, Marko Dmitrovic y el mismísimo Antoine Griezmann fueron los factores comunes que evitaron el empate.

Por contradictorio que resulte, la estrella rojiblanca pudo salvar el estropicio con esa zurda que tantas alegrías ha brindado en su carrera. Pues bien, el penalti que cometió el capitán 'pepinero' por mano que validó Melero López con la ayuda del VAR lo mandó fuera. Ni el héroe de los guantes y 'MVP' del partido necesitó poner la manopla para desviar el lanzamiento. Al 'Príncipe' le comió la presión y envió la catapulta a los 45 puntos a la valla publicitaria. El atardecer le sonrió al cuadro de Borja Jiménez, quien mandó a llorar a Diego Pablo Simeone con el pitido final. Liberando la tensión.

Cruceta, palo y larguero

Juan Cruz abrió el telón de las ocasiones nada más empezar dándole el susto a Jan Oblak. Una transición local concluyó con el centro raso hacia atrás de Valentin Rosier. Desde segunda línea apareció el '11', cuyo remate de primeras con la derecha se estampó en la valla publicitaria. Se marchó ligeramente desviado, pero el '13' acabó malparado igualmente. El meta esloveno, capital en la posterioridad arreglando el estropicio en la cesión de Robin Le Normand, sintió molestias en su muñeca derecha al chocar contra la madera. Metafóricamente, su equipo hizo exactamente lo mismo.

Y por triple partida. Cruceta, palo y larguero. 'Hat trick'. Primero fue Julián Álvarez. La 'Araña' recibió una entrega de Giuliano Simeone y quiso embellecer la escuadra de Butarque. Sin embargo, el enlace entre los postes le negó el 0-1 al delantero argentino. El plan de Diego Pablo Simeone se fortaleció a raíz de las transiciones rápidas. En una de ellas, Antoine Griezmann se tiró con todo para poner la punta... y se encontró con una de las bases del arco 'pepinero'. En la continuación de dicha acción, Marko Dmitrovic se levantó cual muelle para tapar el rechace del francés. Insuperable.

Proyecto de sorpresa

La cosa no quedó ahí. Melero López señaló fuera de juego de Conor Gallagher justo en el instante en el que estrelló su cabezazo a la chilena de Giuliano Simeone en el travesaño. El núcleo del peligro fue visitante, pero el local edificó un proyecto de sorpresa que creció hasta que reventó. Dani Raba pateó una falta lejana desde la otra punta. Sergio González no llegó al envío y el golpeo no encontró oposición ninguna de camino a puerta. Hasta que apareció el guante derecho de Jan Oblak. Hubo oportunidades para ambos, pero el destino no quiso desequilibrar la balanza en el primer acto.

Las vedas improvisadas en la red dieron paso a la segunda mitad con modificaciones en ambos conjuntos. Darko Brasanac y Samu Lino fueron testigos directos del momento que enmudeció la fe ciega de las 16 victorias consecutivas del líder. De tantos envíos desde la esquina, el Leganés aprendió un patrón que se repetía y funcionó en la acción del 1-0. En el envío al corazón de la jaula, Pablo Barrios confió demasiado en que Clément Lenglet llegaba a cabecear y despejar el córner. Lejos de la realidad, Matija Nastasic le comió la tostada y puso el alma y la frente para besar la red.

Decepción fatídica

A partir de aquí, Diego Pablo Simeone liberó a todos los revulsivos que tuvo en liza. Koke, Marcos Llorente, Ángel Correa y Adrián Niño -echó de menos a Alexander Sorloth- se sumaron a Samu Lino. El Atlético de Madrid respiró aliviado por el carrusel de situaciones que no aprovecharon Juan Cruz ni Miguel de la Fuente. A cambio de ello, se llevó la decepción fatídica con Antoine Griezmann. Por partes. Una falta colgada a la cazuela concluyó en la disputa entre Sergio González y Robin Le Normand. Hasta ahí bien, pero Melero López recibió la llamada del VAR.

Butarque echó a temblar cuando se apreció en la imagen la mano de su capitán. Acción antirreglamentaria y libre de indicar la pena máxima. Así lo hizo el 'trencilla' sin apenas brindar tiempo para la intriga. El 'Príncipe' asumió sus galones y se dispuso a colocar el 1-1 en el marcador y con margen de buscar la remontada. Lejos de la realidad. El '7' buscó con tanto empeño el palo derecho de su visión que envió el disparo a la valla publicitaria. Diego Pablo Simeone no dio crédito, la grada reventó de felicidad y la mirada perdida del francés pronunció palabras. Algo así como "tierra, trágame".

Serbia está en la casa

Lejos de hincar rodilla, el líder adelantó sus líneas y se lanzó en picado a por las tablas. Ya no importaba la forma, solo el resultado. Ángel Correa las tuvo a pares. El argentino recibió en zona de peligro, ejecutó a la perfección el recorte hacia dentro y falló en la ejecución del remate, que no encontró el marco infranqueable. Serbia está en la casa. Con Matija Nastasic... y Marko Dmitrovic. El meta vestido de amarillo se hizo enorme en la última jugada del partido. Puso el pecho y el corazón achicándole todo el espacio al '10', quien recordará la acción que pudo cambiarlo todo durante un tiempo.

Melero López hizo sonar su silbato y el Leganés cumplió su sueño. La cabeza del matagigantes pensó a lo grande desde la arenga en el vestuario. Borja Jiménez pronunció entre taquillas eso de "aparecerá vuestro momento, buscadlo". Y tanto que lo encontró con una victoria catedralicia para empezar la segunda vuelta pegándole un puñetazo a la permanencia. Y por si fuera poco, cortar una racha histórica de 15 victorias consecutivas del líder de Primera División tampoco está mal. Tuvo su 'chance', pero la madera y la diosa fortuna le negaron la número 16 al Atlético de Madrid.