Al Real Betis se le rompió el traductor en Polonia y no se enteró de nada. Y encima, el intérpetre de este equipo, que es Lo Celso, no viajó y no pudo ayudar a que Europa y el equipo verdiblanco se entendieran. El argentino mejora cada balón que toca cual 'DeepL' hace comprender cualquier mensaje en otra lengua que precisa de traducción. Pero él no estaba. Y el Betis, realmente, tampoco estuvo en Varsovia. No, al menos, ese Betis que muchos esperaban.
Los andaluces no quisieron en la primera parte y no supieron en la segunda. Al menos, hubo voluntad tras el descanso, algo que incluso puede mosquear aún más al aficionado. ¿Qué pasó entonces en los primeros 45 minutos? En la reanudación, el equipo de Manuel Pellegrini generó más peligro en solo 3 minutos que en todo el primer tiempo. Y claro, eso puede llevar a los seguidores al enfado.
Juanmi y el Chimy, como el refrán. Cualquier tiempo pasado fue mejor. Imprecisos. Alejados de la zona de peligro. Sin salsa alguna. Vitor Roque sí enseñó alguna vez los dientes, pero esos colmillos aún necesitan ser afilados. No termina de ser fino en sus intervenciones el brasileño, que parece necesitar pulir una técnica innegociable en la élite.
No crean que el Legia tiró la casa por la ventana. El equipo más laureado de Polonia pasa por un momento de dudas y malos resultados en la liga local, algo que no ayuda a la digestión de esta derrota por parte de los béticos. Sí es cierto que los locales mantuvieron en casi todo momento un impecable orden defensivo que no se derrumbó ni en los mejores minutos de los españoles.
Desde el inicio, se empezó a ver la espesez verdiblanca. Pese a los avisos de Altimira y Vitor Roque con remates lejanos, la sensación de lentitud y falta de ideas era perenne. El Legia, mientras, empezaba a profundizar por una banda derecha que se convirtió en el local de moda del terreno de juego y desde donde nació el 1-0 a los 23 minutos de partido.
Una internada por el flanco diestro acabó en un córner, desde donde llegó el gol. En el saque de esquina, botado en corto, Rúben Vinagre metió un centro al área que peinó Steve Kapuadi al fondo de la red, cerquita del palo derecho de Adrián. Se fue de su marca el '3', que era el único de los 4 del Legia que se descolgaron que no estaba en fuera de juego.
Entonces, algunos podían esperar una reacción inmediata y contundente del Betis. Pero no. Sí que espabiló algo el equipo visitante, pero el área seguía siendo el área 51: los de Pellegrini tenían el acceso restringido. Hasta el descanso, todo el arsenal ofensivo se puede resumir en un centro-chut de Vitor Roque que acabó en córner y en un zurdazo de un Fornals demasiado escorado que blocó en el primer palo Tobiasz.
¿Y por qué ahora?
Apenas 3 minutos pasaron desde la reanudación y el Betis ya había atacado lo mismo o más (al menos, con más peligro) que en los primeros 45'. Nada más comenzar el segundo periodo, el Chimy provocó un córner. Parece anecdótico, pero no lo es. Habían transcurrido apenas 25 segundos y, entonces sí, el equipo del Benito Villamarín quiso ir a por el partido.
En el 47', Ruibal se metió entre dos rivales y disparo desviado con la derecha. Y en el 48', Cardoso finalizó con un tiro desde fuera del área una buena combinación entre Vitor y Fornals. No todo fueron ataques visitantes: en el 51', dos centros peligrosos, uno desde cada banda, no encontraron rematador, pero sí le recordaron al Betis que el Legia también jugaba.
Sin embargo, aquella voluntad nunca encontró posibilidad ni premio. Y de hecho, fue desapareciendo con el paso de los minutos. El Legia supo empantanar el partido y su rival fue incapaz de ponerle olas a unas aguas demasiado tranquilas que, obviamente, beneficiaban a los de casa.
Ya con Abde y Bakambu en el campo, así como con el canterano Dani Pérez, el Betis pareció volver a engancharse al tren de la ilusión. El marroquí, en un desborde por la izquierda, puso un centro que remató Fornals a las manos del portero. Antes, Bakambu había intentado conectar, de espuela, un servicio del propio Fornals en el primer palo. Pero para entonces, el Legia también había avisado: Morishita, completamente solo en el segundo palo y en posición dudosa,, mandó fuera un pase que era más difícil que fuese saque de puerta, que fue en lo que terminó, que gol.
Tan preocupante fue la recta final que los polacos estuvieron más cerca del gol que los españoles. Natan, que remató con la espalda casi un córner, y Ruibal, con un tiro taponado por un rival en el área, fueron los autores de lo poco reseñable en ataque de los andaluces. Sin embargo, los de casa llegaron incluso menos, pero con más peligro. Adrián, que no jugaba desde 2022 un partido oficial, voló para sacar un balón envenenado tras un tiro desde la frontal.
El pitido final no hizo más que confirmar el divorcio entre el Betis y las competiciones europeas. Obivamente, nadie olvida la cercanía del derbi sevillano y la enorme importancia que para ambos clubes tiene ese encuentro, pero la Conference, en su liga regular, son solo 6 partidos, y uno ya lo han perdido los de Pellegrini.