El Real Madrid no solo brilla en las grandes noches y esta tarde ante el Celta, pese a no mostrar ese juego excelso de otras ocasiones, resolvió con facilidad y sin sobresaltos un choque que tuvo dominado de principio a fin. No dio la sorpresa el cuadro gallego, que con la victoria del Cádiz, se sitúa a tan solo dos puntos del descenso.
El partido comenzó con un conjunto blanco muy enérgico y con ganas de dominar. Tal fue así que todas las ocasiones en los primeros compases del choque se decantaron para su lado. La intensidad del conjunto de Ancelotti apenas dejó jugar a los de Benítez.
Camavinga fue uno de los más activos en los primeros minutos. El francés se dejó caer a la frontal del área en varias ocasiones e incluso rozó el gol con un cabezazo a bocajarro que despejó Guaita a saque de esquina en el minuto 7.
El Celta se fue estirando, pero todas sus llegadas al área blanca quedaron en nada. Además, la elevada presión de los locales les hizo que apenas le durase nada la pelota en sus pies. El Madrid no dio respiro y al filo del ecuador de la primera mitad, se adelantó en el marcador.
Saque de esquina que remata Rüdiger, pero Guaita despeja. El rechace le cayó a la perfección a Vinicius, pero su chut lo volvió a parar el meta del Celta bajo palos y desde el suelo. Le volvió a llegar la pelota al brasileño y, esta vez, no perdonó y el 1-0 subió al marcador.
El dominio del Madrid fue total y asfixió a un Celta que no las vio venir en ningún momento. El único pero que se le puede poner a los 'merengues' es que no fueron capaces de ampliar su ventaja pese a las sucesivas ocasiones. En el 35', Rodrygo recibió de Vinicius en el área y se sacó un trallazo cruzado que despejó con los pies muy bien el meta visitante.
Dio un paso adelante el Celta en la recta final de la primera mitad y, al menos, incordió a un Madrid que apenas se había sentido exigido en el primer acto. Terminó con polémica la primera mitad por una acción donde Melero López le mostró la amarilla a Camavinga por una falta sobre Bamba y que dejó una ocasión clara para los vigueses, con un remate de De la Torre al segundo palo que se marchó fuera.
El Celta salió con la intención de, al menos, molestar y generar problemas a un Madrid que había estado muy cómodo durante los primeros 45 minutos. Pese a ello, todos sus acercamientos al área contraria acabaron sin apenas generar peligro a un Lunin prácticamente inédito esta tarde.
Por su parte, el conjunto blanco siguió llegando con facilidad al área contraria, aunque, esta vez, le faltó esa eficacia tan típica que ha tenido en otras ocasiones. Parte de mérito tuvo Guaita, el mejor del Celta en el campo un día más. El guardameta le sacó una muy clara a Rodrygo cuando este ya penetró en el área y se sacó el remate cruzado. Y también se hizo con la pelota en una jugada individual de Vinicius.
No sufría el cuadro de Ancelotti, que se seguía acercando a las inmediaciones del área de su rival. Nacho cabeceó fuera un centro desde la esquina cuando ya le había ganado la partida a su defensor. Fue entonces, en el 79', y de nuevo, a balón parado desde el córner, cuando el conjunto blanco amplió su ventaja. Rüdiger se impuso a su par de forma imperial y cabeceó la pelota con violencia. Esta pegó en el larguero, pero en el rechace golpeó la espalda de Guaita y se coló al fondo de la red.
El 2-0 fue el golpe definitivo para un Celta que se acabó dando por vencido. El conjunto dirigido por Rafa Benítez dejó muchos espacios atrás y de ello se quiso aprovechar el Madrid al contragolpe. La tuvo Joselu en el 86, pero Guaita le achicó muy bien y la pelota se fue a saque de esquina. Eso sí, en el 88' no pudo hacer nada tras su salida en falso y Carlos Domínguez, despistado, empujó el balón sobre su propia portería para colocar el 3-0 en el electrónico.
El partido ya estaba visto para sentencia desde hace muchos minutos, pero los hombres de refresco que introdujo Ancelotti quisieron más. Así, en una combinación entre Ceballos y Güler, el turco puso el cuarto y definitivo con una maniobra perfecta ante Guaita, disparando a puerta vacía y estrenándose como goleador blanco este curso.
Melero López señaló el final del tiempo reglamentario y los tres puntos se quedaron en un Santiago Bernabéu que vivió una tarde plácida, sin sobresaltos y donde se disfrutó de una victoria más de su equipo que, al fin y al cabo, es lo que importa en este deporte. Por su parte, el Celta se complica y sigue tambaleándose en un filo hilo sobre el abismo.