Al Málaga le hicieron los deberes otros. El Burgos fue capaz de asaltar un estadio con solera como La Rosaleda para firmar su gran año en Segunda y dejó al cuadro blanquiazul a merced de otros.
El equipo dirigido por Pablo Guede volvió a mostrar una mala versión sobre el verde. Parecía que era el Burgos el que se jugaba algo, y no el cuadro malaguista.
Vadillo perdonó en la primera mitad. Estuvo demasiado lento el extremo cuando se plantó solo ante Caro. Pocos minutos después, Chavarría marcó en otro mano a mano, pero estaba ligeramente adelantado cuando recibió el pase.
El Burgos aprovechó que el nerviosismo se instaló en las gradas de La Rosaleda, pese a los buenos resultados en contra de sus rivales, para llegar y marcar en la portería de Dani Martín.
Se durmió toda la defensa del conjunto blanquiazul para poner un centro raso, de una falta lateral, y marcar por medio de un Miguel Rubio que metió el pie para callar a La Rosaleda.
No pudo el Málaga reaccionar ni en la primera mitad, ni en la Segunda. El cuadro andaluz no supo llegar con peligro, se empecinó en atacar, pero sin criterio de cara a puerta.
Solo con los balones colgados generó algo de peligro. Loren, uno de los canteranos que saca Guede, estuvo a punto de poner el empate de no ser por que la defensa sacó bajo palos.