El gol sigue siendo el que manda en el fútbol. El Villarreal B se adelantó en una ocasión que no era clara y que nació de un error defensivo, el enésimo, del Málaga en su área. Y los de Pepe Mel, que debutaba en el banquillo local, crearon numerosas opciones, pero Rubén Castro, pese a marcar el tanto del empate, no tuvo su mejor día. Falló dos ocasiones claras y el juez de línea le cazó en otros dos tantos en fuera de juego. El delantero anduvo en esa línea muy fina que separa un gran partido de un punta, por participar y tener situaciones de gol, con una mala tarde por no materializar más que una.
Álex Gallar también rozó el éxito en un par de intentos e incluso N'Diaye, al filo del descanso, tuvo un buen cabezazo que atrapó Gianni. Pero no fueron suficientes los muchos acercamientos peligrosos de un equipo que siempre quiso más que su rival.
Mejoró el Málaga en defensa y, sobre todo, en orden, pero volvió a facilitar un tanto a su contrincante. En el minuto 20, cuando aún ambos conjuntos se intercambiaban suaves golpes, Lozano botó el córner y Diego Collado, completamente solo, empalmó una volea con la zurda que se coló en la portería cerca del larguero. Otro autocastigo de los malacitanos.
Sin embargo, la reacción no se hizo esperar. La Rosaleda despertó de su letargo con el segundo gol de la temporada de Rubén Castro. Álex Gallar la puso desde la izquierda y el '24', entre dos defensas, metió la puntita de la bota para marcar el empate. El 1-1 envalentonó a un Málaga que se coronó, hasta el pitido final, como el equipo que más quiso el triunfo.
En el 29', Rubén Castro, muy adelantado, batía a Gianni tras otro servicio de Gallar. El fuera de juego, clamoroso, dejó el 1-1 en el marcador durante un descanso que no logró cambiar el guion para la segunda parte. Antes del pitido final, Juanfran tuvo la última con un tiro desde lejos que rechazó Gianni y que Castro cazó y mandó fuera, aunque, de nuevo, estaba en posición adelantada.
Los locales, que tuvieron varias novedades en el once, entre ellas un Moussa Diarra que brilló en el centro de la defensa, volvieron a ser dominadores en el segundo tiempo. Lo hicieron todo bien para originar ocasiones interesantes, pero Rubén Castro, ya fuese por algún que otro fuera de juego más y por un olfato que parecía taponado cual nariz en pleno resfriado, no logró ponerle la guinda.
En el 55', marró una de las dos claras que tuvo (y que sí valían). Hervias puso un centro tenso desde línea de fondo, casi un pase de la muerte, y el '24', en el segundo palo y casi sobre la línea de gol, remató al aire. Pasaban los minutos y Reina apenas salía en los planos de la realización. La bola era del Málaga, la intención era del Málaga... y otra clara ocasión la mandó al limbo el Málaga. Juanfran encontró la testa de Rubén Castro, que cabeceó sin marca cercana y mandó la pelota fuera, a centímetros del poste derecho de Gianni.
Se defendió como pudo un Villarreal B que se libró del 2-1 por muy poco. Gallar empaló de primeras una volea potentísima con la zurda que se fue fuera por centímetros. Unos minutos después, el '11' encontró de nuevo a Castro, pero este, que controló con cierta orientación, perdió la posición cuando quería disparar y su marcador lo cubrió con el cuerpo a la perfección. Aún le daría un buen pase más Gallar a Rubén que, en esta ocasión, sería cortado por Fall con un despeje en plancha cuando el '24' ya pensaba en fusilar a Gianni.
Al final, y con alguna contra peligrosa del filial amarillo, el 1-1 le dio un punto a ambos que deja con mucho aire a los castellonenses y con necesidad de ventolín y similares al Málaga. Hizo motivos para más, pero el gol, el fuera de juego y Rubén Castro impidieron que todo fuera Mel sobre hojuelas en La Rosaleda.