La resaca del campeón hace efecto en el City

Tras un par de días de intercambiarse elogios y de alabar el fútbol de cada uno, Pep Guardiola y Roberto de Zerbi firmaron este miércoles un empate (1-1) que contenta a ambos; no frena el ímpetu del Manchester City, que no pierde desde principios de febrero, y certifica además el pase del Brighton a la Europa League.

Los 'Seagulls' ya tenían virtualmente conseguida la sexta plaza, por su amplia diferencia goleadora respecto al Aston Villa, pero con este punto la terminaron de sellar. Por primera vez en su historia irán a Europa y lo harán en la Europa League, junto al Liverpool.

Un golazo de Julio Enciso desde 35 metros fue el lazo perfecto a un partido sin demasiada tensión competitiva, que permitió aflorar la creatividad de los dos equipos y que solo afeó un tanto anulado a Erling Haaland en los últimos minutos por un agarrón bastante discutible.

El City estuvo mejor en la primera media hora, con un mano a mano fallado por Erling Haaland ante Steele y con una acción de generosidad del noruego, que regaló el primer gol del partido a Phil Foden tras encarar al portero y abrir un hueco a su izquierda que aprovechó el inglés. Van Hecke llegó a tocar a la desesperada el balón en la línea, pero no pudo sacarla. El dominio del City solo lo quebró una falta de Welbeck al larguero, que estuvo a unos centímetros de hacer el primer gol de su carrera a los 'Sky Blues'.

Al estar por debajo en el marcador, el Brighton pudo despegar y desplegar un arsenal ofensivo brillante que tuvo su primer bala en un gol anulado a Mitoma por mano al rebañar un córner en el segundo palo.

Un jarro de agua fría para el nipón que no duró apenas siete minutos, porque Enciso atrapó una pelota a 35 metros de la portería y la clavó en la escuadra de Stefan Ortega, con un golpeo que recordó mucho al golazo que le hizo al Chelsea hace un par de meses.

El gol del paraguayo fue el pico de un partido que viró entre ocasión y ocasión, con un gol anulado a Welbeck por fuera de juego, un cabezazo de Foden al larguero y un disparo rozando el poste de Gundogan, además de un zapatazo desde la frontal de Estupiñán que bordeó la escuadra, y también dejó imágenes icónicas, como un choque de manos entre Guardiola y De Zerbi después de que el español devolviera un balón con el pie al campo.

El clima era distendido, pero Haaland no entiende de amistosos y a diez minutos del final cabeceó un centro de Palmer para poner el 1-2. Sin embargo, el VAR interpretó que hubo un agarrón del noruego a Colwill y lo anuló. Decisión que enfadó a Guardiola y terminó con el buen ambiente del partido, además de con una amarilla para el técnico de Sampedor.

Por fortuna, apenas quedó tiempo por delante. Hubo un par de amarillas y poco más. El encuentro, prácticamente intrascendente, terminó en empate, confirmó el billete del Brighton a la Europa League y, aunque rompió la racha de doce triunfos seguidos del City en la Premier, el City lleva casi cuatro meses sin perder. Tanto Guardiola como De Zerbi se fueron satisfechos.