El Manchester City no entiende de trámites. O al menos, eso da a entender con las ganas, intensidad y calidad que pone sobre el terreno de juego en cada partido. El Copenhague, pese a que tiró de orgullo e ilusión, no fue rival para el cuadro de Pep Guardiola, que ya está entre los 8 mejores de la competición.
Y es que el encuentro no pudo comenzar mejor para los locales. Con su consigna habitual de mantener en todo momento la posesión de la pelota, el conjunto 'citizen' se abrió un hueco en el marcador en el 5' gracias a un gol de Akanji. El central entró desde atrás y remató con facilidad para que el 1-0 subiese al electrónico.
Este arreón inicial de los 'citizens' no se iba a ver mermado por su rival. Tanto, que en el minuto 9, el City aumentó su ventaja. Esta vez, Grabara tuvo gran parte de culpa, ya que se le escapó un balón que parecía muy sencillo de Julián Álvarez desde la izquierda y la pelota se fue al fondo de las mallas para que el 2-0 subiese al marcador.
Se fue soltando en el partido el Copenhague, aunque esto no significó que el City se olvidase del ataque. Tanto que, Gvardiol tuvo en sus botas el tercero, pero la pelota se marchó por encima de la meta de Grabara.
Los pupilos de Neestrup aprovecharon sus armas y la principal fue su salida al contragolpe. Así, al filo de la media hora, los visitantes recortaban distancias en el marcador. Contragolpe de libro del conjunto danés. La recibió en banda Elyounoussi, condujo la pelota hasta la frontal, se apoyó en Óskarsson y este, de espaldas y de tacón, se la devolvió para que el extremo defina a la perfección ante Ederson.
Le vino muy bien el tanto a los daneses, aunque los locales volvieron a retomar el control con rapidez. Apenas hemos hablado de Haaland a estas alturas de la película, pero la realidad es que el noruego estuvo algo desaparecido. Eso sí, nunca hay que dar por muerto a un devorador del área como él. Y si antes se dice, antes acaba sucediendo.
Ya en el tiempo añadido de la primera parte, Rodri volvió a sacar a relucir su excelente desplazamiento en largo del balón y envió una pelota precisa al '9' desde su propio campo. Este la bajó a la perfección entre los dos centrales, se la acomodó y soltó un trallazo al palo corto para colocar el tercero en el marcador. Con este marcador se llegó al final de unos primeros 45 minutos donde el Manchester City fue muy superior y comenzó a saborear su pase a los cuartos de final de la Champions.
La segunda mitad comenzó con un Manchester City a medio gas, pero con la calma y tranquilidad de un campeón que ya tenía sus deberes hechos. Se le notó al conjunto de Guardiola que metió una marcha menos, ya que, pese a no sufrir, tampoco se acercó con demasiado peligro a las inmediaciones de la portería defendida por Grabara.
Sí que puso fe y orgullo el Copenhague, que pudo dar el susto en el minuto 47 tras un error en la salida del balón de Ederson. No obstante, Froholdt no pudo darle dirección a la pelota y esta volvió a las manos del brasileño.
No dejaron de intentarlo los pupilos de Neestrup, pero su empeño no se tradujo ni en goles ni apenas en ocasiones. El City abogó por mantener el control de la pelota, con posesiones largas y unas transiciones de la pelota de lado a lado casi perfectas. Aun así, el conjunto danés seguía generando peligro tras recuperar la pelota y Matsson pudo recortar distancias en el marcador, aunque Ederson salió victorioso de esta pugna.
El partido fue entrando en su recta final y, con todo visto para sentencia, el Copenhague trató de sorprender. Sin embargo, la fortuna tampoco le hizo hacer el gol. Centro pasado desde la esquina, la tocó como pudo Elyounoussi, pero la pelota golpeó en Diks y no pudo darle dirección a esta.
Rico Lewis, en el 91, tuvo la más clara para el Manchester City en esta segunda mitad. Le pegó el canterano a romper desde la frontal, pero el esférico se estrelló en el travesaño. Todo estaba visto para sentencia y el colegiado decretó el final de los 90 minutos y los 'citizens' se volvieron a meter entre los ocho mejores equipos del continente europeo. Que pase el siguiente, que este equipo no tiene techo.