El Manchester City se proclamó campeón de la Supercopa de Europa tras vencer al Sevilla en la tanda de penaltis. El conjunto de Pep Guardiola ya tiene el primer título del curso, no sin evitar el sufrimiento. El conjunto hispalense tiró de casta y coraje, pero fueron los 11 metros y la efectividad 'citizen' los que decidieron al vencedor.
No empezó bien el cuadro inglés, que cometió demasiadas pérdidas en defensa y en el centro del campo. Algo que, por supuesto, se percató el propio Sevilla. El conjunto dirigido por Mendilibar salió con una marcha más y no dudó en presionar arriba en la salida del esférico de los 'citizens'.
Poco a poco, las ocasiones fueron llegando en un Georgios Karaiskakis hasta la bandera. Pero que nadie dé por muerto al City, que fue entrando poco a poco en el partido y probando a Bono, que volvió a ser decisivo para su equipo.
No obstante, como muchas veces sucede en esto del fútbol, cuando mejor estaban los de Guardiola, el Sevilla asesto el primer golpe. En el minuto 25 acuña, apenas sin espacio, sacó un centro medido desde la izquierda que fue directo a la cabeza de En-Nesyri. El delantero marroquí se elevó entre 2 defensores rivales y conectó un potente testarazo a la base del palo de Ederson para colocar el 0-1.
Le estaba costando mucho generar peligro al City, algo poco habitual en el equipo de Pep. Sin embargo, en la recta final de la primera mitad, los 'citizens' pudieron darle la vuelta al partido con 2 acciones prácticamente calcadas. Primero fue Haaland, que no llegó al pase al segundo palo de Foden. Después, Palmer, que no pudo alcanzar el centro con rosca de Grealish.
Cómo era lógico, el Manchester City salió a dominar en la segunda mitad. Quizás, el ansia por querer lanzarse al taque y buscar el empate cuanto antes, le pudo pasar factura. Los de Guardiola dejaron demasiados huecos atrás y el Sevilla, al contragolpe, pudo ser letal.
Sin embargo, la fortuna dejó de sonreírle a En-Nesyri, que perdonó 2 jugadas que hubiese sido cruciales en el devenir del choque. La primera de ellas llegó en el minuto 50, en un mano a mano ante Ederson. El delantero le pegó al centro y el meta brasileño pudo despejar el peligro. La segunda, apenas 3 minutos después y con el mismo final. Se emparejó con Aké, que le fue achicando terreno y su chut acabó golpeando en el lateral de la red.
El City se dio cuenta de su error y empezó a percutir la portería del Sevilla. Fruto de esa insistencia y de lo que había perdonado su rival, los 'sky blues' igualaron la contienda en el 63. Rodrigo metió un centro al segundo palo y Palmer, que se elevó por encima de su par, cabeceó a la perfección para poner el 1-1.
Tuvo otro mano a mano En-Nesyri, pero, una vez más, acabó perdonando. Trató de cruzarla por debajo de las piernas de Ederson, pero el brasileño volvió a despejar el peligro.
Aquí fue cuando el City comenzó un auténtico asedio sobre la portería de Bono. Palmer puso a prueba al marroquí, que voló para despejar el tiro del canterano y, poco después, el meta tiró de reflejos para mandar lejos la pelota tras un toque en Gudelj.
La recta final del partido fue una verdadera locura. Nada que no se pudiese esperar de una final con un título en juego. El Sevilla trató de hacerse fuertes con balones al área, aprovechando así su fortaleza en el juego aéreo. Por su parte, el City quiso seguir agotando sus opciones ante un muro hispalense que se mostró muy contundente.
Los 90 minutos llegaron a su fin y, esta vez sin prórroga de por medio, el vencedor se iba a dirimir desde el punto fatídico. Una tanda de penaltis que fue francamente perfecta para el City. Anotó sus 5 lanzamientos, mientras que los andaluces, tras 4 goles iniciales, dejaron toda la responsabilidad en las botas de Gudelj en el 5º lanzamiento. El serbio la reventó, pero la pelota golpeó en el larguero.
El Manchester City se coronó como campeón de la Supercopa de Europa a base de oficio y trabajo ante un duro y digno rival como fue el Sevilla. Pep Guardiola y su equipo labraron su nombre en el Olimpo griego y consiguieron así el primer título de año. Los 'citizens' superaron todas las piedras que le puso su rival en el camino y derribaron la muralla para conseguir la gloria.