La Premier League se decidirá en la última jornada. Es lo que se ha asegurado el Arsenal tras conseguir su cuarta victoria liguera en Old Trafford en todo el siglo XXI. Ni los peores momentos del Manchester United habían permitido a los 'gunners' campar a sus anchas por su césped, y este domingo, el nuevo líder del campeonato tuvo que resistir hasta el final para sumar tres puntos vitales.
Pese al reparto de jugones del que dispone Mikel Arteta, no todo pueden ser risas. ¿Sabes cuando un tráiler promete una cosa y después el largometraje es todo lo contrario? Algo así fueron los diez primeros minutos en el 'Teatro de los sueños', una muestra de idas y venidas, de fallos casi letales y emoción. Tenían ese pellizco que solo encuentras en el fútbol inglés, pero había demasiado en juego como para permitir que el partido fuera una lotería. Y es por eso que el técnico español decidió que se jugara a otra cosa muy distinta. Lo que iba para peli de acción terminó siendo un thriller psicológico con más tensión que 'screamers'.
Los Martin Odegaard, Bukayo Saka, Kai Havertz o Leandro Trossard saben bajar al barro, un registro muy importante que debe dominar cualquier aspirante a campeón. Los que se encasillan no ganan la Premier. Para reducir las probabilidades de error, el Arsenal quiso ralentizar el partido y esperar pacientemente a que la ocasión llegara. A veces se confió en exceso con el balón ante la presión alta del Manchester United, pero también era muy posible que los 'red devils' acabaran concediendo. Venían de un 4-0 ante el Crystal Palace, con un Casemiro criticado y un desgastado Jonny Evans en una defensa de circunstancias. Y pasó.
El equipo de Erik ten Hag había estado intentando recuperar la bola y generar ocasiones por medio de un solitario Hojlund. En una salida desde atrás a los 20 minutos, André Onana se jugó el pelotazo sin éxito y ahí llegó el desajuste. Odegaard controló en la medular y picó el balón a la espalda de Diogo Dalot hacia Kai Havertz. Lo natural es que fuera 'offside', pero Casemiro había tardado eones en volver tras ofrecerse al guardameta del United y habilitó al alemán, que encaró a Evans hasta el fondo para ceder un balón al área pequeña que remató Leandro Trossard a la red.
Con el 0-1, el Arsenal decidió regalarle el balón a su rival. Ten Hag, desposeído de un Bruno Fernandes tocado, tuvo que jugar con Amad Diallo en el costado derecho y conformarse con Mainoo, Sofyan Amrabat y McTominay en la medular. Las bandas fueron lo más reseñable porque el marfileño, que no era titular con los 'red devils' desde diciembre de 2021, al menos tuvo muchísima intención. Es lo mismo que se puede destacar de un Alejandro Garnacho también voluntarioso y más acertado cuando su par era Ben White, porque ante Saliba se le apagaba la luz.
El problema es que sin Bruno, la fluidez del United en campo rival se reduce prácticamente a la nada. Y fue así más allá de esas individualidades de Garnacho o Diallo o de algún disparo lejano de Diogo Dalot y Casemiro. Mikel Arteta jugó con eso, arriesgándose a que alguna imprecisión le costara una ocasión clara de su rival, pero lo cierto es que David Raya apenas apareció más que para despejar algún centro.
Pasaron los minutos, se reanudó el partido tras el descanso y la historia fue la misma. El Arsenal, jugando con las debilidades de su rival. El Manchester United, intentando hacer fuego con dos piedras y un palo. El cansancio fue haciendo mella en los 'gunners', especialmente en Thomas Partey, y esto facilitó que el equipo se partiera para que los 'red devils' aparecieran por la zona central con más facilidad. Aun así, Saliba se hizo gigante pese a la entrada de Antony con piernas frescas y Arteta quiso picar con Gabriel Martinelli.
Gracias al brasileño estuvo más cerca el 0-2 que el 1-1, pero ahí anduvo firme André Onana para mantener el partido vivo hasta el final. En el 79', Martinelli tiró una de sus diagonales, pisó área, recortó hasta tres veces y se sacó un cañonazo al que respondió el camerunés con una mano de puros reflejos. Después, el portero del United sacó un cabezazo de su defensa que iba entre los tres palos y se volvió a estirar para despejar un disparo potente de Declan Rice desde la frontal.
Sufría de verdad el United, sufría más por nervios que por oportunidades claras el Arsenal, que de por medio perdió a Bukayo Saka por lesión. El encuentro murió de nuevo en botas de Garnacho, al que reprendió Casemiro por un centro al segundo palo, justo donde no había nadie, en la última jugada de todas. David Raya atrapó con cariño el balón para esperar a que Paul Tierney pitara el final entre truenos, rayos y un bestial diluvio.
Los 'gunners' son líderes provisionales de la Premier League. Es un punto, solo uno de ventaja sobre el equipo de Pep Guardiola con un partido jugado más. El Manchester City se pondrá a la par el próximo martes contra el Tottenham y en Londres, un estadio donde hay ganas de ponerle más picante a esta lucha por el título. Hasta el próximo domingo no habrá nada firme.