El regreso de Zlatan ya da sus frutos

El Milan reaccionó a tiempo antes de la Liga de Campeones y, tras siete partidos seguidos sin ganar, se reencontró este viernes con la victoria ante el Torino (1-0) gracias a un solitario gol del francés Oliver Giroud que tapó un nuevo encuentro gris de los 'rossoneri'.

No fue un partido bueno del Milan que, de hecho, se vio sometido en la primera mitad ante su verdugo en Copa Italia, pero que consiguió algo que no lograba desde hace un tiempo: aguantar, sobreponerse a la adversidad y, con oficio, sacar adelante un partido complicado sin encajar.

Eran siete los partidos que el Milan llevaba sin ganar y desde el 8 de noviembre no dejaba la puerta a cero. Demasiados para casi cualquier equipo, pero muchos más de los que debiera llevar el actual campeón teniendo en cuenta, además, que son prácticamente las mismas piezas sobre el campo.

Insistió Pioli con el sistema de tres centrales con el que encajó cinco goles la pasada jornada, pero matizó en el centro del campo, en el que solo incluyó cuatro jugadores en lugar de cinco para poder dar entrada a Leao por izquierda. Y es que no importa que el luso no pase por su mejor momento de forma, porque el Milan solo con tenerlo en el campo es mucho más peligroso, más vertical, más incisivo.

De hecho, el poco peligro que tuvo el conjunto local llegó tras una conexión que hacía tiempo no se veía por el Giussepe Meazza y que fue diferencial la pasada temporada para levantar el 'Scudetto'. Theo encontró a Leao al espacio, con metros y tiempo para pensar, pero no concretó bien en los metros finales.

La ocasión animó un poco al conjunto local, que se vio sometido durante la primera mitad, acusando el no estar acostumbrado a jugar en este sistema que, por otro lado, domina el Torino de Juric, mucho más acompasado, más cómodo, más equipo.

Se fue al descanso el partido con empate a cero, pero con el susto todavía presente en la grada tras un desafortunado tropiezo de Kjaer que bien pudo suponer el gol de los visitantes a cargo de Sanabria, que no llegó bien para superar a Tatarusanu.

Pero cambió ligeramente el guion en la segunda mitad. Y sin necesidad de cambios. Fue gracias a una contra de manual que comenzó Brahim con un balón largo a Giroud, que esperó a Leao para dejarle en un mano a mano con el meta del 'Toro'. Llegó potente la estrella lusa, pero muy forzada en el momento del remate y Milinkovc-Savic consiguió desbaratar la jugada con una gran parada.

Empezó Brahim, que fue uno de los que más lo intentó, a tener más peso desde el perfil diestro cayendo hacia dentro, donde se encuentra más cómodo. Con el paso de los minutos, el Milan fue creciendo, hasta que Giroud volvió a ponerse el mono de trabajo dentro del área para hacer bueno el centro de Theo desde el perfil zurdo.

Respiró Giroud con su sexto gol en liga, respiró Pioli desde el banquillo y respiró todo el Meazza, que a punto estuvo de celebrar el gol de la tranquilidad pocos minutos después pero Theo no remató con comodidad.

No fue un buen partido del Milan -otra vez más-, que nota la baja de Maignan bajo palos, con una defensa de tres todavía en prueba con Kjaer lejos de su mejor, con Tonali superado en el centro del campo sin Bennacer (lesionado) y con una versión de Leao no tan decisiva.

Pero en ocasiones solo basta con ganar para revertir una situación complicada. Da igual la manera. Y esta puede ser una victoria de ese tipo para un Milan que este martes se mide al Tottenham en Liga de Campeones, toda una prueba de fuego para la que parece llega con un mínimo impulso. Por el momento, a la espera del resto de resultados, vuelve a dormir en zona 'Champions'.