Ser el mejor de los tuyos, merecer la portada del día siguiente y salvaguardar el 0-0... para vivir el drama en primera persona en el tiempo de añadido. La crueldad se ceba con Paulo Gazzaniga y el PSG se lleva la victoria sobre el Girona (1-0) en la jornada de estreno de la Champions League. El conjunto de Luis Enrique fastidió el desenlace del debut histórico del cuadro 'blanc-i-vermell' en la máxima competición del Viejo Continente. Rabia y satisfacción a partes iguales con el orgullo por bandera. Pese al resultado, los de Míchel Sánchez pueden volver a casa con la cabeza bien alta.
El leve toque de Alejandro Francés al centro raso de Nuno Mendes fue suficiente para despistar al meta argentino, quien coló el 1-0 en su red al filo del milagro. Los tintes del partido cada vez fueron más merecedores del triunfo local por magnitud de ocasiones. Ousmane Dembélé, Randal Kolo Muani, Fabián Ruiz e incluso Achraf Hakimi se encontraron con los guantes y el cuerpo del '13' vestido de azul. No hay tiempo para los lamentos y el alma de Montilivi ya tiene que pensar en el devenir de Liga. Eso sí, existen mimbres y potencial suficiente como para soñar a lo grande en Europa.
Desde el control
Sin la presión añadida de los ultras franceses y con la emoción de escuchar la melodía celestial. La felicidad de la previa se convirtió en la concentración del inicio. Nada más empezar, bienvenidos a Europa. Bradley Barcola tardó 24 segundos en caracolear a varios adversarios en área rival y consiguió rascar el centro raso en busca del compañero. Sin embargo, solo encontró el despeje contundente de Miguel Gutiérrez. Minutos después, Willian Pacho cortó el centro raso de Bryan Gil hacia Cristhian Stuani en lo que fue la máxima ocasión de peligro visitante en la primera mitad.
Porque en términos ofensivos, el plan 'blanc-i-vermell' creció desde el control. Secando los acercamientos del adversario y encontrando al hombre liberado para esquivar la presión asfixiante propuesta por Luis Enrique. David López se interpuso en el camino del misil de Fabián Ruiz hacia el marco de Paulo Gazzaniga y Ousmane Dembélé no estuvo fino en el balcón del área. Buscó la escuadra con la zurda y encontró la grada del Parque de los Príncipes. Escenario que enmudeció justo en el momento en el que Marco Asensio sintió molestias físicas y no pudo continuar en la contienda.
Contratiempo y frustración
Randal Kolo Muani reemplazó a la falsa referencia del PSG, equipo que vivió entre contratiempo y frustración. El técnico asturiano no tuvo otro remedio que agitar el árbol antes de tiempo y tampoco gozó de un carrusel extenso de peligro a favor. La sensación de más a menos se instauró a la vez que Daniel Siebert señaló el camino hacia el túnel de vestuarios. 0-0 en el luminoso, demasiado respeto por el debut continental en el ambiente. La revolución se la lleva el nuevo formato, pero esta contienda tenía que dejarse llevar por las sorpresas inesperadas para contar algo más que la nada.
El Girona arrancó la reanudación con la presión de que no supo probar suerte en el primer acto. Los galos sí que contaron con mayor presencia en zona de influencia, aunque sin excesiva trascendencia. Ambos preparadores decidieron no mover la pizarra en el descanso y el grado de intensidad creció en los huéspedes. Con mención honorífica a Bryan Gil. Estuvo en todas las ayudas a Miguel Gutiérrez, a la vez que Fabián Ruiz efectuó el primer disparo entre los 3 palos del encuentro. Para la salud de los españoles, el tiro concluyó mansamente en los guantes de Paulo Gazzaniga.
Krejci no conoce el miedo
A partir de aquí, el tablero de ajedrez se decantó a favor de los galos. En el mismo turno, se comprobó su abanico de variantes y movimientos con Joao Neves, Kang-In Lee y Désiré Doué en escena. A la vez que la sangre colombiana revolucionó el planteamiento español con Jhon Solís y Yáser Asprilla. Pero la única certeza que certificó el Parque de los Príncipes es que Ladislav Krejci no conoce el miedo. Con la amenaza de la expulsión por doble tarjeta amarilla, secó con la bota a un Ousmane Dembélé al que se le hizo de madrugada en el mano a mano más claro de su carrera.
No conforme con ello, el '10' rindió tributo a su dorsal. No solo vengándose del checo con un caño de videojuego dentro del área, sino forzando al límite la supervivencia del rival. Incisivo por el flanco diestro y constante e insistente en su hambre de marcar las diferencias. De hecho, tanto él como Achraf Hakimi fueron víctimas de Paulo Gazzaniga. La manopla izquierda se paseó por la escuadra del marco e incluso su cuerpo representó el coraje de toda una ciudad para despejar el gol cantado del marroquí. De esas acciones que solo invitan a imaginar cómo será la celebración.
Tan dramático como previsible
Portu seguirá lamentándose de lo que pudo ser el 0-1. Oriol Romeu dibujó un envío raso en largo con los locales volcados en ataque. El '24', sin querer, calculó mal la trayectoria del pase y lo frenó con el talón de su bota. Hasta que llegó el momento. Tan dramático por la forma como previsible por la inercia. Nuno Mendes sirvió el enésimo centro al área. Alejandro Francés desvió ligeramente el caramelo del portugués. Y ese inesperado toque despistó lo suficiente a su arquero. El que iba para 'MVP' del encuentro coló el cuero por debajo de sus piernas en el fondo de las mallas.
El peor desenlace para la mejor historia del Girona. La de la noche del 18 de septiembre de 2024 que perdurará en el recuerdo pese al 1-0 en contra. La crueldad se ceba con Paulo Gazzaniga en la primera vez de su equipo en la competición de los mayores. Míchel Sánchez y su expedición pueden marcharse de París con la cabeza bien alta por la imagen general. Cierto es que pasó a sobrevivir como buenamente pudo en el tramo final, aunque antes de ello tuvo la capacidad de plantar cara pese al escaso margen de ocasiones. El punto de partida pasa a mejor vida, a pensar en Liga.