El Rangers gana tiempo y el Athletic se va de Escocia de vacío

Atascado, sin ideas y sin la capacidad de someter al rival aprovechando la superioridad numérica. Así se puede definir el partido del Athletic en Glasgow, un territorio plagado de guerreros que protegieron la fortaleza de Ibrox como si no hubiera un mañana. La tropa de Barry Ferguson presentó batalla a uno de los favoritos a ganar la competición y salió indemne pese a los golpes que recibió: una expulsión a los 13 minutos y un gol en contra que, tras ser anulado, se convirtió en un penalti que Liam Kelly detuvo. Un hecho con el que ganó tiempo para su equipo de cara a la vuelta (0-0).
Bien es conocido el valor y el honor de los escoceses, dos elementos que son la seña de identidad de un país con mucha historia detrás. En el fútbol no iba a ser menos y el Rangers le preparó una emboscada al Athletic. Cambio de sistema, tres centrales y el centro muy poblado. El conjunto de local se mostró muy aguerrido y fue capaz de ponerle las cosas muy difíciles a los de Ernesto Valverde, que se encontraron casi al cuarto de hora con un regalo en forma de expulsión.
Primer desajuste defensivo de 'The Gers' y castigo al canto. Nico Williams recibió en la frontal y Pröpper se tiró como alma que lleva al diablo para parar al 'león', que se dirigía a encarar a Liam Kelly. Amarilla en primera instancia, roja directa tras la revisión del VAR. Esa inferioridad numérica no cambió el plan de partido de Barry Ferguson, sino todo lo contrario. Lo fortaleció.
El técnico no tocó ni una pieza del tablero y su equipo subió la intensidad para contener a su oponente. Ni el centro del campo rojiblanco ni el ataque consiguieron romper ese entramado que tenía montado un conjunto escocés que se dejó ver en ciertos momentos por campo contrario. Es más, Dessers metió el miedo en el cuerpo con un disparo a la media vuelta que rozó el palo. El Athletic tenía que replicar. Lo pedía el guion de partido y lo hizo con más soltura encarando la recta final del primer acto. Un tiro de Sannadi a escasos metros de la portería y respuesta formidable del guardameta, que acto seguido dejó una 'palomita' para la ocasión a cabezazo de Sancet.
Tras la reanudación, el Athletic, consciente de que tenía que aprovechar la circunstancia del partido, salió a morder para abrir la veda cuanto antes. Al Rangers le costó un mundo poder contener a las huestes de Ernesto Valverde, que probaron la solidez defensiva de un equipo que no se vino abajo en ningún momento. Culpa de su entrenador, de Barry Ferguson, y culpa también del público y de los jugadores, que se dejaron el último aliento para mantenerse con vida.
El cuadro rojiblanco monopolizó el juego, pero le faltó productividad en ataque para conseguir ese gol que andaba buscando. Un tanto que le podía dejar con una pequeña ventaja a la vuelta. Los 'leones' estaban exigidos y fue entonces cuando Sannadi, en el 58', perdonó lo que un delantero no puede perdonar. Un balón con música de De Marcos y un remate al primer palo que se marchó fuera. Ahí estuvo, ahí se le escapó al Athletic.
Valverde le dio a la cabeza y pensó en meter a Berenguer para tener otro hombre más arriba. Quién le iba a decir que su entrada pudo ser determinante para ganar porque, a los dos minutos de saltar al campo, mandó la pelota al fondo de la red. Alegría efímera durante varios minutos hasta que llegó una escena con dosis de surrealismo. István Kovács revisó un fuera de juego previo del navarro -lo estaba-, pero desde el VAR rebobinaron para atrás y se analizó un potencial penalti por mano de Sterling. El árbitro cambió de parecer, decretó la pena máxima y Berenguer se estrelló contra Liam Kelly, que aguantó el tipo para meter el pie y sostener a los suyos. Una intervención clave y fundamental que dejó a los vascos sin nada que rascar de Escocia y que permitirá al Rangers -incluso terminó el duelo con 9 al quedarse sin cambios- rearmarse para jugar sus cartas en 'La Catedral'.