De trallazos va la permanencia

Vallecas coge aire y respira. En un partido muy sufrido, en un encuentro que podía complicar el final de temporada en el barrio del sur de Madrid, el Rayo Vallecano consiguió remontar a Osasuna a base de trallazos para firmar media permanencia.

Osasuna jugó con los nervios franjirrojos hasta que aparecieron los goles. Durante 80 minutos se vio la inoperancia ofensiva del Rayo, incapaz de que sus delanteros sean capaces de hacer goles. Pero llegaron los disparos fuera del área para dar tranquilidad a una afición sufridora.

Un problema sin solución

El Rayo Vallecano sufrió para llevarse una victoria ante un equipo de vacaciones. Osasuna ya tiene los deberes hechos y no opta a Europa. Es habitual que, en estos últimos encuentros, aquellos que no tienen nada en juego ya no metan la pierna como antes o presionen como antaño. Y así ocurrió en Vallecas.

Eso sí, Osasuna quiere brindarle a Arrasate una gran despedida. Y lo quiere hacer lo más cerca de Europa posible. El cuadro rojillo, sin presión alguna por sacar resultados, fue quien se adelantó. Moi Gómez, con la colaboración de Mumin, adelantó a los visitantes con una gran acción colectiva.

Creció el miedo en la grada y agarrotó las piernas de los futbolistas del Rayo. Ni De Frutos ni Isi fueron capaces de desplegar su juego por fuera ni de rematar a puerta, con un Camello inoperante en ataque. Y es que el Rayo tiene un grave problema para encontrar a sus delanteros y que estos hagan goles.

Manda el banquillo

Sufrió, encimó, centró en multitud de ocasiones pero no encontró el gol. Se encomendó Íñigo Pérez a los trallazos de Bebé, pero no fue el caboverdiano el que acabó con la resistencia rojilla.

De repente, uno de esos milagros que ocurren en los terrenos de juego pasó. De cada 100 disparos desde fuera del área con más de 10 personas en el área, en 99 el balón da en una pierna. Ese uno fue el disparo de Chavarría, que apartó todas las piernas con un disparo que acabó en la red de Sergio Herrera.

Crecido con el empate y con más delanteros que centro del campo, el Rayo remontó gracias a Isi. Calló a la grada, con gesto incluido, para soltar otro misil desde fuera del área y al fin respirar.

El Rayo cierra de esta forma media permanencia y obliga al Cádiz a hacer prácticamente un milagro si no quiere verse abocado a Segunda. Osasuna, por su parte, ya está mentalmente de vacaciones.