Berenguer enturbia el debut de Antony desde la esquina

De los cuatro tantos que se vieron en el Benito Villamarín, ninguno fue obra de los dos nombres que coronan el titular de esta crónica. El gol lo es casi todo en el fútbol, pero no solo importa el autor. Antony participó en el 1-0 gracias a un zapatazo cuyo rechace aprovechó Isco. Pero su aportación fue mucho más allá: en su debut, fue titular y se ganó a la afición del Betis con presencia, calidad, aceleración y mucha voluntad de agradar.
En el otro bando, Álex Berenguer. El '7' tampoco mojó, pero sí preparó dos ricas sopas que alimentaron al Athletic en Sevilla. De sus botas nació el córner que estuvo cerca de ser gol olímpico. Adrián llegó apurado a intentar un despeje que resultó blandito y, además, acabó en el tanto de Aitor Paredes. Ya en la segunda parte, el extremo le puso a Sancet un balón en la cabeza desde el banderín que supuso el definitivo 2-2.
El inicio del partido, tras unos minutos de tanteo, fue movido. El Betis se adelantó a los 14 minutos, pero antes, además de las diabluras de Antony por la derecha, ya se habían visto cositas. El propio brasileño fue el autor del primer disparo del choque, con un zurdazo que se marchó desviado. Respondieron los visitantes con un disparo demasiado cruzado de Sancet antes de que Jesús Rodríguez terminase una contra con un tiro blando y forzado que detuvo Unai. Y justo antes del primer tanto, Iñaki Williams no encontró el 0-1 por poco con un chut que se fue cerca del palo.
El que sí acertó en la diana fue Isco. Bakambu metió un balón al espacio a Antony, que mejoró el envío gracias a su velocidad. El ex del United chutó con la izquierda tras algún amago y Unai Simón rechazó con una buena manopla. Sin embargo, el balón le cayó al malagueño, quien, a puerta vacía, solo tuvo que empujar el cuero para adelantar a los suyos.
La mejoría del Athletic fue instantánea. Los de Ernesto Valverde se hicieron con el territorio rival, con la pelota y con las llegadas peligrosas. Berenguer avisó en el 19' con un tiro, tras un eslalon entre dos rivales, que blocó Adrián. Iñaki y Unai Gómez también lo intentaron sin éxito. Pero para intentos sin éxito, el de Bakambu a la media hora de partido.
El delantero, desacertado, lento y empeorando las jugadas durante todo el partido, desaprovechó una clara ocasión para el 2-0. Isco le metió un pase al espacio perfecto y el delantero, con varios toques, se plantó en el área para el mano a mano ante Unai. Sin embargo, cruzó en exceso su remate con una definición que no merecía ni el servicio del de Arroyo de la Miel, ni el estadio, ni el encuentro ni a la categoría que este corresponde.
Y por si fuera poco, a los 3 minutos llegó el empate visitante. Berenguer sacó un córner muy cerrado y Adrián quiso despejar un balón que iba directo a portería. Sin embargo, la pelota, tras dar en los guantes del portero, fuera a parar a la cabeza de Paredes antes de colarse en la meta bética. El manido del 2-0 al 1-1 se dio, de forma casi isntantánea, en el Villamarín.
El choque entró en minutos de protesta, interrupciones y poca claridad entre el empate y el descanso. El Betis pudo haberse adelantado en el minuto 40, pero Unai sacó una muy buena mano a tiro de Cardoso, que se quedó en buena posición en el área gracias a un pase filtrado de Antony. Al brasileño le faltó el acierto que le sobró a Perraud en una posición mucho menos ventajosa.
El lateral, tras una recuperación de Bakambu cerca de la frontal, se hizo hueco para sacar a pasear una pierna mala que resultó ser más que maravillosa. El resultado: un zapatazo que se coló por el palo más alejado. Unai Simón reaccionó de forma extraña, ya que la pelota parecía ir al encuentro de su guante. E incluso hubo roce entre ambos, pero eso no evitó que el 2-1 subiera al marcador.
Con ese resultado se llegó al descanso, un tiempo muerto que le quitó todo el ritmo y la chicha al partido. De hecho, no pasó prácticamente nada en la segunda hasta el 2-2, que llegó en el minuto 68. Empezó bien el Betis, pero la necesidad tenía que ser del rival. El Athletic no terminaba de encontrar el camino para hacerle daño a un equipo al que sí logró herir gracias a Berenguer y Sancet.
El '8', con un frentazo en la frontal del área chica, superó a Adrián, que solo pudo rozar la pelota antes de que esta se colase en su portería. Despistó a Natan con un movimiento que vio perfectamente Berenguer. El '7' le puso la pelota cómo, dónde y cuándo había que ponerla. Y la frente del riojano hizo el resto.
El 2-2 desnortó a un Betis al que le había salido, hasta ese momento, el plan de que no pasasen demasiadas cosas en las áreas. Le costó cambiar de rol y tampoco el Athletic se lio la manta a la cabeza para buscar un premio mayor. La pelota y la iniciativa fueron locales, con los visitantes a la espera de alguna oportunidad de desplegarse y darle trabajo a Adrián.
Más allá de un cabezazo de Vitor Roque que detuvo Unai Simón, apenas se dieron eventos reseñables al margen de los cambios. Pellegrini llegó a juntar a Lo Celso, Isco y Antony en el campo, pero la magia que rebosa de esas seis botas no pudo brotar para llevar al Betis a volver a adelantarse. En el añadido, Álvaro Djaló se lesionó en un lance que podría darle más de un dolor de cabeza. Se levantó llorando y solo siguió en el campo, a duras penas, para no dejar a su equipo con uno menos.
El punto final alarga la racha del Athletic sin perder en Liga. La última vez fue en octubre en Girona, aunque el empate sí que le permite al Villarreal ponerse a 4 puntos. Y al Barça, sacarle otros 4 a los vascos desde la 3ª plaza. En cuanto a los de Pellegrini, se quedan novenos con 29 unidades, a 3 del Rayo, que ocupa plaza europea, y a 8 de la zona roja.