Sin manual de instrucciones

Un derbi madrileño es un partido incontrolable. No le puedes poner límites ni barreras a un choque que se juega desde el corazón, con la máxima rivalidad entre ambos equipos y con un punto más que en el resto de enfrentamientos. Más aún, si durante la semana, todo lo que ha rodeado al encuentro ha avivado aún más las llamas. Real Madrid y Atlético llegaron al Santiago Bernabéu a jugar cada uno sus cartas, a librar su propia batalla y con su propio manual de instrucciones. No obstante, esto se dejó a un lado a medida que avanzaron los minutos y todo se dejó fluir, a la espera de que el destino brindase el triunfo a alguno de los dos. Algo que no sucedió, pues ambos firmaron las tablas y sumaron un punto que lo deja todo igual.
Los primeros minutos del encuentro fueron de tanteo. Nadie arriesgaba y todo el mundo puso mucha cabeza. Los rojiblancos retrasaron un poco su habitual línea de presión y fueron más cautos, mientras que los blancos se hicieron dueños de la posesión de la pelota.
Cuando un partido de este calibre está tan igualado y hay tanto respeto sobre el campo, esto se acaba decidiendo en los pequeños detalles o errores. Cometió uno Lucas Vázquez, a quien se le escapó el control y Lino le arrebató la pelota, pero el brasileño se excedió en su pase en profundidad para Griezmann y la jugada quedó en nada.
La tensión se pudo palpar en cada jugada. En cada choque. En cada entrada. Pero eso no supuso un problema para Soto Grado, que hizo una fantástica lectura del partido, dejó jugar y tuvo mesura a la hora de amonestar a los jugadores.
Poco a poco, el Madrid se fue haciendo con el control e impuso el ritmo del partido. Los de Ancelotti estaban cómodos, no sufrían y tampoco tenía prisa a la hora de acercarse al área rival. No quiso decir esto que el Atleti se dejase ir y estuviese desaparecido. Para nada. Sin llegar a atrincherarse, los de Simeone propusieron una defensa en bloque bajo, agotando las vías de entrada de su rival al área y con la capacidad de salir rápido al contragolpe.
En torno al minuto 20, Vinicius se aprovechó de un error de Barrios en el control e inició su carrera en solitario. Se plantó en la zona de tres cuartos y buscó el disparo, pero la pelota se perdió fuera. La presión del Madrid estaba surtiendo efecto, pues los rojiblancos no lograron dar con la tecla para salir de su campo.
Fue entonces cuando todo cambio. En una de las jugadas del Atleti al contragolpe, Galán metió un centro al área y nadie consiguió llegar. La jugada la finalizó Barrios con un doble remate que quedó en nada, pero lo importante estaba en lo que había sucedido dentro de la misma. Lino cayó y las imágenes mostraron que Tchouaméni le pisó. Hubo cierta polémica, pues se consideró que el brasileño ya estaba lejos de la jugada de peligro o que el francés apenas hizo contacto. Sea como fuera, el colegiado lo miró en el VAR y decretó la pena máxima.
Un penalti que se encargó de transformar, con mucha sangre fría y sutileza, Julián Álvarez, que adelantó al Atleti en el 35'. Fue tras esto cuando llegaron los peores minutos del Madrid. Tanto, que los visitantes estuvieron a punto de hacer el 0-2. Primero Julián, que se durmió ante Tchouaméni tras una maravilla de pase de De Paul. Después Lino, que también fue encimado por el central y desaprovechó una ocasión manifiesta, y hasta Galán, en una de sus incursiones al área contraria que, sin presión, se sacó un derechazo a la escuadra, pero la pelota se fue fuera. Con ese marcador se llegó al final de los primeros 45 minutos.
A simple vista, los segundos 45 minutos comenzaron con los mismos planteamientos que se habían empleado en la primera parte. Un Madrid dominador y con presencia en el campo contrario y un Atlético conservador, sin llegar a encerrarse, pero priorizando una buena defensa. Sin embargo, muy pronto, el plan que acabó dando sus frutos fue el de los locales.
En el minuto 50', Kylian Mbappé colocó el 1-1 en el marcador. Se marchó Rodrygo de Lino, puso el centro al área y la pelota se coló entre los dos centrales. Remató de primeras Bellingham, pero la pelota pegó en Giménez, aunque el rechace le quedó franco al '9', que chutó y mandó el esférico al fondo de la red. Pero eso no quedó ahí, pues el Madrid comenzó a volar.
Apenas dos minutos después y tras una genialidad de Vinicius por la izquierda, Bellingham envió al travesaño un centro del brasileño tras su cabezazo. Se salvó así el conjunto rojiblanco, que entró en sus minutos de mayor nerviosismo y agotamiento. Eso sí, en el 60', Giuliano pudo dejar helado al Bernabéu si llega a conectar bien su remate tras una dejada de primeras de Julián, pero el '22' le pegó mordido y Oblak atrapó con facilidad.
El Atleti necesitaba oxígeno. Piernas frescas y mayor presencia en el centro del campo. Algo de lo que se percató el Cholo, que hizo tres modificaciones de un tirón. Fue así cuando los rojiblancos volvieron a resurgir, cual ave fénix de sus cenizas, y volvieron a protagonizar ocasiones de peligro.
El partido entró en sus minutos finales y eso solo significó una cosa: más nervios, más ocasiones y más posibilidades de que el partido no terminase en empate. Oblak se volvió a erigir en el salvador del Atlético, con varias intervenciones de mérito, como varios disparos de Mbappé o una jugada de fantasía de Vinicius, que se metió entre dos defensores y se sacó el disparo a bocajarro.
Pero el Atleti también tenía coraje, sobre todo, en estos últimos instantes, donde siempre saca a relucir su último aliento. Jugada en solitario de Julián Álvarez, que dejó en el sitio a Fran García, apuró línea de fondo y metió un centro al primero para la entrada desde atrás de Griezmann, que la tocó, pero no pudo darle dirección.
Llegó el turno del Madrid, con una nueva acción por la izquierda de Vinicius, que se deshizo de sus marcadores y vio la llegada de Rodrygo desde atrás. El '11' controló, se la puso a su pierna buena, pero su remate ajustado se perdió ligeramente. Y respondió el Atleti, con una cabalgada de Llorente y el posterior centro al segundo palo que no alcanzó Sorloth.
El partido se pudo decantar para cualquier lado. Antes del añadido, Oblak volvió a salir ganador de un mano a mano ante Mbappé, al que le achicó muy bien en el 90'. Ambos equipos exprimieron sus fuerzas en esos 4 minutos de prolongación, pero ninguno fue capaz de desequilibrar el electrónico. Reparto de puntos y fin de un derbi que comenzó el lunes, tuvo polémica, ironías y quejas, pero donde ni Madrid ni Atlético fueron capaces de conseguir la victoria y dar el que, sin duda, podría haber sido un gran golpe a la liga.