Mbappé duerme al matagigantes de Primera

Muy pocos equipos pueden presumir de haber ganado a nada más y nada menos que Barcelona y Atlético de Madrid en una misma temporada, pero el Leganés se ganó de pleno derecho ese apodo de matagigantes en Primera División. Los pupilos de Borja Jiménez llegaron al Santiago Bernabéu con la intención e ilusión de completar su pleno particular con el todopoderoso Real Madrid. Y estuvieron cerca de lograrlo, muy cerca. O al menos, de no perder, pero le fallaron las fuerzas en el último momento y el conjunto blanco, con alguna que otra acción más discutida, empujó hacia la victoria final.

Lejos de querer caer en la epicidad, la realidad es que los de Ancelotti fueron los dominadores y así lo demostraron desde los primeros compases del encuentro. No obstante, el plan 'pepinero' no estaba por volverse loco y salir a morder, sino en jugar con cabeza e inteligencia y jugar sur armas.

El Madrid llegaba al área, pero no conseguía finalizar. Se le apagaba la luz en zona de tres cuartos o directamente se la apagaba su rival. Eso, unido a las buenas intervenciones de Dmitrovic y al buen hacer de, por ejemplo, Sergio González en defensa, hizo que el marcador no se inaugurase a la media hora de partido. Sin embargo, el minuto 31 fue determinante.

Pelota filtrada de Bellingham hacia Güler, que forcejeó con Óscar Rodríguez y cayó al suelo. El toque pareció ínfimo y casi inexistente, pero González Fuertes decretó la pena máxima. El penalti se encargó de lanzarlo y transformarlo Kylian Mbappé, con galones y sangre fría, pues lo hizo de 'Panenka' para sorpresa de todo el mundo.

Pero lo bonito de este deporte es ser golpeado, levantarte y golpear tú. Así, en la siguiente jugada, el Leganés tiró de fuerza y coraje e hizo el empate. Lo hizo muy bien Juan Cruz, que vio a Rossier dentro del área. Este metió el centro al segundo, pero la pelota pegó en un defensor, aunque Diego García estuvo muy atento al segundo para rematar la pelota suelta y colocar el 1-1.

El Madrid rebajó su intensidad y se echó una pequeña siesta. Llegaba al área contraria, pero como el que no quiere la cosa. Sigilosamente y sin determinación. De esto sacó partido su rival, que le dio la vuelta al marcador al filo del descanso.

Otra vez un error del Madrid en la salida de la pelota desde atrás y una rápida recuperación del Lega. Tiró el contragolpe rápido y Óscar Rodríguez, que se zafó de Asencio a trompicones, dejó el esférico atrás para la entrada de Dani Raba, que definió a bocajarro ante Lunin y colocó el 1-2.

Hicieron mucho ruido los visitantes, pero Kylian Mbappé estuvo a punto de devolver la igualada. Sin embargo, primero Dmitrovic y después su cabezazo desviado evitaron que el 2-2 subiese al electrónico y mandó a los blancos por debajo en el marcador a los vestuarios.

El Madrid salió a morder en la segunda parte y muy pronto pudo ver recompensado su ahínco. Además, en una jugada fruto de la insistencia, donde Bellingham puso el 2-2 a bocajarro. Disparo ajustado del inglés al palo derecho de Dmitrovic, que despeja, pero el rechace le cae a Brahim. Este dispara, pero le sacaron el esférico sobre la misma línea. La pelota salió rifada hacia arriba, pegó en la parte superior del larguero y el '5', tirándose con todo, remató a puerta vacía para hacer el empate. De carambola, pero válido igualmente.

Pero el Leganés no había conseguido todo eso por salir con complejos al Bernabéu, así que, se remangó y salió a tratar de seguir haciendo daño a su rival. La tuvo Diego García, que se plantó solo ante Lunin, pero se desequilibró, o lo hizo Bellingham en la acción defensiva, pero ni el colegiado ni el VAR vieron nada punible para señalar penalti.

Asedio, 'faltita' y remontada

En torno a la hora de partido, llegaron los mejores minutos del Madrid. El asedio fue real, con varias ocasiones que pudieron acabar al fondo de la red o el disparo a la madera de Brahim.

El Leganés defiendo en bloque bajo, muy junto, y con la idea de no resquebrajarse para tratar de mantener, al menos, el empate. Esto desesperó al Madrid, que se puso en 'modo ataque' y plantó su línea defensiva en campo contrario, presionando la salida de su rival y atosigándolo.

El partido entró en su recta final y llegó una de las jugadas claves del choque. Rodrygo salió al contragolpe, fue perdiendo fuerza a medida que avanzó metros y cayó en la pugna con Renato Tapia. El colegiado señaló la falta y amonestó al peruano, que protestó y perjuró que había tocado balón, algo que, con un ligero contacto, se aprecia en las imágenes.

La ocasión fue manifiesta y peligrosa para el conjunto blanco. Sacó la pizarra a pasear y Fran García se la dejó pisadita a Mbappé. La barrera se abrió y el francés metió la pelota por el hueco, haciendo imposible la estirada de Dmitrovic y colocando el 3-2 que, a la postre, sería el definitivo.

El Madrid le puso pausa a los minutos finales y el Leganés fue a la desesperada a por el partido. De hecho, tuvo la más clara en el 88', en un cabezazo solo de Munir, pero la pelota se perdió ligeramente desviada. También pudo matar el partido el conjunto blanco, pero Vinicius pecó de exceso de generosidad y quiso buscar a Mbappé cuando, realmente, él estaba mejor colocado para definir.

Con el Lega muriendo en área contraria, González Fuertes decretó el final del tiempo reglamentario y los tres puntos se quedaron en Concha Espina. El Madrid sigue su particular batalla por la Liga, que ya parece cosa de dos, mientras que el cuadro 'pepinero' se puede ir con la cabeza alta por haber competido, pero sin perder de vista el descenso.