Este Real Madrid sigue empeñado en esperar a que su rival se adelante para poder despertar. No siempre le va a salir bien la jugada, pero de momento le está valiendo para poder mantener el liderato. En Almería ya encajó un gol tempranero y otro en la visita del Getafe, y ahora hay que sumarle el de Barrenetxea para la Real Sociedad.
El conjunto blanco las estaba pasando canutas ante un cuadro donostiarra que le dominó mayormente en la primera parte, con un Kubo que parecía que estaba desnudo por el campo. El japonés hizo lo que quiso y comandó las acciones más peligrosas de los 'txuri-urdines' hasta que las cosas cambiaron en el segundo acto, tramo en el que los de Ancelotti espabilaron.
La obra de Kubo Atom
Ya desde el pitido inicial, la Real Sociedad enseñó sus cartas. El cuadro donostiarra buscaba tener la pelota para hacerle correr al Madrid, que sufrió mucho también con la presión alta de los hombres de Imanol Alguacil. Los 'txuri-urdines' se mostraron muy ambiciosos y en solo 5 minutos abrieron el marcador.
El encargado fue Barrenetxea, que aprovechó un magnífico servicio de Kubo para batir a un Kepa que hasta en dos ocasiones paró los disparos de su oponente. Sin embargo, el portero no pudo hacer nada para evitar el tanto porque el cuero tocó en su brazo justo en la segunda intervención. A destacar la pasividad de los blancos en la acción, ya que el canterano apareció como Pedro por su casa en el área.
También la inteligencia de Kubo, que en muy poco tiempo decidió marcar la diferencia en el Santiago Bernabéu. El nipón fue el arma más peligrosa de los relistas. De hecho, el atacante firmó un golazo extraordinario en el 10' que finalmente el árbitro invalidó por fuera de juego posicional de Oyarzabal, que tapó la visión de Kepa.
La respuesta del Madrid no se hizo esperar y en cuestión de un par de minutos coqueteó con el empate. La oportunidad más clara llegó en el 16', en un mal pase de Remiro que aprovechó Carvajal para buscar a Joselu que, sin portero, estrelló el balón en el larguero. La jugada continuó, su cuñado centró al área y Rodrygo, con Bellingham detrás, erró un intento de chilena.
No hubo ni tiempo para parpadear, ya que Carvajal y Joselu contaron con una doble ocasión. Empezó a trabajar el portero, que repelió esas acciones en los minutos de control de los blancos. Eso sí, Bellingham, su hombre más en forma, no estaba apareciendo y eso era un problema porque Rodrygo tampoco estaba muy acertado.
De hecho, el internacional brasileño, en el 29', desaprovechó un regalo de Le Normand. El ex de Santos salió como una flecha hacia la portería, pero su disparo fue sin potencia y lo desvió Remiro. Mientras tanto, Kubo seguía a lo suyo. El japonés se empeñó en convertirse en el mejor del primer acto sin lugar a dudas. El nipón estaba en su prime -hasta le tiró un caño a Kroos- y parecía la viva imagen de Leo Messi o incluso Óliver Atom, el protagonista de la famosa serie de televisión que marcó a varias generaciones.
El atacante, en cuestión de dos minutos, obligó a Kepa a estirarse con un gran golpeo desde la frontal y le brindó un pase entre una maraña de rivales a Mikel Merino, que llegó solo al área 'merengue' y se topó con el guardameta.
La fórmula de siempre
Tras la reanudación, el Madrid tardó solo 44 segundos en empatar la contienda. Fede Valverde soltó toda la rabia que tenía dentro el madridismo gracias a una asistencia de Fran García. Rodrugo abrió rápido al lateral, que cedió en la frontal a un 'Pajarito' que cargó la pierna y ejecutó un golpeo que acabó con el balón en el fondo de la red tras tocar previamente en el poste derecho.
Ese tanto del uruguayo fue clave para el devenir del encuentro, ya que los 'merengues', pese a unos pocos minutos de dominio realista, terminaron dándole la vuelta a la tortilla con claridad. Los de Imanol Alguacil siguieron incomodando con la pelota, pero la película era diferente y encima Kubo entró menos en juego.
Y así fue como en el 60', en la antesala de su cambio, Joselu degustó un caramelo de Fran García y cruzó con un testarazo para batir a Remiro. Doblete de asistencias para el ex del Rayo, que en la primera parte dejó muchas dudas por ciertos errores defensivos. Con ese tanto llegaron las modificiones, tanto por un lado como por el otro. Ancelotti quería tenerlo todo bajo control a diferencia de un Imanol que metió más madera en el campo.
Durante todo ese tramo no hubo nada significativo que destacar sin contar las amarillas, que hubo unas cuántas para cada equipo. En lo relativo al juego, Brais Méndez se sacó de la chistera un pase al espacio para Barrenetxea que obligó a Kepa a salir de puños. Muy serio el guardameta.
Ya en el añadido, Brahim, que otra vez saltó en los últimos minutos, deleitó a todos con una magnífica acción. El malagueño se metió en el área y se cambió la pelota de pierna para ponerle un caramelo a Bellingham, al que Remiro le negó el gol con una gran intervención a su cabezazo.
Finalmente, el Madrid volvió a salir victorioso tras firmar su tercera remontada en 5 partidos. Otra remontada en la oficina y pleno al 15 para el líder de LaLiga EA Sports.